"Abriéndose a la serenidad, a la potencia, a la beatitud del amor puro, damos a nuestra alma una salud, un equilibrio, una armonía, una constante de radioactividad, de radiaciones esenciales."

Robert Linssen
Del amor humano al amor divino


"Hay que dejar que la planta de nuestra alma hunda sus raíces en el suelo fecundo del Puro Amor. Es como una preciosa savia espiritual que regenera y transfigura."

Robert Linssen
Del amor humano al amor divino


… La expresión “espejismo” es utilizada aquí intencionalmente a fin de provocar un choque capaz de sacudir las certidumbres de la casi unanimidad de los seres humanos concerniente a la realidad absoluta del mundo material y de su propia conciencia egocéntrica.

La palabra “espejismo” aquí, no designa una ilusión absoluta. El mundo material no es una ilusión absoluta, pero tal como lo enseñaban los antiguos Maestros de la “Vista Justa” y tal como lo enseñan los físicos, este mundo material con sus formas, sus variadas propiedades, interviene a título secundario y derivado respecto a una realidad fundamental, una, atemporal…

… Tal como lo enseñó el célebre D.T. Suzuki, durante las conversaciones privadas que organizamos en Tervueren en 1958: “el maya de las cosas nace en la mente humana”, lo que traducido al español quiere decir: que el aspecto ilusorio (el maya hindú), de las cosas, tiene su origen en la mente humana. En otros términos, el mundo material no es una ilusión absoluta, pero la ignorancia humana tiende a dar de este mundo material nociones ilusorias…

…. Existe un “espejismo absoluto” no en los hechos sino en la interpretación errónea de los hechos, forjada por el pensamiento humano ignorante y condicionado.

El común de los mortales atribuye muy poca importancia a este error de interpretación y ni siquiera supone su existencia.

Esta es la menor de sus preocupaciones.

Este error de interpretación tiene, sin embargo, consecuencias incalculables. En él se encuentra el origen de todos los sufrimientos humanos…

… El alba de la formación de nuestro universo se sitúa en una época muy lejana. Según los especialistas ésta se estima aproximadamente en 7 u 8 millones de años.

Nuestro universo no era entonces más que una inmensa nube de gas nebuloso.

Este estaba formado de átomos ionizados entre los cuales el hidrógeno era el elemento dominante.

A este nivel de la historia de la formación de los mundos, todo era extremadamente móvil; nada era aun fijo. El único bosquejo de fijación tendía a constituirse tímidamente y era el de las revoluciones electrónicas alrededor de los núcleos atómicos. Esto era aún más raro por el hecho de que los primeros átomos, estaban, en su mayor parte, desprovistos de sus conchas de electrones.

Cuando hablamos aquí de una tendencia online casinos a cierta fijeza, es necesario precisar nuestro lenguaje. Los electrones son intensamente móviles así como los constituyentes intra-nucleares.

El principio de la fijeza se sitúa en el hábito de la intensidad y del ritmo de las revoluciones electrónicas alrededor del átomo.

No hay fijeza posible sin los procesos del hábito y de la repetición…

… La complejidad creciente de los primeros átomos acaba en la constitución de moléculas en virtud de leyes de afinidad química

Luego estas moléculas se han hecho más complejas. Es a ese nivel cuando asistimos, no sólo al nacimiento de la memoria, sino también a su fijación; esta fijación de mas memorias sobre las gruesas moléculas permite la realización de un proceso de acumulación constante en el cuso del desarrollo del tiempo…

… La realización de estas gruesas moléculas orgánicas iba a permitir a las memorias, así como a las energías del tiempo, el acumularse…

… Podemos examinar desde más cerca la aparición del hombre, este “gigante de memorias” tal como lo designa el profesor Raymund Ruyer.

Las grandes moléculas orgánicas, portadoras de sus memorias, iban por fin a transmitir sus millones de informaciones acumuladas e integradas a los seres monocelulares…

… Es en virtud de tales procesos como las “informaciones” o memoria de los seres monocelulares iban a su vez a transmitirse a los seres pluricelulares para llegar por fin al ser humano, ese verdadero “gigante temporal” y “gigante de acumulación de memorias”…

…Esta constelación de millones de memorias confiere al ser humano la impresión de ser una entidad estable, dotada de una especie de solidez psicológica y de duración uniforme.

Así se elabora la conciencia del ego y el sentido de continuidad de dicha conciencia…

… La unanimidad de los seres humanos llamados normales, está enteramente prisionera del torniquete del tiempo, de la duración continua.

El ego se ha encerrado en una cáscara de protección de espesor considerable. En ella se han acumulado y concentrado millares de memorias con todo el devenir evolutivo, con sus fracasos, sus logros y sufrimientos…

… Por este hecho, todos los seres humanos a pesar suyo, están aprisionados en una verdadera capa autoprotectora. No es exagerado comparar ésta con una especie de fortaleza protegida por espesas murallas de acero psíquico formada por el depósito de millares de  memorias.

Y éstas, lejas de ser inertes e inactivas, son el origen de todas las iniciativas, a veces del ego: deseo de poder, búsqueda de sensaciones, avidez, instinto de dominación, ambiciones varias.

Tales son los procesos que han llevado lenta pero seguramente a la condición de exilio psicológico del ser humano. En ello reside su carácter de individualidad única, aparentemente autónoma, libre, aislada.

Pero es también en esto donde se sitúan el origen de todas las angustias, de sus temores, de sus servidumbres, de sus violencias, y de todas sus desdichas.

Tal como lo expresaba Sri Aurobindo:

“El egoísmo fue una ayuda: el egoísmo es ahora la traba”.

“El pensamiento fue una ayuda, el pensamiento es ahora la traba”

… La cima de la madurez del yo es considerada por la mayoría de los psicólogos como el punto terminal de la historia de la evolución psicológica del ser humano. C.G. Jung considera que la “persona integrada” caracterizada por el equilibrio del eje de las funciones racionales e irracionales, es una cima…

Para los Maestros del despertar hindú, chino y tibetano, la fase de la madurez del yo no es terminal; ésta prepara una fase ulterior: la disolución del yo y sus tensiones conflictivas….

… En los albores de la fase del sobrepasar al “yo”, el ser humano toma conciencia de sus condicionamientos y de sus servidumbres. Percibe primero confusamente y luego con nitidez el sentido estrecho de sus límites.

El siente lo absurdo, lo contradictorio de su estado y el carácter mecánico de sus operaciones mentales. Percibe que éstas no son más que memorias que niegan toda creatividad auténtica. El ser humano capta lo bien fundado del pensamiento de Krishnamurti que le enseña que su vida no es más que una marcha estéril mecánica, que va de lo conocido a lo conocido…"

Robert Linssen
Nacimiento, Desarrollo y Disolución del Espejismo del Ego, Editorial Orion, 1983, páginas 14-26




"Se ha dicho que la "fe mueve montañas"; pero solo puede hacerlo en la medida en que se inspira en el amor, porque solo la magia del amor contiene potencias tan sorprendentes."

Robert Linssen
Del amor humano al amor divino



"Todo hombre que no se conozca es prisionero de sus deseos insaciables, de sus temores conscientes o inconscientes. Sus actos no serán más que reacciones incompletas absolutamente condicionadas por el instinto de conservación del Yo. El hombre que se conoce en profundidad se libera de la sujeción de las fuerzas de inercia implícitas en el instinto de conservación del Yo. En este caso, la pasividad no es negativa, sino creadora; no conduce a la inacción sino que, por el contrario, revela el principio mismo de toda acción y de todo trabajo verdadero en el Universo."

Robert Linssen









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