Pincel de sueños
Cuando sientas al cobre de una ausencia
desgajar el encanto de tu vida
y tu cuerpo se manche con la herida
de quien fue separado de la esencia;
busca el hierro de tu alma resentida,
pues quien sabe dar calma a su conciencia
encuentra con los dioses la paciencia
y logra al desconcierto dar salida.
No temas que la tarde no te ofrezca
el manso alivio de otra piel amiga;
que el candor de una mente bella y fresca
es para las estrellas una liga,
de aroma suave y lento que refresca
y al beso de las llamas se hace viga.
Hilda Bautista
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