"¿Cómo desconocer, pues, el derecho que les asiste a los buenos ciudadanos para atacar un régimen opresor y oprobioso y en todo contrario a las aspiraciones del pueblo? No creemos que exista persona alguna dotada de buen sentido que desconozca este derecho, que solo a los esbirros le es dado el combatirlo. Que los enemigos del pueblo obtengan el triunfo una o muchas veces; que después de la victoria se ceben en sus víctimas, llenándolas de groseras injurias, calumniándolas o mandándolas a la eternidad, no quiere decir que debamos someternos al tirano, ni mucho menos que quede destruido ese derecho, como lo han pretendido algunos paniagudos, secuaces del terror."

Luis Rómulo Vargas Torres


"Después de pocas horas dejaré de existir, derramando mi sangre en un patíbulo. Muy bien sabes que ningún crimen he cometido y que sólo por ser un honrado ciudadano, amante del progreso de mi patria, voy a recibir esa muerte."

Luis Vargas Torres


"Tengo la franqueza de confesar que no he cometido otro crimen que el de haber caído en manos de mis enemigos. Hecha esta confesión y puesto de manifiesto el injusto procedimiento del Gobierno, verán mis conciudadanos si tengo razón para llamar criminales a esos hombres que se desviven por ultrajar la sociedad y degradar a el pueblo, con tal que les reporte utilidad. ¡Y que Camaño sea hoy el Jefe de esta patria, digna de mejor suerte! 

Las horas vuelan y yo me acerco al umbral de la Eternidad. Y es preciso concluir este opúsculo. Sé que todos mis compañeros de infortunio están tristes y desesperados con la terrible noticia de mi próxima muerte. Yo los recuerdo y el dolor despedaza mi corazón. Que no desmayen en el sagrado propósito de la salvar la Patria y en la Eternidad los recordaré con gusto, ¡Quiera Dios que el calor de mi sangre que se derramará en el patíbulo, enardezca el corazón de los buenos ciudadanos y salven a nuestro pueblo!"

Luis Vargas Torres
Al borde de mi tumba últimas palabras







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