"Al principio no sentía casi nada. Estaba en shock. Tenía un miedo inmenso y una sensación de estar flotando. No sabía quién era como persona, sin vínculos, sin saber qué me depararía el futuro. Era extremadamente aterrador. Sobreviví gracias a que no pensé demasiado."

Deborah Feldman



"Dejé la comunidad hace una década y publiqué el libro hace ocho años. Me condenaron, me amenazaron. Lo peor fue cuando recibí una carta de mi familia, en la que me decían que habían preparado mi tumba y estaban impacientes por bailar sobre ella. Me aconsejaron que me suicidara."

Deborah Feldman


"Durante dos semanas al mes, no te puede tocar. No te puede pasar un vaso, aunque tus dedos no se toquen. Lo tiene que dejar en una mesa y tú lo recoges. Hay muchas torpezas y llevas el camisón enrollado hasta la cintura. No se tocan los pechos. ¡Los míos fueron totalmente desperdiciados! No hay sexo oral. Después de la primera vez, tienes que llamar a un rabino para que haga preguntas al hombre (...) Una vez que has consumado, te conviertes en inmundo porque has sangrado. Entonces, después de la primera vez, tu luna de miel se convierte en un período sin sexo."

Deborah Feldman


"El hecho de que fueran sobrevivientes del Holocausto me hizo ver que mi sufrimiento no se podía comparar al suyo. Nunca quería quejarme de lo que me pasaba porque era muy consciente de lo que padecieron."

Deborah Feldman


"Estaba convencida de que iba a morir. No podía desperdiciar un minuto más de mi vida."

Deborah Feldman



"Me alejé de mi matrimonio y de mi religión para siempre en la víspera de mi vigésimo tercer cumpleaños, me fui nada más que con mi hijo y con algunas bolsas llenas de ropa."

Deborah Feldman


"Mi abuelo solía decir que el inglés era un idioma impuro y emplearlo de cualquier manera significaba que Satanás dirigía mi corazón. No había duda de que mi corazón ya estaba completamente ennegrecido cuando tenía 10 años."

Deborah Feldman


"No tengo contacto con la comunidad. Mi ex marido también se fue, cuatro años después que yo, y vive una vida normal, así que nos vemos con frecuencia y nuestro hijo lo ve seguido."

Deborah Feldman




"Parecía un trozo de carne cualquiera y me lo metí en la boca. Después de tragarlo, un amigo me me gritó: "¡Acabas de comer cerdo!". Sorprendentemente no cayó ningún rayo."

Deborah Feldman



"Si tienes un cuerpo con curvas, algo va mal contigo. No importa lo que me pusiese, el director de la escuela siempre tenía un problema conmigo (...) Pasaba por mi lado, me daba un cachete y me decía: "Tu falda muestra demasiado"."

Deborah Feldman


"Solo me afeité durante un año. Me cansé de ver mi cabeza así en el espejo. Me parecía realmente deprimente, como si fuese un secreto vergonzoso."

Deborah Feldman





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