Ahora

Está frente a mí el ahora, movible e inmóvil
La necrópolis del ayer subyace, canta o grita
su ya no ser ahora.
Los anhelos, la esperanza, lo venidero,
en fin el albur del vientre del futuro
sólo, indefectiblemente, engendrará el ahora.

Lubio Cardozo


Alma

Conoce tu daga mejor que tus manos.
Ámala. Impídele tus debilidades gástricas,
hepáticas, visuales, de alma. La pasión de
los canes de caza, la presa enséñale. Si
desea calor lo robe a las vísceras.
Ten por ella le sentiment du fer.

Lubio Cardozo




Augural

Aunque la gran verdad se llama arcilla, greda.
Aunque ligeros guijarros presagian
de la abisal noche el secreto
el azar del molinete de los días
valga tal vez por lo del juego.
Porque toda la sorpresa cabe
en el invento armado por un niño.
Cornucopia vertida desde un sin comienzo
confuso en la lejanía de la sed
lúdica de la esperanza y del apego.
Son sus nombres curiosidad, ansias, anhelos.

Lubio Cardozo


Designio

Asalto al sueño y al ruido,
al ritmo de la tierra deambular,
atrapar el obsequio del vacío
y así retornar al desatino
con el tesoro del alegre desaliento
o la rabiosa risa
a la cobriza arenilla de la insignificancia.
Entonces ver,
mirar como cualquier animalejo silvestre.
Contemplar se puede llamar el existir.
Ver. La mirada.
El azar del magnífico naufragio
en esta pequeña isla ínsita,
sin rumbo, sin certidumbre,
con los foscos pedruscos del silencio confundirse.

Lubio Cardozo


Documento

La palabra escondida alienta y enardece la
exploración hacia la miel y el fuego. Puerto
agreste como una bacante que se inicia.

Lubio Cardozo


Erradumbre

Palpa (¿o disfruta?) el prodigio de la errancia
el ser en la mirada,
sus transidos horizontes sensibles cantan
la andariega sorpresa de estar,
cruzar cual encandecida estrella fugitiva
en el vetusto atlas celeste
la escandalosa orgía del misterio.
Derrotados por lo efímero pasajeros ojos
¿algo o nada restará del testimonio
del vuelo del pájaro de la presencia
en la ilimitada contradanza muda, ciega?

Lubio Cardozo


Fabulador

Concibe de la nada los inéditos signos el fabulador
para extraviarse en el estupor
por el goce de errar.
Es la temporalidad un don enigmático.
Las arcaicas señales sólo confunden,
pierden al trovador en la nostalgia
de la razón de las cosas.

Olfatea sobre la piel de la Tierra el paraíso
                      sin embargo,
los olores, la algarabía de los pájaros,
la pena, la risa, la duda.
Los indicios de la torre de la palabra rítmica
la pálida flor del frenesí yerguen
mientras avientan los días destellantes
las afables fábulas del cantor.

Lubio Cardozo




Materia

Oh mater
deífica presencia
soberbia en tu vastedad categórica
no obstante de misterio orlada
más allá del espíritu y de la experiencia.

Oh mater
Hiciste al hombre
- carne de la noche mineral y de los astros -
para soñarte.


Lubio Cardozo


Mirada

Equivale la mirada a una red
grande como la ocasión de estar.
Intentar aprehender la fugaz fascinación
sobre el bajel del ahora.
Codicia de palpar, avaricia de ver,
ínsito ánimo de expandir el plexo de la mirada,
la ingenua insaciabilidad del romero.

Lubio Cardozo



Piedra

En ti confluye todo
al paso de los ríos de la aurora
minúscula carne de Dios.
Más allá del mal de la estulticia
celebras en el sueño del silencio
la permanencia infinita del bien y la belleza.
Sobre planicies y montañas
junto al joven viento o a la niña brisa
concibes en la sabiduría de tu substancia
lo admirable.

Lubio Cardozo









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