Camino del patíbulo, ha buscado su rostro
como quien busca el rostro de la muerte.
Culpable repite,
repetirá culpable una y otra vez
y el camino será más corto y el tiempo menos árido".

Heriberto Hernández Medina
Hanging Judge



CASI NO FUERA CIUDAD, MAS PUEBLO TRISTE

sin la glorieta enorme del olvido,
sin la música del órgano ascendiendo
por el círculo azul del agua breve.
La ciudad, casi ciudad bajo la oscura
noche de las mascaras,
_entre los vapores del alcohol y
los espasmos de la fiebre acosada_
reducida por la única música
palpable en el sosiego de la jarra.
Ceñir el cuerpo,
apretarlo contra nuestra sed más primitiva
es también recorrer la ciudad, descifrarla
aunque ustedes sonrían para
mostrar su sobrio desamparo.
En la roma colina que se alza junto al mar
el insomne emisario del agua calla y tiembla,
el frío, el alto muro.
Del otro lado festejan los feriantes
Las gratitudes del ocio y la traición.
La mentira es un velo,
un velo sórdido que muestra el juego a medias,
palabras para un solo jugador,
palabras para el juego del solo.
Del otro lado muere vibrando el órgano,
muere,
su muerte no lo es menos,
nuestra muerte lo es mas, no haz de dudarlo.

Heriberto Hernández Medina


Domingo en Chocica

Que no es subir al cielo,

decirlo no pudieras.

En lo alto del cerro sólo existe el descenso, sólo
-el recuerdo del descenso que no hemos de iniciar; hemos salvado ya

las delicadas pendientes de un silencio sin nombre,

hemos recorrido sin sentirlo apenas

la pradera infundada en que pastan las bestias como simples

/palabras.

Ésta es la irrealidad, acá pudiera

penetrar sin dudarlo el silencio insondable,

el más justo silencio en que tejes desnuda los hilos del recuerdo.

Ésta es la irrealidad,

una verdad mayor, la luz,

los ojos mirando apenas, más sintiendo, deshacerse

los sueños que quizás nunca fueron

o fueron tanto que es preciso olvidarlos.

Escucha la música, yo no sé si hay vacíos

que no puedan llenarse con palabras, escucha,
-la música ha inundado cada sitio en el que uno u otro no estamos,
-ha penetrado el sitio angosto en el que a veces solemos encontrarnos.

No puede ser que no recuerdes nunca

la holgada puerta o el rumor del agua, la dulce voz

del poderoso árbol que en sombra se deshace.


Éste es el sitio en el que dios pasea descalzo los domingos,

allí la oculta puerta entre los árboles, breve y alucinada como tu

/corazón,

como tu mano breve.

El patio sevillano, en el que ya se escuchan

las aguas que corren desde el canal con su lamento antiguo,

no podría dibujarlo,

no podría
-recordar las macetas, la casita en que se amaron, ha tiempo, extraños

/visitantes,

recordar no podría siquiera el olor, fresco supongo,

de los arbustos o el césped que imagino pisábamos.

No podría, y no quiero siquiera imaginarlo,

verte alejarte hacia el rincón oscuro

que algunos llaman soledad, yo miedo,

miedo a la vida que de vivir nos mata.


El settler irlandés corre a recibirte como si regresaras de un viaje hacia la

/nada,

puedes olvidar que existo,

yo pasearé junto al camino tras los chicos -Oliver Twist, Becky

/Teacher indiferente,

Huck, el sombrero oscuro hasta los ojos-,

me detendré un momento antes de entrar, junto al piano de las

/veladas al calor del fuego,
-sueño de música, verde sueño de sonora madera e historias para ser

/contadas.

Esta es la casa en que la vida comienza todas las semanas,

en la terraza soleada tenderé, en tanto estés ausente,

como un lento lagarto mis recuerdos.


- Sostenida por una leve brisa, por una breve sombra,

extiende su mano mi árbol, mi sitio de estar sola,

ella me devuelve el hambre de estar viva;

nos conducirá, no has de dudarlo,

hacia la nada en que todo se resuelve.


Cuanta ave detenida en su vuelo, el plumaje de la historia,

el manto de la muerte.

Corre el agua desde el canal hacia sus ojos,
-podemos escucharla, pero ella cuenta las monedas en el arcón de

/madera,

pone las monedas antiguas

del lado de los días turbios de soledad

y cuenta con ojos de gacela

las lustrosas monedas del más cálido amor.


Santa Rosa de Lima, no importan

las rosas con su olor a destierro,

es ésta la ciudad sobre las aguas sostenida, es ésta

la verdad de una mujer que mira al cerro y el cerro le responde.

Pueden subir las aguas, no hemos de temer,

el tiempo es nada,

nos conduce de la mano una muchacha breve como el silencio.

Siento en la sien el hongo, alucino,

nada escucho, he recorrido del páramo a la duna

y no he ido a sitio alguno.

Sólo puedo escuchar la voz del tiempo, las palabras que callas para mí,

el camino trazado en el silencio

en el que entré una vez para perderme.


Acá el Eros se apoderó del barro, esto es lo que ha quedado;

allá los grandes ídolos colgados, con hilos invisibles,

de un muro inexistente, y la escalera

sostenida por el fin del viaje, por la nada que aún tiene una sorpresa.

Ésta no es una ventana, es la ventana,

el muestrario del mundo al que hemos de volver,

estas palabras fueron escritas allí después que nos marchamos.

Yo continúo escribiendo en el lugar en el que ya no estamos,

son éstas las palabras que he robado,

las palabras que escribo por temor a decirlas.


Ésta es la ventana, desde ella he de mirar dentro de ti

hasta encontrar el sitio que tu silencio esconde.

Heriberto Hernández Medina



Fábula del delfín y la sombra del pájaro

Sentado entre dos muertos, la sombra del pájaro en vuelo convertida,

…………………./sombra sobre la sombra;

……como herida sentado entre dos muertos: la cerveza espuma oleada

…………………./sobre el pecho

……y a nuestro lado dos muertos punzando los rostros de la conversación.

La verdad no es el vuelo del pájaro, es el plumaje penetrando la

…………………./ambigüedad del canto,

……el canto como un pequeño ruido acuchillado en el vacío del pecho.

En la jarra de los bebedores, la espuma de la cerveza como la voz del

…………………./niño que entre dos muertes canta,

……es un ahuecamiento que va el doblez bordeando,

……un penetrar lento del plumaje en la oscura sordidez del sonido.

Viene el volatinero con las palabras del último golpearse,

……del último secreto impulso de estar ciego.

Todos alguna vez vimos su risa azul y el azul tras la risa del que sabe

…………………./que ha recibido la última noticia;

……es el pañuelo, la estrella plateada en el pañuelo que ha lanzado el delfín,

…………………./ahora busca en el agua la hendidura por la que ha de escapar,

……pero el niño ha dejado ya de abrirse el pecho, comienza a juntar

…………………./los fragmentos del salto,

……pero ha vuelto a saltar y la vidriera se quiebra, cae como una lluvia

…………………./de sal sobre los ojos.

Los bebedores alzan las jarras, beben largos sorbos de cerveza y de muerte,

……pero la canción ha cesado, el niño va guardando junto a su pecho

…………………./los vidrios de colores,

……pero el delfín ha vuelto a saltar: cruza el pájaro,

……la sombra del pájaro en vuelo convertida,

……pero el delfín ha vuelto a saltar

……y el niño está tendido junto al agua con el pecho cubierto de hojas secas.

Cruza el pájaro, la verdad no es su sombra.

Heriberto Hernández Medina




“La verdad no es el vuelo del pájaro, es el plumaje penetrando la ambigüedad del canto como un pequeño ruido acuchillado en el vacío del pecho.”

Heriberto Hernández Medina


No sé si será cierto que cuando callo nombro
la verdad que me mata o el miedo que me alienta.

Heriberto Hernández Medina



"Soy un hombre que cree en la poesía, el único lujo humano al cual no se accede más que por la gracia o la ira de dios."

Heriberto Hernández Medina










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