Como paja seca al viento

(A Mary Carmen Golán.
Hoy, que me haría tanto bien poder llorar entre tus brazos,
te escribo los pensamientos que la distancia me impide
hacerte llegar de otro modo)

Querida mía:
de este camino que voy pisando
tomo un puñado de fina arena.
Abro mi mano. Dejo que escape
entre mis dedos, muy poco a poco
y cuando al fin toda se ha ido
cuando, al fin, ya nada queda
véome yo en esa mano
véome yo, reflejado
cual si en espejo me viera
porque, es cierto: no más somos
que aquel puñado de arena
que del camino tomara
para, al camino, volverla.

Querida mía: grito al silencio
y en el silencio, nadie contesta.
Querida mía: pregunto al viento
pero en el viento no hallo respuesta.

Y, mientras yo sigo andando
con tantas dudas a cuestas
del árbol siguen cayendo
las hojas que ya están viejas.
El viento sigue cubriendo
el camino de paja seca.

Paja seca, que es de aquí o de allá
¡no importa de donde sea!
surca los aires en alas
de una invisible tormenta.

Hoy, un pajar imponente a la vista
mañana, un vacío de forma imprevista.
Hoy, toda junta en un solo espacio
mañana, sus restos en tal o cual senda.

Querida mía:
¿Cómo decir hoy las cosas
que mi pensamiento ocupan
si son tan confusas y todas se juntan
en un solo haz de tribulaciones?

Como hojarasca de otoño
es el hombre al desprenderse
del gran árbol de la vida
y, cuando al fin se termina
su terrenal sufrimiento
ya la luz del vivir ida
es el hombre poco más
que la paja seca al viento.

(Tan solo una diferencia:
no se llora la paja seca
ni se siente su partida).

José Luis Dasilva Navia


El nuevo día

Amanece. Que bien sienta a tu piel
el opaco color de la alborada.
Ella viene, te besa enamorada
y se acuesta, después, en tu vergel.

Ya penetra la luz bajo el dintel
ya se aleja la noche, extenuada.
Corta enérgica, el cielo, una bandada
de pájaros que vuelan en tropel.

Va cantando la aurora a la armonía
que contiene, en el trazo, tu figura
moldeada con tibia luz de día.

Va imprimiendo, su canto, a la escultura
esa obra de fina artesanía
un toque misterioso de ternura.

José Luis Dasilva Navia


Nocturno

Te me acercas, despacito
silenciosa, como un sueño.
Rezumando sensaciones
irrumpes en mi desvelo
y yo que deseos tengo
más de tierra que de cielo
te hago un nido entre mis ramas
para que encuentres sosiego.

José Luis Dasilva Navia







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