"Muy señor mío, la última decisión del Congreso de fundar una ciudad que se convierta en capital de este vasto imperio ofrece una ocasión tan magnífica para adquirir reputación a quien quiera que sea designado para dirigir la ejecución del proyecto que no se sorprenderá Su Excelencia de que mi ambición y el deseo que tengo de llegar a ser un ciudadano útil me impulsen a querer participar en la empresa.[...] Es posible que ninguna nación haya tenido antes la oportunidad de decidir deliberadamente dónde situar su capital.[...] Y aunque es posible que ahora el país no disponga de medios suficientes para dedicarse mucho al diseño, será evidente que habrá que trazar un proyecto a una escala que deje sitio para ampliarlo y embellecerlo en la medida en que así lo permita el incremento de la riqueza de la nación en cualquier época, por remota que sea. Analizando la cuestión desde este punto de vista, soy totalmente consciente de la magnitud de la empresa."

Pierre Charles L'Enfant
Carta a Washington
Tomada del libro de Robert Bauval y Graham Hancock, Talismán, ciudades sagradas, una fe secreta, página 466

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