Indalecio Prieto

"A medida que la vida pasa por mí, yo, aunque internacionalista, me siento cada vez más español, siento a España dentro de mi corazón y la llevo hasta el tuétano de mis huesos."

Indalecio Prieto


"Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizás fueran fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían la pena de ventilar en el campo de batalla. La confrontación de ideologías, que no se hizo entonces, debe hacerse ahora. Porque es necesario un esfuerzo generoso en busca de puntos de concordia que hagan posible la convivencia, tratándonos como hermanos y no peleando como hienas."

Indalecio Prieto




“Cuando no existen las posibilidades de educarse, de levantar dentro de la masa corpórea la estatua magnífica de un espíritu cultivado, no se es hombre, y mucho menos se puede ser ciudadano.”

Indalecio Prieto


"Data de muchísimo tiempo la afirmación filosófica de que en todas las ideas hay algo de verdad. Me viene esto a la memoria a cuenta de los manuscritos que José Antonio Primo de Rivera dejó en la cárcel de Alicante. Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizá fuesen fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si estas valía la pena ventilarlas en el campo de batalla."

Indalecio Prieto



“El gobernante es, por lo común -salvo aquellos excepcionalísimos que aparecen nimbados por la aureola de la historia y que son en número muy reducido-, un hombre débil, entregado al oleaje de las pasiones populares, y muchas veces sin fortaleza para empuñar firmemente la caña del timón y conducir la nave al puerto de salvación.”

Indalecio Prieto



"¿Es que nosotros aspiramos en estos momentos a que la clase trabajadora se adueñe de los destinos de España y socialice la propiedad? ¡Ojalá fuera eso hacedero! Nosotros vemos en el régimen monárquico, (...) el dique para los progresos políticos, y por eso (...) estamos más ligados que nunca a estas fuerzas republicanas; porque si aquí hubiera habido esos avances (...) nosotros sin perder nuestra fe en el régimen republicano, creyendo que el régimen republicano es aquel en que puede plasmarse más característicamente la voluntad popular, nosotros no sentiríamos el problema republicano. (...) Necesitamos una República creadora; no simplemente un cambio de rótulo; necesitamos algo fecundo y algo social, porque hoy una República netamente individualista, profundamente individualista, no supondría absolutamente ningún avance (...) Nosotros no desdeñaremos ni desertaremos el papel que las circunstancias nos impongan. (...) Mientras esa ocasión no llega [derribar el régimen monárquico], callad ya, dejad las palabras y sustituidlas por las obras; vengan aquí proyectos, vengan leyes profundamente democráticas, renovadoramente sociales, que nosotros, nuestros votos, entre el régimen actual y el régimen que queráis implantar, si sois sinceros y veraces, estarán con esos proyectos y esas leyes."

Indalecio Prieto Tuero
I. Prieto, Congreso de los Diputados. Extracto oficial, 38


"Ha ocurrido aquí un incidente profundamente desagradable, uno de cuyos autores, no de los iniciadores, he sido yo. Es exacto que ha salido a la luz alguna pistola, por lo menos la mía; pero, desde luego (hago esta confesión, en la que no hay jactancia, sino, en todo caso, arrepentimiento), he sacado la pistola después de haber visto frente a mí otra ya fuera del bolsillo."

Indalecio Prieto


"Hágase cargo el proletariado del Poder, y haga de España lo que España merece. Para ello no debe titubear, y si es preciso verter sangre, debe verterla."

Indalecio Prieto


 "La historia íntima de Bilbao en el último tercio del siglo XIX —del Bilbao liberal cuyo desenfado culmina en el Kurding Club— está recogida fundamentalmente en "Memorias de un Bilbaíno", de José Orueta, obra de la cual se han tirado estos años nuevas ediciones; pero está por escribirse la historia íntima de Bilbao en el primer tercio del siglo XX —el Bilbao ajesuitado cuya hipocresía tiene su centro en las Universidades de Deusto—, historia que acaso la hiciesen más divertida los ricos improvisados, personajes distintos a los que Orueta evoca. Y no hablo del Bilbao posterior, porque posteriormente la villa ha perdido toda intimidad.
Aquellos millonarios producidos por la Primera Guerra Mundial constituyen una gran cantera de literatura humorística, pues están saturados de humorismo los mozos de café, los traficantes en chatarra, los violinistas, los patateros y los quincalleros que de la noche a la mañana, envueltos en dinero mediante la compraventa de acciones de empresas navieras, abandonaron sus profesiones y su comercio para formar parte de la burguesía vizcaína. No faltaron en ese ciclo los fieles que, luego de oír misa, abandonaban precipitadamente el templo antes de rezarse las oraciones ordenadas por el Papa para que concluyese la guerra, porque ellos, ¡naturalmente!, deseaban que la guerra, fuente de su prosperidad, continuara, y no querían ponerse en desacuerdo pidiendo a Dios lo contrario; ni tampoco faltó el recién enriquecido que, viendo a sus dos hijas tocando el piano a cuatro manos y conjeturando que ello obedecía a faltarles tiempo a las aprendizas para aporrear una tras otra el instrumento, manifestó colérico y rumboso: "¡Esto no volverá a ocurrir! Desde mañana cada una de vosotras tendrá un piano".
Aparte aquella turba en la que tantos tipos me eran familiares, conocí a millonarios de abolengo, poseedores de fortunas heredadas. El examen de unos y otros me llevó a la fácil conclusión de que el dinero no es base de la felicidad, si bien menos lo es la miseria. Traté a dos de estos millonarios, que llamaré clásicos, sumidos en profunda y continua tristeza. A uno se la causaban los escándalos originados por el furor uterino de su bella esposa, y tengo por ejemplo característico de la actual hipocresía bilbaína los encomios que el periodista local más pío dedicaba a cierto empingorotado sujeto que, prevaliéndose de su acceso al hogar conyugal, abusó de aquella perturbada y el cual preside una entidad que le brinda coyuntura de periódicas exhibiciones. En el Bilbao que las "Memorias" retratan se le hubiera execrado unánimemente."

Indalecio Prieto
De mi vida


“Los españoles teníamos aún una conquista que lograr; que ya no cumplía a España ir surcando mares en busca de tierras desconocidas, al encuentro de razas a las que sojuzgar; que no teníamos que poner el ímpetu desbordante del genio español al servicio de las armas en la conquista de países extranjeros; pero que teníamos otra magna conquista que realizar. ¿Cuál? Conquistar a España.”

Indalecio Prieto



"Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en aquel movimiento revolucionario. Lo declaro, como culpa, como pecado, no como gloria. Estoy exento de responsabilidad en la génesis de aquel movimiento, pero la tengo plena en su preparación y desarrollo. Por mandato de la minoría socialista, hube yo de anunciarlo sin rebozo desde mi escaño del Parlamento. Por indicaciones, hube de trazar en el Teatro Pardiñas, el 3 de febrero de 1934, en una conferencia que organizó la Juventud Socialista, lo que creí que debía ser el programa del movimiento. Y yo –algunos que me están escuchando desde muy cerca, saben a qué me refiero– acepté misiones que rehuyeron otros, porque tras ellas asomaba, no sólo el riesgo de perder la libertad, sino el más doloroso de perder la honra. Sin embargo las asumí."

Indalecio Prieto



"Por muy fidedignas que sean las terribles y trágicas versiones de lo que ha ocurrido y está ocurriendo en tierras dominadas por nuestros enemigos, aunque día a día nos lleguen agrupados, en montón, los nombres de camaradas, de amigos queridos, en quienes la adscripción a una idea bastó como condena para sufrir una muerte alevosa, no imitéis esa conducta, os lo ruego, os lo suplico. Ante la crueldad ajena, la piedad vuestra; ante la sevicia ajena, vuestra clemencia; ante los excesos del enemigo, vuestra benevolencia generosa [..] ¡No los imitéis! ¡No los imitéis! Superadlos en vuestra conducta moral; superadlos en vuestra generosidad. Yo no os pido, conste, que perdáis vigor en la lucha, ardor en la pelea. Pido pechos duros para el combate, duros, de acero, como se denominan algunas de las milicias valientes —pechos de acero— pero corazones sensibles, capaces de estremecerse ante el dolor humano y de ser albergue de la piedad, tierno sentimiento, sin el cual parece que se pierde lo más esencial de la grandeza humana."

Indalecio Prieto




“Y al enemigo le digo: estás ya de hecho vencido. Mide tu responsabilidad, mide tus equivocaciones. Mírate por dentro, contémplate, y a ver si encuentras en tu panorama interior paisaje alguno que te invite a la continuación de esta lucha, porque rendición, no la esperes. ¡Rendición no la esperes! ¡¡Rendición no la esperes!! Encontrarás cadáveres; pero no hallarás prisioneros.”

Indalecio Prieto


"Yo he de decir [...] que soy socialista a fuer de liberal. Es decir, que que yo no soy socialista más que por entender es la eficacia misma del liberalismo en su grado máximo y el sostén más eficaz que la libertad pueda tener. [...] El socialismo es la perfectibilidad liberal."

Indalecio Prieto









No hay comentarios: