Día
Alba del sueño,
con alas el reloj
busca su luna.
Luna crecida
ha cumplido un destino,
un sueño al alba.
Jesús Aparicio González
La gran noticia
La gran noticia es ésta:
que detrás del latido,
en su silencio,
la vida empieza.
Alzado por los sueños del ciprés
un cuerpo ya celeste
proclama con secreta claridad
que hay un principio, otro lado,
que vence a la noche.
La gran noticia es ésta:
que la ceniza alumbra
una estrenada primavera;
que la piedra ya es ala
y le ha crecido un cielo nuevo;
que cayó la palabra, fue semilla
y el ángel la recibe
trascendida en música.
Jesús Aparicio González
Memoria y sentido
No he podido imitar
el dibujo de un niño.
Un lastre de memoria
cegaba mis balcones,
me dormía la mano
el peso del sentido.
¿Cómo hacer brotar
un elefante azul
del ombligo de una hormiga?
Jesús Aparicio González
Ni seguir esperanzas ni parar por el miedo
Ni seguir esperanzas ni parar por el miedo,
cruzar el valle como
ese lento león
seguro con su presa
entre los dientes.
Atrás los vanos juegos de cachorro
saltando tras la rama desgajada
de un árbol seco.
Atrás esos ilusos rugidos juveniles
queriendo controlar y alimentarse
con la varita mágica
caída de una estrella.
Atrás las garras rotas
de una noche de ingenua y torpe lucha
contra ídolos de mármol.
Sin deseos
ni temores,
despellejando el último horizonte,
descansar sobre el polvo del camino
y dormir en lo oscuro hasta que llegue
la buena muerte.
Jesús Aparicio González
Ni seguir esperanzas ni parar por el miedo
Ni seguir esperanzas ni parar por el miedo,
cruzar el valle como
ese lento león
seguro con su presa
entre los dientes.
Atrás los vanos juegos de cachorro
saltando tras la rama desgajada
de un árbol seco.
Atrás esos ilusos rugidos juveniles
queriendo controlar y alimentarse
con la varita mágica
caída de una estrella.
Atrás las garras rotas
de una noche de ingenua y torpe lucha
contra ídolos de mármol.
Sin deseos
ni temores,
despellejando el último horizonte,
descansar sobre el polvo del camino
y dormir en lo oscuro hasta que llegue
la buena muerte.
Jesús Aparicio González
Resurrección
Un instante después de haberse muerto
se le abrieron los ojos asombrados
por una inusitada luz.
Sembró sobre la nada
su equipaje de cieno
y se sentó a esperar
en brazos del silencio
las rosas de otro mundo,
ebrio de claridad.
Recobró el tiempo azul de su infancia
y no bajó de allí.
Jesús Aparicio González
Saludo al sol
Saludo al sol
y una naranja.
Paseo a por moras,
contemplo como
conversan dos pájaros.
Vuelvo a casa
recogiendo las migas
de un libro futuro.
Duermo con una sola
canción, la que me dio
el primer verso.
Y esto sólo
hace mi día
suficiente.
Jesús Aparicio González
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