El amor que se había apagado, volvió, cuando los pájaros vende romper a cantar y lloré; 
Esta paloma que arrullo rodeada con las sus alas, me recordaba mi juventud;
Estaba mojada por las gotas de rocío y sacudía sus plumas como si fueran un sha. de brocado;
Ella era gris y las ramas tiernas a DeSoto suyo, tienen hojas verdes y nuevas sobre las grandes dunas;
La brisa del embriaga con su vino se tambaleaba y arrullo. 
Se parecía a aquella que alegraba mi corazón, allí donde se encontrara; 
Me hacía beber el vino de su saliva y me daba con las margaritas de sus diente;
¡Oh aquel que alanceando los caballeros en la batalla,
cuando le alanceando tetas, hay que tirar las armas!
¡Cuando atacan ojos negros, las blancas espadas no pueden hacer nada!

Ibn al-Labbana



"Levantó los ojos hacia las estrellas y las estrellas
admiradas por tanta belleza perdieron pie
y rodaron por sus mejillas donde con envidia
las he visto oscurecerse."

Abu Bakr ibn Isa al-Dani, llamado Ibn al-Labbana



Se quejaron contigo hasta el sol y la luna,
y las estrellas más bellas empezaron a esparcirse;
el viento soplaba sin exhalar aroma,
y el jardín aparecía sin el rocío que cubría sus flores;
la umbrosidad había desaparecido, para nosotros esta primavera,
y el jardín estaba a punto de arder por el calor;
el agua era escasa, no manaba ya el manantial,
ni fluía el río en su lecho;
la nube, horrorizada, no crecía
ni derramaba lluvia en las colinas;
los yacimientos de aljófares y jacintos se agotaban
y no encerraban sus piedras en su seno;
ya no había perfume en el aire, aunque
el almizcle continúe exhalando su aroma;
Dos días has estado ausente y la amabilidad contigo
¿Qué bienestar se puede esperar si tú no estás?
¡Oh Násir al-MulkP El poder es el rostro de la gloria
tf no tiene ojos ni oidos fuera de ti;
la curación de tu cuerpo es, para nosotros, brisa refrescante,
la vuelta de la juventud, la llegada de las albricias.

Ibn al-Labbana


"Todo lo olvidaré menos aquella madrugada junto al Guadalquivir, cuando estaban en las naves como muertos en sus fosas.
Las gentes se agolpaban en las dos orillas, mirando cómo flotaban aquellas perlas sobre las espumas del río (...)"

Ibn al-Labbana o Ben Al-Labbana


"Yo soy como el espejo brillante y sincero, 
y reconozco a la gente de la misma manera, 
que ellos lo hacen conmigo. 
Yo soy como el agua, que muestra su color, 
como aquella que se encuentra debajo."

Ibn al-Labbana







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