¿Qué no hará la costumbre?
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 7
Era evidente que entre aquella patulea de gente nueva había muchos impostores, pero también, indudablemente, muchas personas honradas, algunas muy atractivas, a pesar de ciertos matices sorprendentes. Era mucho más difícil entender a las personas honradas que a las que no lo eran y a las groseras, pero no se sabía quién manipulaba a quién.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 27
¡Oh, amigos míos! —exclamó, inspirado—. ¡No os podéis imaginar la tristeza y la rabia que se apoderan del alma cuando una idea elevada, venerada como cosa sagrada desde hace mucho tiempo, cae en manos de ineptos y es arrastrada por las calles, delante de otros tan necios como ellos, y la vemos de pronto expuesta en almoneda, desfigurada, presentada de una forma ridícula, de través, sin proporción, sin armonía, como el juguete de unas criaturas estúpidas! ¡No! En nuestros tiempos estas cosas no ocurrían, y no era esto a lo que aspirábamos. No, no, ni mucho menos. Todo me resulta ajeno… Volverán aquellos tiempos y otra vez guiarán por la senda segura a los que ahora andan perdidos. ¿Qué ocurrirá si no?».
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 29
Hay naturalezas tan hogareñas como los perros de compañía.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 32
Era uno de esos seres idealistas, comunes en Rusia, que de pronto se ven deslumbrados por una idea potente que a la vez los aplasta con su peso, acaso para siempre. Son incapaces de enfrentarse a esa idea, en la que depositan una fe ciega, y el resto de su vida es como una larga agonía bajo la piedra que se ha derrumbado sobre ellos y los tiene medio aplastados.
Hemos coronado de laurel unas cabezas piojosas.
¿Hay algo más tonto que una buena persona tonta? —Un tonto malvado, ma bonne amie, un tonto malvado es todavía más tonto —objetó noblemente Stepán Trofímovich.
Empieza usted a soltar perdigones cada vez que se ríe, ¡otro síntoma de decrepitud! Y qué manera más rara de reírse… ¡Santo Dios, cuántos malos hábitos ha adquirido!
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 35
Hemos coronado de laurel unas cabezas piojosas.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 41
¿Hay algo más tonto que una buena persona tonta? —Un tonto malvado, ma bonne amie, un tonto malvado es todavía más tonto —objetó noblemente Stepán Trofímovich.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 70
Empieza usted a soltar perdigones cada vez que se ríe, ¡otro síntoma de decrepitud! Y qué manera más rara de reírse… ¡Santo Dios, cuántos malos hábitos ha adquirido!
Fiódor Dostoyevski
Los demonios, página 74
Todo el que quiera la libertad suprema debe tener el
atrevimiento de matarse. Quien se atreva a matarse ha descubierto el secreto
del engaño. Más allá de eso, no hay libertad; ahí está todo; más allá no hay
nada. Quien se atreva a matarse es un dios… Pero nadie lo ha hecho hasta ahora.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
… al considerar la libertad como el aumento de las
necesidades y su pronta saturación, se altera su sentido, pues la consecuencia
de ello es un aluvión de deseos insensatos, de ilusiones y costumbres absurdas
(…) y el rico más depravado acabará por avergonzarse de su riqueza ante el
pobre.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
Nunca antes ha
recibido la estupidez tan triunfal galardón a pesar de haberlo merecido muy a
menudo… Porque la estupidez, como el genio eximio, son de pareja utilidad en la
configuración del destino humano
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
Nunca abandonaré estas luminosas esperanzas, decía siempre
(Virginski) con voz apagada
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
El liberalismo de altura y el liberal de altura, el liberal
sin objeto de ninguna índole, son posibles únicamente en Rusia… Quien no tiene
pueblo, no tiene Dios. Que quede claro que aquellos que se alejan de su pueblo
también se alejan de la fe paterna y acaban siendo ateos o indiferentes.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
No es menester hacer una selección con intención
tendenciosa. No es necesaria ninguna tendencia, sólo imparcialidad; ésa es la
tendencia.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
A menudo resulta que el escritor a quien durante largo
tiempo se había atribuido una insólita profundidad ideológica y de quien se
esperaba un hondo y serio influjo en los movimientos sociales, delata al cabo
tal flojedad e insignificancia en su idea fundamental que nadie se lamenta de que
se haya agotado tan pronto.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
La vida existe, pero la muerte no existe en absoluto… Creo
en una vida presente eterna. Hay momentos especiales, se llega a uno de estos
momentos, de pronto se para el tiempo y se convierte en Eternidad.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
Que truene mi maldición… Hablo la lengua de los nihilistas.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
El Tiempo no es un objeto sino una Idea.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
El hombre es infeliz proque no sabe que es feliz, sólo por
eso… Todo es bueno para los que saben que es bueno.
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
En la vida de los pueblos, la Ciencia y la Razón han
cumplido un menester tan secundario como auxiliar; y lo seguirán cumpiendo por
los siglos de los siglos. Los pueblos se forman y mueven por otro género de
fuerza que los rige, cuyo origen es desconocido e inexplicable. Esa fuerza es
la del anhelo infatigable de llegar hasta el fin, al mismo tiempo que niegan
que haya un fin. Es el espíritu de la vida, o sea, como dice la Escritura los
ríos de agua viva… La búsqueda de Dios, como yo lo llamo de modo más sencillo…
La meta de todo moviiento popular, en cualquier pueblo y momento de su
existencia, es únicamente la búsqueda de Dios, de su Dios, del suyo propio, y
de la Fe en él como único verdadero. Dios es la personalidad sintética de todo
un pueblo, considerada desde el principio hasta el fin. Nunca se ha dado el
caso de que todos los pueblos, o muchos de ellos, tengan un sólo Dios común,
sino que siempre ha tenido cada uno el suyo. Cuando los dioses comienzan a ser
comunes, ocurre la primera señal de la descomposición de la nacionalidad.
Cuanto más poderosos es un pueblo, más individual debe ser su Dios… El pueblo
es el cuerpo de Dios… Un pueblo es pueblo sólo mientras tiene su propio Dios
individual y excluye a todos los demás dioses del mundo, sin admitir
reconciliación alguna; mientras cree que su Dios vencerá y expulsará del mundo
a todos los demás dioses… Pero, la Verdad es una, por lo tanto, sólo uno entre
los pueblos puede tener al Dios verdadero
Fiódor Dostoyevski
Los demonios
No hay comentarios:
Publicar un comentario