Canto XXVIII

Va de mi puño y puño y letra a letra
surgiendo multitud de instantes.

Unas veces soy yo, o es mi sollozo.
Otras veces la estampa de mi padre.

De pronto, en una vuelta del recuerdo,
lunas, pájaros, versos niños, árboles,
hasta que surge acompañando al día
tu paso junto al mío, hacia la tarde.

Pero todo es igual, uno y lo mismo.

El universo se trasfunde y cabe
en el nombre del hombre que yo llevo
y en tu presencia adentro, arriba, al margen.

También lo que sucede y nos sucede.

Y la serenidad que nos invade
cuando ya las pasiones amansaron
en una paz de unción, todo su oleaje.

Es cierto. Estoy cansado. Es justo ahora
que bendiga tu sombra
y que descanse.

También que llore a orillas del olvido
y escuche el golpeteo de mi sangre.

Todo es uno y lo mismo. Tu silencio.
Mi silencio. Tu voz. Mi voz. El aire
que acaricia con mano de nostalgia
toda la historia, amor, de nuestro viaje.

No se cumple el milagro en una espora:
se cumple en nuestro vino y nuestra carne,
y es uno solo el rumbo de los días
desde el vagido hasta el reposo grande.

Y un hombre no es un hombre ni su estirpe,
sino el río, la piedra, el viento, el cauce.
Y sobre todo, amor, el amor mismo
con su secreta población de arcángeles.

Hugo Lindo


Dejad, pues, que sucumba

Todo el dolor te navegaba por la sangre.
Un río largo descendía por la historia
hasta llegar a tu lugar preciso.


La sombra iba nadando sobre el río.
El aire
le pasaba la mano suavemente.


Y los sauces lloraban siglo a siglo
sus hojas,
su rocío,
su ternura,
para amparar la soledad del hombre.


Pero era menester que te agobiara
la carga de los días.


Que la noche
se te echara en el alma y te mordiera.


Que la razón del mundo y su pregunta
se te enroscaran en la voz.
Que el vino fuera
vinagre ya en las comisuras.


Y era
indispensable el fuego de los ojos
la sal atroz,
madrina de su brillo.


Y la espina del paso.
Y la aterida
mordida del invierno en la piel tensa.


Sin eso
no serías el hallazgo,
la flor abierta al ámbito del día,
la mano recia
ni la mano dulce.


Sin eso, simplemente, te hallarías
mineral,
vegetal,
seco,
vacío,
rondando apenas el envés del mundo.


La rosa se te dió,
gloria en la vista,
miel del olfato,
levedad del tacto,
porque lloraste encima de sus brotes.


La luz se te otorgó
porque venías
silencioso y sangrante
por el túnel.


La vida misma circuló en tus venas
porque es rojo el color de los suplicios.


Y el amor llegó a ti,
quedó en tu casa,
echó raíces y engendró milagros,
porque venía ya de otras edades
en tu propio dolor,
tu propio tiempo,
tu propio río,
en fin,
tu propia historia.

Hugo Lindo


Dormiremos aquí

Dormiremos aquí
donde la hormiga
acumula su sórdida riqueza.

Aquí, donde el verano no se atreve
a hincar la azada
ni a plantar la flecha.

Aquí donde el festón de las raíces
se agazapa y enreda.

Dormiremos.

Donde el agua inefable del invierno
se filtra,
leve, queda,
hasta mojar los párpados
y la sonrisa yerta.

Aquí,
taller sombrío en que se forjan
las cosechas.

Dormiremos aquí.

Cerrad la puerta.

Hugo Lindo Olivares



"El limbo es la inconsistencia, la estupidez, la apatía: es sitio sin amor y sin odio y sin verdad y sin mentira y sin nada. Es la aniquilación misma. "

Hugo Lindo


¡Justicia señor gobernador!



"Es difícil fingir para quien no trae la hipocresía en la sangre."

Hugo Lindo



¡Justicia señor gobernador!



"Esta soledad me pone más locuaz de lo necesario, y así como otros piensan en voz alta, yo me he dado a pensar por escrito."

Hugo Lindo
¡Justicia señor gobernador!



"La inteligencia y la cultura son factores que ensanchan nuestra esfera de libertad y de responsabilidad; pero no son, ni con mucho, los factores principales."

Hugo Lindo
¡Justicia señor gobernador!



Maneras de llover
(fragmento)

Yo soy esta conciencia

Esta manera simple de estar en la ventana
viendo llover.

Esta diaria agonía
de preguntar, y preguntarme el mundo,
la verdad,
el dominio invisible,
y anochecer sin nada entre las manos.

Yo soy esta conciencia, enarbolada
sobre el asta que el pez y la serpiente
y el lagarto y el pájaro y el mono
fueron labrando para mí.

Y adentro,
abajo,
en la caverna de los siglos,
toda la zoología me custodia los gestos.

Pero la zoología fue en el árbol,
y vivió de la luz de las naranjas
y el color de las hierbas.
Su sangre tiene sueño y clorofila.
Tiene cotidelones en el sexo,
yemas en el amor,
brotes menudos,
una sustancia de hoja bajo el cuerpo.

Mirad que el maíz vino de las aguas,
abuelas nuestras,
únicas paridoras del mundo,
y en su vaivén los siglos nos hallaron hundidos,
simplemente, esperando.

Del agua, por la roca, al primer musgo fino.
Del musgo, por el árbol, a la bestia desnuda.
De ella, por las torturas implacables del tiempo,
hasta el don de sabernos dioses desamparados,
lágrimas de los dioses,
invierno de los dioses
lloviendo nuestra lluvia de fatiga sin término. 

Hugo Lindo




"No es de corazones nobles el complacerse en el mal ajeno."

Hugo Lindo
¡Justicia señor gobernador!


"Ocurre que a veces analizamos una situación, le damos mil vueltas en la cabeza, creemos habernos anticipado intelectualmente a todas las soluciones posibles, y la vida nos juega la vuelta y sale, haciéndonos una morisqueta burlona..."

Hugo Lindo
¡Justicia señor gobernador!


"Siempre que pasamos del invierno al verano o del verano al invierno, San Salvador se remece violentamente. Por algo este valle se llama de Las Hamacas."

Hugo Lindo
¡Justicia señor gobernador!


Ultima fuga

Era volviendo la emoción arriba,
trasponiendo la leche de los astros
hasta llegar al corazón del día
por nuestro propio corazón de barro…

Era olvidando el grito y la sonrisa,
la móvil trayectoria del gusano,
la dimensión y el fuego de la herida
que nos convierte en huéspedes del llanto.

Era yéndome a patrias imprevistas
por caminos de amor, cilicio y canto:
como San Juan, como Fray Luis solían
vagar en la neblina de los páramos:
como Teresa fuerte, dulce y fina
se iba en la miel de sus silencios altos…

Era así, renunciando a nuestra ínfima
condición de pupilos del espacio,
la posesión exacta de la huida
y el inefable beso del milagro.

Hugo Lindo










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