Arte de amar

Si quieres sentir la felicidad de amar, olvida tu alma.
El alma es la que arruina el amor.
Sólo en Dios ella puede encontrar satisfacción.
Sólo en Dios –o fuera del mundo.

Las almas son incomunicables. 

Deja a tu cuerpo entenderse con otro cuerpo. 

Porque los cuerpos se entienden, pero las almas no.

Manuel Bandeira


Desencanto

Yo hago versos como quien llora
De desaliento… de desencanto…
Cierra mi libro, si por ahora
No tienes motivo alguno de llanto.

Mi verso es sangre. Voluptuosidad ardiente
Tristeza esparcida… remordimiento vano…
Me duele en las venas. Amargo y caliente
Cae, gota a gota, del corazón.

Y en estos versos de angustia ronca
Así de los labios la vida corre,
Dejando un acre sabor en la boca.

–Yo hago versos como quien muere.

Manuel Bandeira


Desnudo

Cuando estás vestida,
Nadie imagina
Los mundos que escondes
Bajo tus ropas.

(Así, como en el día,
No tenemos noción
De los astros que lucen
En el profundo cielo.

Pero la noche se desnuda,
Y, desnuda en la noche,
Palpitan tus mundos
Y los mundos de la noche.

Brillan tus rodillas
Brilla tu ombligo
Brilla toda tu
Lira abdominal.

Tus senos exiguos.
-Como dos frutos pequeños
En la rigidez
Del tronco robusto-

Brillan.) ¡Ah, tus senos!
¡Tus duros pezones!
¡Tu torso! ¡Tus flancos!
¡Ah, tus hombros!

Con la desnudez, tus ojos
también se desnudan;
Tu mirar es más difuso,
Más lento, más líquido.

Entonces, en ellos,
Floto, nado, salto,
¡Me sumerjo
perpendicular!

Bajo hasta lo más hondo
De tu ser, allá donde
Me sonríe tu alma,
Desnuda, desnuda, desnuda.

Manuel Carneiro de Sousa Bandeira Filho



El martillo

Las ruedas rechinan en la curva de los rieles
Implacablemente.
Pero yo salvé de mi naufragio
Los elementos más cotidianos.
Mi cuarto resume el pasado de todas las casas
    que habité.
En la noche
En el duro corazón de la ciudad
Me siento protegido.
Desde el jardín del convento
Viene el trinar de la coruja.
Dulce como arrullo de paloma.
Sé que mañana cuando despierte
Oiré el martillo del herrero
Golpear animoso su canción de certidumbres.

Manuel Bandeira


El último poema

Así querría yo mi último poema:
que fuese tierno diciendo las cosas más sencillas y menos intencionales,
que fuese ardiente como un sollozo sin lágrimas,
que tuviese la belleza de las flores casi sin perfume,
la pureza de la llama en que se consumen los diamantes más límpidos,
la pasión de los suicidas que se matan sin explicación.

Manuel Bandeira


Nueva poética 

Voy a lanzar la teoría del poeta sórdido.
Poeta sórdido:
Aquél en cuya poesía está la marca sucia de la vida.
Hay un sujeto,
Sale un sujeto de casa con la ropa de brin blanco muy bien almidonada,
y en la primera esquina pasa un camión, le salpica el saco con una
mancha de barro:

Es la vida. 

El poema debe ser como la mancha en el brin:
Hacer que el lector satisfecho de sí se desespere. 

Sé que la poesía es también rocío.
Pero éste queda para las nenitas, las estrellas alfas, las vírgenes
ciento por ciento y las amadas que envejecieron sin maldad.

Manuel Bandeira


Poética 

Estoy harto del lirismo comedido
Del lirismo que se porta bien
Del lirismo funcionario público con libro de asistencia expediente protocolo y
manifestaciones de aprecio al sr. director
Estoy harto del lirismo que se detiene y va a averiguar en el diccionario el
sello vernáculo de un vocablo

Abajo los puristas 

Todas las palabras sobre todo los barbarismos universales
Todas las construcciones sobre todo las sintaxis de excepción
Todos los ritmos sobre todo los innumerables 

Estoy harto del lirismo enamorador
Político
Raquítico
Sifilítico
De todo lirismo que capitula a lo que quiera que sea fuera de sí mismo 

Y por fin no es lirismo
Será contabilidad tabla de cosenos secretario del amante ejemplar con cien
modelos de cartas y las diferentes maneras de agradar a las mujeres etc. 

Antes quiero el lirismo de los locos
El lirismo de los ebrios
El lirismo difícil y agudo de los ebrios
El lirismo de los clowns de Shakespeare 

-No quiero saber más del lirismo que no es liberación.

Manuel Bandeira


Toda mi ternura

Toda mi ternura
Para los pajaritos muertos;
Para las pequeñas arañas.

Toda mi ternura
Para las mujeres que fueron niñas bonitas
Y llegaron a ser mujeres feas;
Para las mujeres que fueron deseables
Y dejaron de serlo.
Para las mujeres que me amaron
Y que yo no pude amar.

Toda mi ternura
Para los poemas que
No pude escribir.

Toda mi ternura
Para las amadas que
envejecieron sin maldad.

Toda mi ternura
Para las gotas de rocío que
Son el único adorno
Del sepulcro.

Manuel Bandeira













No hay comentarios: