"Dentro del pecho duelen
las ligaduras rotas
por algo que pretende
emigrar."
Juan Marinello Vidaurreta
El grito
Guerreaba el Grito en los caminos:
-¡Oh aquel que sea tierra entre la tierra!
-En la piedra sedienta era el Grito alarido
y lágrima salobre en el agua sedienta.
-¡Ay del cuerpo insepulto
con el alma agobiada de tierra!
Guerreaba el clamor fuerte por el valle,
y un gemido de angustia sobre la sementera.
Prendió una ráfaga del Grito
su virtud dura en la tormenta interna.
Un temblor súbito.
Y fuimos una cuerda encendida en el Grito,
fuimos el Grito mismo azotando a la tierra.
Se fundieron las voces en la voz soberana
-¡Ay del que vio el relámpago, no la luz de la estrella!
Azrael duro y torvo, tu vibraste en el Grito
tu rompiste mis manos,
tu sajaste mi pecho con tu voz de tormentas.
Rodó la luz por las barrancas
y hasta la nueva luz vivió en mi sangre
la imprecación tremenda.
Pero, la nueva aurora,
brilló en las apartadas sementeras,
quedaron las tinieblas entre las manos rotas
y la noche, por siempre, sobre el pecho de tierra.
Juan Marinello Vidaurreta
“Patria o muerte, hemos vencido.”
Juan Marinello Vidaurreta
¨Que nadie se sienta forzado a una manera específica de expresión, que nadie renuncie a su pensamiento, siempre que éste confluya en una gran voluntad nacional que no es legítimo contradecir ni atacar.¨
Juan Marinello Vidaurreta
Tu frente
Aquella frente tuya, rumorosa,
hecha de luna y caracol marino
fue la dueña absoluta de la rosa
cuando emprendimos, juntos, el camino;
aquel erguido vaso peregrino
que encendió su presencia numerosa
ante cada dolor, y a toda cosa
impuso la pasión de su destino,
es esta misma frente conmovida
y quieta en su clamor, lumbre nacida
de las sombras mortales de la hora,
que vuelve en tiempo y luz y en la alborada
toda flecha enemiga disparada
sobre su fiel planicie vencedora.
Juan Marinello Vidaurreta
“Vivir honradamente las propias limitaciones y el braceo trágico para superarlas es honrar la condición humana, es ennoblecer la vida señalándoles metas insalvables.”
Juan Marinello Vidaurreta
Y sin embargo…
Lo he dejado todo;
Amores que sólo
Eran un reflejo
Del amor,
Mirajes
Que eran un trasunto débil del paisaje
Interior.
Todo se ha quedado detrás; la gloria
Del elogio fácil (dulce vanidad),
Las manos que estrechan, las manos que dañan,
El beso que enciende y el beso que calma
La ansiedad,
Todo se vislumbra lejos; pero asciende
De las tibias ascuas- hogueras del ayer-
Un humo en que flotan ansias insepultas
Y maravillosas formas de mujer.
Todo lo he dejado;
Pero todo alienta dentro de mí ser.
Juan Marinello Vidaurreta
Yo no sentía la tarde
ni el alma.
Viniste tú
y hubo un espanto de soles
en los viejos corredores
doloridos de tu luz.
Marcho en la tarde dorada
y el campo todo pregunta:
¿cómo ilumina el sendero
este, que es sombra y es duelo
eternos?
Hay un asombro
en la pupila del río.
(Y soy un dulce rubor
al duro sol del Estío).
Me voy fundiendo en la llama
de la nueva quemadura:
tengo un gigante, el amor
que empavorece la altura
de los montes. Y un rumor
estelar entre las sienes:
No ven los miopes senderos
en el pecho amanecido.
Sólo me ven en la tarde
y voy marchando contigo.
El alma ya no sabía
de amores.
Llegaste tú
y hubo un espanto de soles
en los viejos corredores
traspasados de tu luz.
Juan Marinello Vidaurreta
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