“Las metáforas de cualquier mitología pueden definirse como signos afectivos derivados de intuiciones de este juego del Yo a través de todas las formas de un estilo local de vida, manifestados mediante representaciones ritualizadas, relatos pedagógicos, plegarias, meditaciones, festivales anuales, etcétera, de tal modo que todos los miembros de la comunidad respectiva puedan tener acceso a su conocimiento, tanto en la mente como en el sentimiento, y puedan vivir en consecuencia.”

Joseph Campbell
Tú eres eso


QUÉ HACEN LOS MITOS

A mi juicio, las mitologías tradicionales cumplen cuatro funciones.

La primera es reconciliar la conciencia con las precondiciones de su propia existencia; esto es, alinear la conciencia de la vigilia con el mysterium tremendum de este universo tal como es. Las mitologías primitivas, incluyendo la mayoría de las mitologías arcaicas, se interesan en ayudar a los hombres a asentir a esto. Pero lo hacen del modo más monstruoso, poniendo en escena rituales de horrenda violencia frente a los ojos de los espectadores, con toda la comunidad participando en ellos. Si uno puede admitir eso, uno no está aprobando la vida, porque eso no es la vida. Después vino, en la historia humana, un momento en que la conciencia se negó a aceptar esta interpretación y surgió un sistema de mitologías interesadas en ayudar al hombre a alejarse, a colocarse a una distancia de esta concepción de la experiencia básica. Apareció la religión zoroástrica, que presenta la idea de que el mundo era originalmente bueno (es decir: inofensivo) y que un principio de mal lo precipitó en una caída. De esa caída provino esta lamentable, desdichada y no querida situación conocida como la condición humana. Siguiendo la doctrina de Zoroastro, al participar en una obra de bien las personas se asocian con las fuerzas de la restauración, eliminando la infección del mal y retomando la senda hacia el bien. Esencialmente, esta es la mitología que encontramos en la tradición bíblica: la idea de una creación buena y una caída subsiguiente. En lugar de culpar por la caída a un principio malo antecedente al hombre, la tradición bíblica culpó al hombre mismo. El trabajo de redención restaura la situación buena y, cuando complete este trabajo, traerá el fin del mundo tal como lo conocemos, es decir el mundo del conflicto y la guerra, ese universo de la vida que devora a la vida. Ya sea que pensemos a la mitología en términos de la afirmación del mundo que es, la negación del mundo que es, o la restauración del mundo a lo que debería ser, la primera función de la mitología es despertar en la mente un sentimiento de reverencia ante esta situación, mediante uno de los tres modos de participación: saliendo, entrando, o efectuando una corrección. A ésta yo la consideraría la función esencialmente religiosa de la mitología, esto es, la función mística, que representa el descubrimiento y reconocimiento de la dimensión del misterio del ser.

La segunda función de una mitología tradicional es interpretativa: presentar una imagen consistente del orden del cosmos. Hacia el 3200 a.C. nació el concepto de un orden cósmico, junto con la idea de que la sociedad y el hombre y la mujer deberían participar en ese orden cósmico porque es, en los hechos, el orden básico de nuestra vida. Antes que esto, en las sociedades primitivas, el objeto de la reverencia no era un orden cósmico sino la aparición extraordinaria del animal que actuaba distinto de los otros de su especie, o de una cierta especie de animal que parecía ser especialmente inteligente, o algún otro aspecto notable del paisaje. Esas cosas extraordinarias predominan en las mitologías primitivas de todo el mundo. En el período de las altas civilizaciones, en cambio, llegamos a la experiencia de un gran tremendum misterioso que se manifiesta de modo tan impersonal que ni siquiera se le puede rezar, sólo se lo puede reverenciar. Los dioses mismos son sólo agentes de ese gran misterio, cuyo secreto se encuentra en las matemáticas. Esto puede observarse todavía en nuestras ciencias, en las que las matemáticas del tiempo y el espacio son consideradas el velo a través del cual el gran misterio, el tremendum, se muestra. La ciencia, en todas las mitologías tradicionales, reflejó las creencias de su tiempo. No es sorprendente que la Biblia refleje la cosmología del tercer milenio antes de Cristo. Los que no comprenden la metáfora, el lenguaje de la revelación religiosa, se encuentran frente a imágenes que deben aceptar o cuestionar como hechos.

La tercera función de una mitología tradicional es validar y sustentar un orden moral específico, el orden de la sociedad en donde nació esa mitología. Todas las mitologías nos llegan en el marco de una cierta cultura específica y deben hablarnos a través del lenguaje y símbolos de esa cultura. En las mitologías tradicionales, la idea en realidad es que el orden moral está orgánicamente relacionado con el orden cósmico, o forma parte de éste. Mediante esta tercera función, la mitología refuerza el orden moral configurando la persona según las demandas de un grupo social específico, condicionado geográfica e históricamente. Como ejemplo, los ritos primitivos de iniciación, que trataban a la gente con mucha dureza, tenían la intención de resolver el problema de hacer cruzar a las personas en crecimiento el primer gran umbral de su desarrollo. Estos ritos, normalmente, incluían escarificaciones y algunas cirugías menores. Esos ritos eran realizados de modo que las personas comprendieran que ya no tenían el mismo cuerpo que habían tenido de niños. Después, podían mirarse y ver que eran diferentes, que ya no eran niños. Estos cortes y marcas exigidos por la sociedad los incorporaban, en cuerpo y mente, a un cuerpo cultural más grande y durable, cuya mitología explicatoria se volvía la suya. Debe observarse que aquí la fuerza se encuentra más en la sociedad que en la naturaleza.

La cuarta función de la mitología tradicional es transportar al individuo a través de los distintos estadios y crisis de la vida; es decir, ayudar a las personas a entender integralmente el despliegue de la vida. Esta integridad significativa que los individuos experimentarán hechos significativos, desde el nacimiento hasta la madurez y la muerte, como hechos de acuerdo con, primero, ellos mismos, y, segundo, con su cultura, así como, en tercer lugar, con el universo, y, por último, con ese mysterium tremendum más allá de ellos y de todas las cosas.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Cuando uno está preparado para ver la luz eterna, por así decirlo, a través del enrejado del tiempo, uno puede experimentar el misterio. Eso es especialmente cierto en el caso del arte que transporta símbolos mitológicos que nos siguen hablando.

Joseph Campbell
Tú eres eso

… la experiencia del misterio viene no de esperarlo sino de abandonar todos los programas, porque nuestros programas están basados en el miedo y el deseo. Los dejamos caer, y viene el esplendor.

Joseph Campbell
Tú eres eso


El misterio es también el tema de las leyendas artúricas del Rey del Grial que ha sido horriblemente herido. La Tierra Baldía es ese territorio de gente herida, es decir, gente que vive vidas inauténticas, vidas rotas, que nunca ha encontrado la energía básica para vivir, y vive, en consecuencia, en ese paisaje estéril. Esa es la Tierra Baldía, un elemento importante en la leyenda del Grial.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Somos los órganos sensoriales de la Tierra. Somos los sentidos del universo. Lo tenemos todo dentro de nosotros. Y las deidades que alguna vez creímos que estaban ahí afuera, ahora lo sabemos, fueron proyectadas allí desde nuestro interior. Son los productos de nuestra imaginación humana que trata de interpretar, de un modo u otro, los misterios del universo, que seguramente hoy vemos como un universo muy diferente del que fue en los días en que Jahvé arrojó piedras del cielo sobre el ejército de los amoritas e hizo que el Sol se detuviera en el cielo hasta que su pueblo elegido se hubiera vengado de sus enemigos (Josué, 10:13).

Joseph Campbell
Tú eres eso


En este mundo moderno en el que vivimos, en el que todas las cosas, todas las instituciones, parecen estar destrozándose rápidamente, el sentido ha escapado del grupo, donde podía hallárselo antes. Hoy el grupo es sólo una matriz para la producción de individuos. Todo el sentido se encuentra en el individuo, y en cada uno este sentido es considerado único. Y sin embargo pensemos para concluir en esto: cuando hemos vivido nuestra vida individual siguiendo nuestro propio camino aventurero y después miramos atrás, encontraremos que después de todo hemos vivido una vida humana modelo.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La causa secreta de mi muerte es mi destino. Toda vida tiene una limitación, y al desafiar el límite estamos llevando el límite más cerca de nosotros; los héroes son los que inician sus acciones sea cual sea el destino que pueda resultar. Lo que sucede es, en consecuencia, función de lo que hace la persona. Esto es cierto respecto de la vida en general. Aquí se revela la causa secreta: el curso de la vida es la causa secreta de la muerte. Esto también ocasiona el accidente de que esto antes que aquello se vuelve la ocasión de la propia muerte. El accidente de que uno muera de este modo, en vez de hacerlo en un momento y en un lugar diferente es una consumación de su destino.

Joseph Campbell
Tú eres eso


En el curso del segundo milenio a.C., sucedió algo extraño en territorios del Cercano Oriente, “la gran inversión”, como yo la llamo. Como ustedes saben, cuando hay gente que piensa que el mundo se está recalentando, su reacción subjetiva es querer enfriarlo. En ese período, uno observa el comienzo de la meditación, el esfuerzo por independizar el yo del mundo. Otra lectura de esta inversión revela el espíritu del jainismo, que está basado en ideales de no violencia. La pregunta conocida, “¿Cómo vivir y ser no violento?”, tiene una respuesta también conocida: “No se puede”. De ahí que la ley del jainismo sea morir. Y no volver. Se trata de una salida radical de un mundo cada vez más recalentado.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La misteriosa procesión del cielo nocturno, entonces, con el mudo movimiento de las luces planetarias sobre un fondo de estrellas fijas, ha proporcionado la revelación fundamental de un orden cósmico, una vez que fue puesta en mapas matemáticos. La imaginación humana reaccionó desde su núcleo, y tomó forma un vasto concepto: el universo como ser vivo en la imagen de una gran madre, dentro de cuyo vientre todos los mundos, tanto los de la vida como los de la muerte, tenían su existencia. El cuerpo humano es un duplicado, en miniatura, de esa forma macrocósmica. A través del todo, se mantiene una armonía secreta. La función de la mitología y los ritos correspondientes es hacernos conocer esa visión macro-microcósmica, así como es la función de la medicina (recordemos los 43.200 latidos del corazón cada doce horas) mantenernos en armonía con el orden natural. Estas viejas mitologías, entonces, ponían a la sociedad de acuerdo con la naturaleza. Sus festivales estaban correlacionados con los ciclos de las estaciones. Eso también puso al individuo de acuerdo con la sociedad y a través de ella en armonía con la naturaleza. No hay tensión entre individuo y sociedad en ese mundo mitológico. Las reglas, así como los rituales, de tal sociedad, ponen a las personas de acuerdo no sólo con su mundo social, el mundo de la naturaleza externa, sino también con su propia naturaleza humana interior. En el curso del segundo milenio a.C., sucedió algo extraño en territorios del Cercano Oriente, “la gran inversión”, como yo la llamo. Como ustedes saben, cuando hay gente que piensa que el mundo se está recalentando, su reacción subjetiva es querer enfriarlo. En ese período, uno observa el comienzo de la meditación, el esfuerzo por independizar el yo del mundo. Otra lectura de esta inversión revela el espíritu del jainismo, que está basado en ideales de no violencia. La pregunta conocida, “¿Cómo vivir y ser no violento?”, tiene una respuesta también conocida: “No se puede”. De ahí que la ley del jainismo sea morir. Y no volver. Se trata de una salida radical de un mundo cada vez más recalentado. Pero puede hallarse otra lectura en la mitología de los zoroástricos, los asociados con Zoroastro, cuyas fechas no conocemos. Hay quien dice que vivió hacia el 1200 a.C., y otros que vivió seiscientos años después, alrededor del 600 a.C. Es aproximadamente del mismo período que Homero y quizá, como él, debiera ser considerado como símbolo de una tradición antes que como persona individual. Zoroastro fue el profeta de los persas, el pueblo que restauró a los judíos en Jerusalén, los mismos persas que después dieron origen a los caldeos. La idea básica en la enseñanza de Zoroastro es que hay dos dioses, uno bueno y otro malo. El Dios bueno es un Dios de Luz, de Justicia, de Sabiduría, que creó un mundo perfectamente bueno. Su nombre es Ahura Mazda, “Primer Padre del Orden Correcto, que les dio al sol y a las estrellas sus caminos”. Las bombillas de luz Mazda fueron nombradas en honor de este Dios de Luz. Contra él se alza el Dios del Mal, Angra Mainyu, “el Engañador”, que es el dios de las mentiras, de la oscuridad, la hipocresía, la violencia y la malicia. Fue él quien introdujo el mal en este mundo bueno y bien hecho. Así, el mundo en el que vivimos es una mezcla de luz y oscuridad, de bien y de mal. Esta visión del mundo es la mitología de la Caída. En su transformación bíblica, es la Caída. Hay entonces un mundo natural que no es bueno, y uno no se pone de acuerdo con él. Es malo y uno escapa o sale de él para corregirlo. De este punto de vista surge una mitología con esta secuencia: primero la Creación, luego una Caída, al fin Zoroastro (o Zaratustra) que predica un camino virtuoso que traerá una gradual restauración del bien. El último día, tras una terrible batalla llamada Armagedón, o el Juicio Final, Zoroastro aparecerá, y habrá paz, luz y virtud para siempre. Todos estamos familiarizados con esta mitología. Cuando fueron desenterrados los rollos del Mar Muerto y otros rollos del desierto, a mediados del siglo XX, los estudiosos descubrieron que uno de estos antiguos escritos judíos, llamado “La Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de la Sombra”, era zoroastrismo puro. La influencia zoroástrica, particularmente en la comunidad hebrea, está representada en la obra de los esenios. Tenemos por lo tanto, en la Biblia misma, este concepto del mundo como algo fallido. En consecuencia, a lo largo del Viejo Testamento uno lee sobre reyes que, a la vista de Jahvé, se toman el trabajo de arrasar las religiones naturales. Estas historias representan una tensión entre dos mitologías totalmente diferentes. Una es la de la bondad de la naturaleza, con la cual los individuos tratan de armonizarse. Eso es considerado un acto virtuoso y saludable y sostenedor de la humanidad. La otra ve negativamente a la naturaleza, y la elección personal es decirle “no”, y apartarse de ella. Considero muy importante esta distinción de mitologías. Tenemos las mitologías de la naturaleza, que nos ponen en contacto con nuestra propia naturaleza. Pero también existen, hay que observarlo, mitologías antinaturaleza. Son las mitologías de los pueblos nómades. Cuando vivimos en el desierto, no podemos depender mucho de la Madre Naturaleza, y se acentúa la conciencia social para el desierto. Entre los griegos, las dos actitudes se conjugan. A partir de esta integración vemos la reemergencia de la noción de la Diosa. En la India, por ejemplo, después de las invasiones indoeuropeas (hacia la época de la invasión hebrea en Canaán, en los siglos XIII y XIV a.C.), vemos una reaparición del culto de la Diosa. Vale la pena examinar la idea de la deidad que se encuentra en estas religiones de la Diosa Madre. La palabra “brahman” se refiere a algo que está más allá de todos los conceptos, y en este sentido, hay dos modos de interpretar la palabra “trascendente”. Una significa algo que está allí y por lo tanto trasciende a este sitio aquí. En ese sentido, Jahvé es trascendente. Jahvé es, podría decirse, un hecho sobrenatural, allá arriba. El otro modo de leer la palabra “trascendente” es el de Kant en la Crítica de la razón pura, como el misterio último del ser que trasciende toda conceptualización, más allá del pensamiento, más allá de las categorías. Esa es la idea que se encuentra en las Upanishadas. En la India, cuando el poder femenino de la Diosa revivió durante este período, hubo alguna comprensión de que el misterio último se encuentra en el misterio del propio ser de uno, pero que el misterio es algo más profundo de todo lo que puede alcanzar el pensamiento individual. Esta experiencia espiritual ha sido llamada gnosis, palabra griega que significa conocimiento, y describe esta comprensión intuitiva del misterio que trasciende el habla. Por esta razón, el lenguaje que usamos al hablar del misterio religioso es el de la metáfora. La metáfora es el lenguaje del mito que sigue siendo, como lo hemos observado, un término todavía hoy ampliamente malentendido. Aún mucha gente supuestamente educada piensa que “mito” significa algo que es falso, esto es, una mentira o distorsión sobre alguna persona o hecho. Pero este malentendido surge, como sabemos, sólo cuando leemos mal el lenguaje metafórico. Todas nuestras ideas religiosas son metáforas de un misterio. Es vital recordar que si confundimos la denotación de la metáfora con su connotación, perdemos completamente el mensaje contenido en el símbolo. Dios es un símbolo. La connotación del símbolo está más allá de todos los nombres, más allá de toda numeración, más allá de todas las categorías de pensamiento. Uno suele preguntar: “¿Dios es uno, o Dios es muchos?”. Pero estas son categorías de pensamiento que no sirven demasiado para hablar de lo que está más allá de toda palabra. Probablemente ustedes están familiarizados con una de mis citas favoritas de Heinrich Zimmer, que decía: “Las mejores cosas no se pueden decir. Y las que les siguen son malentendidas”. ¿Por qué estas segundas mejores cosas son malentendidas? Porque son metáforas que, como decimos todo el tiempo, son mal leídas en su denotación y no en su connotación. Jesús muere, renace y va al Cielo. Esta metáfora expresa algo misterioso religiosamente. Jesús no pudo irse literalmente al Cielo porque no se trata de un lugar geográfico al que ir. Elías subió al cielo en un carro, dicen, pero no debemos tomar esta afirmación como la descripción de un viaje literal. Se trata de hechos espirituales descriptos en metáfora. Parece haber sólo dos clases de personas: los que piensan que las metáforas son hechos y los que saben que no son hechos. Los que saben que no son hechos son los que llamamos “ateos” y los que piensan que son hechos son “creyentes”. ¿Cuál de los dos captó realmente el mensaje? No se logra nada bueno descartando el mensaje. Todos los mensajes del mito, desde el período de los pueblos agrícolas en adelante, nos hablan de lo que constituye los valores de nuestras vidas, y de todas las vidas. Por último, el mensaje está ahí mismo, en la cosa misma que parece estar bloqueándonos porque es tomada literalmente en lugar de metafóricamente. Después, en especial cuando todos los horizontes dentro de los cuales ha crecido el mito se rompen, comprendemos que, ya que todos estamos juntos en un planeta, debemos empezar a leer nuestra propia mitología como algo que se refiere no sólo a nosotros mismos sino, en conjunción con todas las otras mitologías expresadas en la metáfora, a todos. Es de gran importancia recordar el ciclo que ya he mencionado. Cuando las mitologías patriarcales surgen con fuerza hunden a las mitologías de la Diosa Madre. Las mitologías de la Diosa Madre vuelven a afirmarse, como, por ejemplo, en el siglo VII a.C. en Grecia cuando vuelven a surgir en los misterios eleusinos, las maravillosas religiones de misterios. En la India también volvieron y la Diosa sigue siendo la principal deidad en la India. Kali, en una de sus varias formas, es Shakti, la energía que informa todo en la vida. Así, los mitos regresan relacionados unos con otros.

Joseph Campbell
Tú eres eso


En el Evangelio de Tomás, que fue hallado en las jarras de Nag Hamadi bajo el templo egipcio, Jesús dice: “La gente pregunta, ‘¿Cuándo llegará el Reino?’.” Y el mismo Jesús responde, en un ejemplo de puro gnosticismo: “El Reino no vendrá porque lo esperen. El Reino del Padre está difundido por la Tierra, y los hombres no lo ven”.

Joseph Campbell
Tú eres eso


El mito central en la Biblia es el del exilio. El cristianismo es la continuación del Viejo Testamento. Como sabemos, hubo una gran cuestión al respecto en los primeros cuatro siglos del cristianismo. ¿El cristianismo era una nueva religión? ¿O era el estadio siguiente del Viejo Testamento? Recordemos a los dos Guardianes en las puertas del Edén. Mientras que el Buda (sentado bajo el Árbol del Conocimiento de la Vida Inmortal) dice: “Entrad”, el pueblo judío se piensa a sí mismo en el exilio, una palabra muy propia de ellos. Los cristianos, en cambio, siguieron a Jesús, que ascendió mediante el sacrificio de su vida física. Esa fue la gran revelación de Pablo sobre este joven rabino que fue crucificado por haber dicho “Yo y el Padre somos uno”. Eso es buen gnosticismo. Cuando Hallaj, novecientos años después, dijo lo mismo, también fue crucificado por los musulmanes. No podemos identificarnos con Dios cuando pensamos a Dios como un hecho. Cuando pensamos a Dios como una metáfora del dinamismo de la vida, y nos identificamos con eso, somos Dios. De modo que Cristo representa el reingreso en el Jardín. El Reino del Padre está aquí en la Tierra.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Con estas distintas ideas de Dios (uno afuera como un hecho, otro adentro) quedamos desgarrados entre una religión de identidad y una religión del vínculo. El judaísmo es una religión del vínculo, el que une a Dios con Su pueblo, y a Su pueblo con Él. Como miembro, uno no es Dios; está más bien en el exilio, está sin Dios. El notable poder del judaísmo puede observarse en el pueblo que experimenta con tanto vigor su relación con Dios a través de su participación en la historia de Israel. El efecto es que tienen una vida espiritualmente informada. Como historia, el Génesis y el Éxodo se mitologizan. Por ello, cuando uno los lee, no debería entenderlos como estricta historia sino más bien como un sentido de la historia del pueblo judío, una interpretación de esa historia que acentúa sus fundamentos espirituales. Eso es lo que son en realidad. Esa historia se vuelve la inspiración, la imagen a través de la cual los lectores se ponen en contacto con lo trascendente mediante su participación en un mismo destino. Un filósofo judío del siglo XVII dijo “Llegamos a Dios no mediante la contemplación del universo, sino mediante la contemplación de la historia de la raza humana”. Esta historia judía es tan poderosa porque muestra la consumación de un principio divino operando sobre un pueblo santo. De ahí que sea una religión de participación, no de identificación.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La gente se vuelve hacia la religión oriental porque allí encuentra el verdadero mensaje que se ha cerrado en su propia religión por causa de un exceso de literalidad e historicismo…

Joseph Campbell
Tú eres eso


Yo nací y crecí como católico, y fui un católico muy devoto. Mis creencias, no obstante, se derrumbaron porque la Iglesia leía y presentaba sus símbolos en términos concretos. Durante mucho tiempo tuve un terrible resentimiento contra la Iglesia y no podía pensar siquiera en entrar en una iglesia católica. Después, mediante mi estudio de mitología y temas relacionados, empecé a entender que la religión organizada debe presentarse de un modo a los niños y de otro a los adultos. Lo que yo rechazaba eran las formas literales, concretas, históricas, que me satisfacían cuando era chico. Una vez que lo comprendí, capté mejor el mensaje. Es posible hacerlo. Es inevitable que a los niños se los adoctrine en términos puramente concretos. Pero después el niño crece y se entera de quién es Santa Claus. En realidad es papá. Del mismo modo debemos crecen en las enseñanzas sobre Dios, y las Iglesias institucionales deben crecer al presentar el mensaje de los símbolos a los adultos. Tuve una experiencia muy interesante en este sentido. Un joven hindú en las Naciones Unidas había leído algunos de mis libros y algunos de los libros de Heinrich Zimmer sobre hinduismo que yo compilé. Era un hindú muy religioso. Un día me dijo: “Cuando voy a un país extranjero, quiero estudiar su religión. Me compré una Biblia. No puedo encontrar nada de religión en ella”. La Biblia trata de la historia de la relación de Dios con su pueblo, lo que para un hindú no significa nada. De modo que este joven no podía leer el mensaje contenido ahí. Ahora, la contrahistoria de esto es el breve pero interesante diálogo que tuve con Martin Buber cuando estuvo en Nueva York en 1954. Estaba dando clases en Columbia, a las que yo asistía, y en una ocasión levanté la mano y dije: - Hay una palabra que se usó aquí que no entiendo. - ¿Qué palabra es? –preguntó. - Dios –dije. - ¿No sabe lo que significa “Dios”? –preguntó a su vez. - No sé lo que usted quiere decir con ella –dije. Nos dijo que Dios había ocultado su rostro, que estamos en exilio. Acabo de venir de la India, donde la gente está experimentando a Dios todo el tiempo. ¿Y saben lo que dijo Buber? - ¿Acaso puede comparar? Ahí tienen revelados los dos lados de la idea de Dios. Si ustedes deciden tener un Dios que no es comparable con ningún otro Dios, entonces deben afirmar a ese Dios y, podría decirse, aferrarse a él. Cuando el Dios se abre a la trascendencia, así lo hace también el creyente. Cuando el Dios se cierra, se cierra el creyente. Pero también pueden verse cara a cara con algo que no pueden manejar. Lo mejor que pueden hacer con la Biblia es leerla espiritualmente, no históricamente. Leer la Biblia a su modo, y tomar el mensaje porque le dice algo especial a cada lector, basado en su propia experiencia. El don de Dios viene en los propios términos del creyente. Dios, puro y en Sí mismo, es demasiado. Carl Jung dijo: “La religión es un sistema para defendernos de la experiencia de Dios”. Puede ser una especie de descaro pensar que el modo en que entendemos a Dios es el modo en que Dios es.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La caverna ha sido siempre la escena de la iniciación, donde tiene lugar el nacimiento de la luz. Aquí también encontramos la idea de la caverna del corazón, la cámara oscura del corazón, donde aparece por primera vez la luz de lo divino.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Hay una hermosa tradición sobre la escena cristiana de la Natividad. Las primeras tallas de la escena se encuentran en los sarcófagos de los siglos II y III. Uno de los más tempranos muestra al niño en la cuna, rodeado por el asno, el buey y los Magos. Originalmente, la Navidad y la visita de los Magos eran lo mismo. Los Magos, en este caso particular, llevan el sombrero, cuya forma se parece al gorro francés de la libertad, del dios Mitra. Son magos, es decir son sacerdotes del señor Mitra. El burro, en ese momento, era el animal simbólico de Set, y el buey era el animal simbólico de Osiris. Recordamos el conflicto de los dioses egipcios Set y Osiris y que Set mató a su hermano Osiris. Allí vemos a los animales de Set y Osiris, reconciliados en el Cristo niño. Estos dos poderes, uno de la luz y otro de la oscuridad, se unen en él. Le están dando su aliento, igual que el Dios alentó Su espíritu. Las figuras heroicas mayores conceden su poder a las más jóvenes, y los Magos, representando a Mitra, se unen alrededor del nuevo Rey. En esa pequeña escena cristiana, leemos la afirmación de que las figuras más antiguas de salvadores, Osiris y su hermano Set, así como Mitra, están reconociendo a Cristo como lo que es. En esa figura muy temprana ya encontramos la idea católica de que los mitos más antiguos son prefiguraciones de los nuevos. Nadie, en los siglos II y III, habría podido ver otra cosa en esta disposición particular de la escena.

Joseph Campbell
Tú eres eso


… en la tradición hebrea uno de los animales Asociados con Jahvé es el asno. También está asociado con el planeta Saturno, que es el planeta de Israel.

Joseph Campbell
Tú eres eso

De cualquier modo, los milagros en la leyenda de Cristo son los milagros de siempre. No se sigue de ahí que no hayan sucedido, porque es cierto, como ha sido demostrado una y otra vez, que pueden lograrse curas milagrosas gracias a gente de gran realización espiritual. Gran parte de lo que perturba a la gente es puramente psicológico de todos modos, y así responde a intervenciones espirituales. Muchas curas de males psicológicos pueden suceder en razón de la influencia de personas espiritualmente iluminadas. Los milagros pueden ser funciones, en consecuencia, de una profunda espiritualidad.

Joseph Campbell
Tú eres eso
Es asombroso observar la colocación de las fiestas de la Pascua cristiana y judía en la fecha que había sido la de la muerte y resurrección de Adonis, esto es, alrededor del 25 de marzo. La caverna en la que se supone que nació Cristo en Belén fue también la caverna donde nació Adonis. Las religiones y mitologías cristiana y griega están orientadas al individuo, y en ellas los individuos se identificaban a sí mismos y a su salvación con una figura heroica específica, Adonis o Cristo o algún otro.

Joseph Campbell
Tú eres eso


En la leyenda bíblica, y en las leyendas jainitas, siempre aparece la contrafigura del héroe. Y al final hay una reconciliación. La contrafigura también es salvada. En la leyenda cristiana, Judas queda aparte. Pero se podría ver esa Última Cena bajo una luz muy diferente de la habitual. Cuando Cristo toma el pan, lo moja en el plato y dice: “Aquél al que le dé este pan, me traicionará”, ¿es una profecía o una asignación? Yo creo que es una asignación. También sugiere que el elegido para esa misión era el mejor del grupo, esto es, el que realmente entendía el sentido de lo que estaba pasando. Judas es el partero de la salvación, la contrafigura de Cristo. Es el que lo entrega a su muerte, y después muere en la sombra. Es la sombra de Cristo. En la figura de Cristo tenemos este motivo de la sombra todo el tiempo, la contrafigura cuya silueta se recorta sobre la luz del mundo. No se puede tener la luz sin la sombra; la sombra es el reflejo de la figura de la luz.

Joseph Campbell
Tú eres eso


EL FIN DEL MUNDO

El Reino está aquí, ante nuestros ojos: ese es el mensaje de Jesús en los Evangelios. En Marcos, el Fin del Mundo suena como algo por venir, un acontecimiento futuro. Se supone que Jesús dijo: “No pasará esta generación sin que estas cosas sucedan”. Y se creyó que eso predecía la inminencia del Fin del Mundo. Por supuesto, el mundo no se terminó, y el asunto llegó a ser visto como “el gran no-acontecimiento”. Pero las Iglesias institucionales siguen diciendo que sucederá. No obstante, no se puede leer históricamente esta idea del Fin del Mundo como algo en el calendario del tiempo. Si vemos que el Reino del Padre está difundido sobre la Tierra, aunque los demás no lo vean, el Fin del Mundo ha llegado para nosotros. Porque el mundo tal como era para nosotros se ha terminado realmente. Vemos la radiante dicha del mundo y le decimos “Sí” a todo, y le decimos “No” a todo. Esta visión gnóstica implica la experiencia que ya hemos descripto, de sembrar mitologías. A partir de ahí uno identifica o reconoce el dinamismo de la vida en todas las cosas. No debemos adherirnos al mero aspecto fenoménico del mundo, sino ver directamente su núcleo.

Joseph Campbell
Tú eres eso


El Grial mitológico no estaba dentro de ninguna iglesia y sólo la persona dotada de cierto carácter podía encontrarlo. El Grial era transportado por doncellas absolutamente virtuosas y representaba una integridad de carácter y vida antes que un sistema sacramental Sir Gawain, el sobrino de Arturo, propone que, ya que consideran vergonzoso salir en grupo, cada uno entre en el bosque por el punto que le parezca más oscuro, y donde no existan senderos. Esto es el absoluto opuesto del sistema oriental del gurú, en el que uno acepta la dirección de un gurú que sabe lo que a uno le conviene. La busca vital en el sentido occidental, en cambio, se basa en uno y en su carácter potencial, que nunca ha sido probado y nadie más que uno puede sacarlo a luz. Cada individuo emprende esta busca a su modo. El problema en nuestra sociedad y en nuestras escuelas es inculcar, sin excesos, la idea de educación, como en el latín educere , conducir, sacar lo que está dentro de uno, antes que limitarse a adoctrinar desde afuera. Espiritualmente, entonces, todos debemos buscar el Grial entrando en esa parte del bosque donde nadie ha trazado un sendero.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Lo importante en el matrimonio es la relación entre dos personas, y cuando uno se casa (quiero decir cuando se casa realmente) el centro de atención se desplaza de uno mismo a la relación de los dos. Y cuando uno piensa en sí mismo sacrificando o cediendo cosas, no es por la otra persona que uno lo hace, es por la relación. Y uno está tanto en la relación como lo está el otro, ¿ven lo que quiero decir? De esto se trata, de los dos juntos. Y uno tiene que pensarse no como éste, sino como los dos en uno. Y digo que si nuestro matrimonio no es nuestra más alta prioridad en toda vuestra vida, no estamos casados, eso es todo. Y algo que digo con frecuencia es que un matrimonio no es un largo enamoramiento.

Joseph Campbell
Tú eres eso

Lo importante en el matrimonio es la relación entre dos personas, y cuando uno se casa (quiero decir cuando se casa realmente) el centro de atención se desplaza de uno mismo a la relación de los dos. Y cuando uno piensa en sí mismo sacrificando o cediendo cosas, no es por la otra persona que uno lo hace, es por la relación. Y uno está tanto en la relación como lo está el otro, ¿ven lo que quiero decir? De esto se trata, de los dos juntos. Y uno tiene que pensarse no como éste, sino como los dos en uno. Y digo que si nuestro matrimonio no es nuestra más alta prioridad en toda vuestra vida, no estamos casados, eso es todo. Y algo que digo con frecuencia es que un matrimonio no es un largo enamoramiento. Este es el gran problema en el matrimonio moderno, la idea (que fue enunciada por primera vez, por lo que yo sé, en el siglo XIII por Wolfram von Eschenbach) del amor como la base del matrimonio. Antes, y en la mayor parte del mundo, la sociedad le dice a uno con quién se casará, y son los padres los que hacen los arreglos. Los enamoramientos siempre fueron peligrosos para esa idea del matrimonio. Estas dos ideas de casarse por amor y de un matrimonio que está más allá de la convención social, se reúnen en esta idea: el matrimonio es la confirmación del amor. Y el amor es la sacramentalización del matrimonio. El matrimonio, como he dicho, no es un enamoramiento; es una prueba. Si lo piensan así, podrán superarlo. La prueba consiste específicamente en sacrificar el yo a la relación. Y el yo siempre está saliendo a la superficie, ya lo sabrán, diciendo “Oh, pobre de mí. Nadie me pasa a máquina mis escritos”, y esa clase de cosas.

Joseph Campbell
Tú eres eso


¿Cómo llega a la trascendencia la persona corriente? Para empezar, diría yo, debe estudiar poesía.

Joseph Campbell
Tú eres eso


El arte habla a lo que es posible dentro de uno.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Una persona es un héroe o una heroína cuando funciona en el interés de valores que no son locales o personales sino una fuerza más amplia de la cual la persona es vehículo. La mujer se vuelve una heroína cuando se vuelve vehículo de una fuerza que produce vida.

Joseph Campbell
Tú eres eso


El espacio sagrado puede ser definido como cualquier espacio separado de los usos seculares, desde un círculo trazado en la tierra con un bastón, en la India, a una gran catedral medieval; lo que importa es que ese espacio se libere del mundo de los pares de opuestos, como la pérdida y la ganancia en los negocios cotidianos, y podamos contemplar la unidad y el misterio revelado en todas las cosas. En los grandes santuarios y templos todo es simbólico, esto es, ordenado de modo que sea transparente a la trascendencia. Los ejemplos más antiguos de espacio sagrado se encuentran en las cavernas en el sur de Francia y el norte de España, donde se hicieron, hace treinta mil años, extraordinarias pinturas simbólicas. Al entrar en ellas, toda nuestra conciencia se transforma, y parecen constituir nuestro ambiente primordial. Los animales que circulan sobre la tierra parecen apenas reflejos de este mundo subterráneo. Un espacio sagrado, entonces, es cualquier área, como las cavernas, en las que todo es hecho para transformar el ambiente en una metáfora. Podemos decir que “el Espacio sagrado está en todas partes”, pero sólo podemos decirlo después de haber aprendido la disciplina del espacio sagrado, y apreciado la importancia metafórica de los objetos hallados allí. Examinemos una estrella de seis puntas, por ejemplo, que es el cuarto chacra en la India, así como es la Estrella de David. En la parte superior tenemos el símbolo de la aspiración. La punta inferior significa el obstáculo a esta aspiración, y los lados significan los medios por los cuales hacer el ascenso. Así tenemos simbolizados los medios para la transición desde el campo de la dualidad al de la unidad; esto es, el modo de ir más allá de todos los pares de opuestos. Tomemos el problema del arte y el espacio sagrado tal como queda ejemplificado en la Edad Media. La pintura medieval tardía de la ciudad de Reims muestra la catedral en el centro. La catedral es el templo representado como esa apertura por la cual la trascendencia irrumpe y la energía, aquí interpretada como Dios, como lo sobrenatural, se derrama en el campo del tiempo. La arquitectura del mundo clásico tiene sus hermosos templos dóricos, tan compuestos y pequeños que se los puede rodear con la mente. Lo importante era el exterior del templo. El interior es un salón vacío con la imagen de la tumba adentro. En el gótico, en cambio, lo que importa es lo de adentro. Repentinamente, con el alba de la nueva cultura e inspiración, surgió una nueva arquitectura que era en sí misma una formulación de la experiencia del misterio; el misterio del espacio. Los contrafuertes sostienen las paredes desde afuera. El interés principal de la catedral no es cómo se la ve desde afuera, sino cómo se la experimenta desde adentro. Crea un espacio santo, un espacio sagrado, que no se refiere a nada que no sea el misterio. Cuando su construcción sale bien, resulta un perfecto equilibrio de tensión y apoyo que es en sí mismo una afirmación de energía y espacio. Lo que observamos es cómo la arquitectura puede producir una experiencia de misterio, una experiencia de un modo de ser.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Una vez, siendo niño, le pregunté a la monja que era mi maestra: “¿Si voy al Cielo tendrá la misma experiencia que Tomás de Aquino?”. “Bueno”, me dijo ella, “tu copa estará llena, pero será una copa pequeña”. No fue una mala respuesta.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La palabra Kundalini significa “el enroscado”, y se refiere a la energía espiritual que se considera enroscada sobre sí misma en la mayoría de nosotros casi todo el tiempo, en su asiento en el fondo del cuerpo, en realidad en el ano. El objetivo de este yoga es emplear el control de la respiración, y la meditación, para desenroscar ese Kundalini de modo que se vuelva un canal en la columna, conocido como Sushumnã. Y al hacerlo, pasa por diferentes niveles orgánicos de compromiso psicológico: los genitales, centro del sexo; el ombligo, que es agresión; y el corazón, que es la apertura de la capacidad de compasión; la garganta, que es austeridad ascética; la mente, que es la contemplación de la imagen de Dios. La garganta es el centro verbal, y está relacionado con el lado izquierdo del cerebro, así como el centro de la imagen está asociado con el lado derecho del cerebro. Hasta llegar al nivel del corazón, seguimos en el arte cinético, el de posesión y sumisión. Veamos la diferencia entre lascivia y amor. Es la diferencia entre el segundo y el cuarto centros. Dante contemplando a Beatriz la vio con el ojo del corazón. Acteón contemplando a la diosa Artemisa lo hizo con lascivia. Este joven cazador había salido con sus perros, y siguió un arroyo hasta su fuente, y allí estaba Artemisa, la diosa, bañándose desnuda con sus ninfas. Él la miró no con el ojo de contemplar a la divinidad, el Chacra Cuatro, sino con el Chacra Dos, es decir con lascivia. Ella lo salpicó con unas gotas de agua y él se volvió un gamo, que es lo que él era desde el comienzo, y sus perros lo mataron. Cualquier referencia por debajo del Chacra Cuatro es peligrosa en tanto es cinética, ya sea en el sentido del deseo como del odio. Una vez pasé un fin de semana con psicoanalistas y mi papel era conferenciar sobre el amor cortés. Ellos no sabían qué era eso. Y yo sentí como si estuviera en el lugar equivocado, pues estas personas cultas eran adictas a analizar a gente descentrada. De pedagogía y de enseñar a la gente cómo vivir sabían tanto como puede saber un recolector de basura de cómo cocinar una buena comida. Comprendí que en ese contexto tratar de resolver los problemas del Chacra Dos en términos del Chacra Cuatro estaba simplemente destinado al fracaso. Pero la lascivia no se cura con más lascivia. La solución debe hallarse en términos del Chacra Cuatro. Tampoco pueden resolverse los problemas del Chacra Tres en términos de Chacra Tres. La agresión no remedia la agresión. El único modo de civilizar a los pequeños animales humanos es civilizándolos. Es decir, abriendo su Chacra corazón. Y si no pueden abrir el Chacra corazón, al menos podemos darles un sistema de reglas civilizadas que les indiquen cómo vivir, cosa que los ayudará a funcionar como si su Chacra corazón se hubiera abierto. Cuando llega la iluminación, y llega la compasión, no se necesitan reglas que nos digan cómo actuar compasivamente. Uno es espontáneamente compasivo. No se puede transformar un animalito malo en un animalito bueno tratándolo como si fuera un animal. Es preciso despertar el Chacra corazón, que es el sentimiento humano de compasión, y de comprensión, del amor en lugar de la lascivia. Entre los psicoanalistas había hombres que decían que no sabían qué era el amor, pero sabían qué era el fetichismo. Es una visión de túnel de la condición humana. El animal humano se encuentra en el sistema pélvico, donde están esos primeros tres chacras. Pero el corazón es el comienzo de la humanidad.

Joseph Campbell
Tú eres eso


El mito tiene muchas funciones. A la primera podríamos llamarla mística, en tanto el mito establece un vínculo entre nuestra conciencia vigílica y el misterio global del universo. Es su función cosmológica. Nos permite vernos en relación con la naturaleza, como cuando hablamos del Padre Cielo y la Madre Tierra. El mito también cumple una función sociológica, en tanto sostiene y valida un cierto orden social y moral. La historia de los Diez Mandamientos entregados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí es un ejemplo de esto. Por último, el mito tiene una función psicológica, en tanto nos ofrece un modo de atravesar, y negociar, los diversos estadios desde el nacimiento hasta la muerte.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Los mitos salen de la imaginación creativa que todos compartimos, y la historia que cada uno de nosotros reconoce en la busca del sentido espiritual equivale a todas las leyendas de los héroes, como los caballeros de la Mesa Redonda, que deben viajar a un mundo desconocido y combatir con los poderes de las sombras para volver con el don del conocimiento.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La Pascua ofrece el símbolo perfecto porque significa que somos llamados a una nueva vida. La nueva vida no está muy bien definida: es por esto que queremos aferrarnos al pasado. El viaje a esta nueva vida (y es un viaje que todos debemos hacer) no puede hacerse salvo que nos liberemos del pasado. La realidad de vivir en el espacio significa que hemos vuelto a nacer, no a una religión de antaño sino a un nuevo orden de cosas. No hay horizontes: ese es el significado de la Era Espacial. Estamos en una caída libre a un futuro que es misterioso. Es algo muy fluido y a muchos los desconcierta. Todo lo que hay que hacer es saber cómo usar el paracaídas.

Joseph Campbell
Tú eres eso


La gente vuelve a lo que le parece un terreno más familiar.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Los viajes al exterior nos devuelven al espacio interior.

Joseph Campbell
Tú eres eso


Mi definición favorita de mitología es ésta: la religión de otros. Mi definición favorita de religión: una mala interpretación de la mitología. La mala interpretación consiste en la lectura de los símbolos espirituales mitológicos como si fueran primordialmente referencias a hechos históricos.

Joseph Campbell
Tú eres eso





No hay comentarios: