Ancestral
La mirada del viento
mira las palabras
mira los ojos inciertos
mira caer la sombra
mira en silencio gotas encima de una mesa
gotas sobre el suelo encendiendo chispas de fuego
estaban solitarias las palabras y recordaban
los rostros débiles en la niebla, las manos sin estaciones
los aullidos de los recuerdos
las miradas podían caer lentamente en la madera
y oler la gravedad del dolor de la madera
podían sinceramente entrar en la talladura
y reconocerse en el entramado oscuro del tiempo
era simple
las miradas recordaban los caminos por donde surgió
aquel árbol
aquella débil rozadura del aire con la lluvia.
Lya Ayala
Casi la tarde
“Es tan fácil nacer en sitios que no existen"
Mario Benedetti
El brillo del sol a medias
Va respirando el ansia del silencio
Todo es liviano esperando
Todo el círculo de país pequeño
Que se queda quieto
Nadie camina por la calle
Nadie se sienta a mirar en el parque
Como si hubiesen escuchado la risa de los árboles
Allá lejos susurra el canto de la chicharra
La bienvenida misteriosa y perpetua
Desligando la tristeza de su fondo
Qué recoge el misterioso murmullo de los hombres
Que siempre vuelven
Al instante pasajero de la memoria
A la serenidad de la vida
Entonces, solo hay ecos disimulados:
Perros que ladran, hojas que se mueven,
Brisas que esperan inquietas las tardes.
Lya Ayala
El mar
Su voz recorre la orilla
Inunda el rostro del sol
Como una ola de hojas
Los pescadores bordean la brisa,
Y en sus ojos el firmamento
Se despliega sobre la arena
Cansado y hambriento de horas,
El muelle aprisiona la tarde
En un reflejo sereno y lejano,
Las aves se posan graves en las rocas
Pensativas y soñadoras…
Lya Ayala
La luz
El calor entibia la casa
Cuando el frío descansa
Y en la piel entra la vida
Como en la tierra las húmedas gotas
Aunque no haya pan
Y los dientes busquen el polvo seco y el trigo
Aunque no lleguen temprano las ocupaciones
Y todas las páginas sean razones
Que escapen perdidas en el espacio
Para ver y saber que el árbol
Es más que un verde grito
Para ver y saber que el cielo destila
Tristezas y alegrías
No hay romance en la oración de las pupilas
En las añoranzas de la boca
En el miedo de los parpados abiertos
Solo hay vida cuando se abren las entrañas
Y entra a borbotones la luz del sol dormido.
Lya Ayala
Medio segundo
Hay pobladores de hojas
Para crear abismos
Seres blancos y sin miradas
Luces girando…
Podría ser la caballería del siglo esplendoroso
Ricardo observando desde su torre el oscuro bosque
Era bueno visitar su castillo
Sosteniendo la lanza en vestido ocre
Y un idioma de metal entre los labios
Podría ser una cruz entre las costillas
A Él si llegue a amarlo
Hasta el fondo y sin miedo
Un día en aquel monte sostuvo mi cara entre sus manos
Sospechaba haberlo visto antes
Pero lo sabíamos y fue suficiente
Ahora navego
Busco el paraíso en las indias.
Lya Ayala
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