El amauta
El viejo Amauta de la barba rala,
del ceño adusto y manos temblorosas,
observa las alturas pavorosas
donde cada astro en su órbita resbala.
El nocturnal silencio es como una ala
quieta bajo las sombras azulosas,
y entre sus vibraciones misteriosas
el infinito su terror exhala.
La maravilla sideral le absorbe,
cuando intuyendo en cada estrella un orbe,
su pensamiento quién las quía inquiere,
se hace más honda cada vez la calma ...
y cuando al fin su pensamiento muere,
siente que Dios se asoma sobre su alma.
Humberto Viscarra Monje
La ausencia
Tras la puerta hay un bastón de pino,
que nadie toca desde que tú te fuiste,
e impar ojota, en actitud muy triste,
quizá aguarda tu pie de peregrino.
(…)
Alguna vez el perro con sorpresa,
va hasta el medio del camino y se regresa
aullando bajo el viento que lo azota.
Y otros ojos alternan su emoción,
pasando largamente de la ojota
al llano, donde zumba el ventarrón.
Humberto Viscarra Monje
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