Atención
Quitar a los prisioneros sus símbolos religiosos
controlar su exposición a la luz
infligir humillación a su ego y a su orgullo colectivo
trasladar a los detenidos a un lugar incómodo o sucio.
Para los interrogatorios
manipular su dieta diariamente
imponer aislamiento absoluto durante treinta días
usar perros militares para amedrentarlos
(los perros civiles se quedan en casa)
ponerlos en postura de presión por más de 45 minutos
humillarlos en su conducta humana y sexual:
desnudarlos y vestirlos, vestirlos y desnudarlos
y luego obligarlos a juegos sexuales inéditos
particularmente a los varones jóvenes
acosar a los prisioneros con gritos y expresiones impropias
ponerles música patriótica a un excesivo volumen
quitar la calefacción en invierno
desconectar el aire acondicionado en verano
volverlos a poner en posturas de presión 45 minutos
cada dos horas y hacerlo luego cada tres horas.
Todo esto planeado cuidadosamente en los campos de prisioneros
de Abu Graib y Guantánamo
escritas las normas de interrogación
con base a técnicas previamente ensayadas en otras ocupaciones
y bajo la mirada impávida de un cartel
desde el cual Cristo, el carpintero de Nazareth, nos sonríe:
rubio, saludable, invulnerable, mudo.
Alfonso Chase Brenes
Babilonia recreada
Babilonia no fue más real
que esta ciudad admirable,
carcomida de sombras y de luces.
Sodoma y Gomorra existieron
en la solidez de su propia imagen,
vista por los ojos de un Dios ciego.
Toda las ciudades del mundo
son una sola imagen al través de los siglos.
El hombre, único en indivisible,
se repite, monótono,
bajo el sol y entre la noche de neón.
Alfonso Chase
Dios
El Dios del presidente Bush no es mi dios.
La Biblia de los devotos siervos del Pentágono
no significa nada para mí.
El cristianismo, como bazuca, es sólo una bengala
contra los muros del cielo.
La poesía es el arma de los justos
y la palabra el rostro único de la justicia.
Nada que no haya mirado antes el ojo de mi Dios
o sufrido la carne bendita de mi prójimo.
Alfonso Chase
Hablo de lo que no se dice
Siempre fui el marimbero, el boxeador,
el titiritero, el mendigo.
Nunca supe la línea perfecta
entre la razón y la duda. Pecados cometí
en la soledad de mi sangre. Crímenes
contra la sombra, gritos sobre el aire.
Siempre fui el equilibrista
hasta que me di de culo contra el suelo.
No pude subir a tiempo al espectáculo.
Me cesaron. Desde entonces escribo con palabras
sucias, contaminadas de cantina, de sombras,
de madrugadas abandonadas en el quicio
de alguna iglesia solitaria. Siempre fui
eso que me tocaba ser : el equilibrista
temblando ante la cuerda, el domador
adentro de las fauces. Estuve en la escuela
y nunca aprendí nada, cuando no fuera
el color de las montañas, el nombre exacto
de esos ríos que no veré nunca. Se acabó la fiesta.
Y sigo golpeando a la piñata, los ojos vendados,
alentado sólo por el gozo de algunos amigos imprevistos.
Alfonso Chase
"Los grandes maestros en realidad han fallecido. En el momento en que murió Octavio Paz determinó la desaparición de los grandes poetas; Humberto Díaz Casanueva, en Chile; Ricardo Molinari, en Argentina; la poesía de Orígenes, en Cuba; para dar un salto a algo que estaba en el vacío, que podía haber conllevado al ‘benedettismo’, en lo Mario Benedetti, convertirnos en pequeños Benedettis o Pablos Coelhos. Una literatura bastante facilona, sabiendo que Benedetti es bueno él, pero no sus seguidores que han inundado el mercado. Entonces gracias a que hemos mirado a las nuevas propuestas de Lezama, que parecen viejas, pero siempre son nuevas; poetas marginales como Ariel Cassani en Argentina, Pellicer en México; poetas que escribieron del pasado hacia el futuro y que volvemos a leer ahora. Y siempre Rimbaud, tan vigente como hace cien años y de pronto, entra uno a las estaciones de él otra vez."
Alfonso Chase
Maneras de la carne
El objeto desea, el sujeto seduce.
La palabra no sirve ya para decir
lo que antiguamente estaba detenido
en el vasto horizonte.
La vulgaridad enseña sus dientes
sin metáforas y todo repite
un canto en monosílabas.
Escribir no es solo ordenar las palabras.
El poema seduce, el objeto desea.
Ambos se enfilan hacia la imagen viva
del entierro del Conde de Orgaz.
Sobre la negra lasitud, el Greco
nos muestra la extraña palidez
de sus criaturas. Eso podría ser
la imagen más delicada de un infierno.
¡Que un efecto óptico me acerque
y me separe de ti! Pero estás allí:
levísimo, como sale el vampiro de la cripta
para beber la sangre de mi cuello.
El objeto habla como la noche.
El sujeto se entrega, a ras de sol,
el último destello del crepúsculo.
Alfonso Chase Brenes
Profeta entre los suyos
No creo que los profetas necesiten de otra tierra
para mostrar la verdad de su palabra. El poeta
es un profeta entre las cosas vivas: las calles,
las pedradas, los escupitajos de los adversarios,
la ternura viva de los amigos. Somos profetas
viviendo entre las cosas nuestras. Descendemos
por el lomo de la patria, por el corazón de lo que amamos,
por la hiel de lo que odiamos. Yo siempre vivo
entre lo mío. Lo que escogí lo quiero
por propia decisión. Lo amo porque conozco
la exacta medida de su gloria y de su oprobio.
Digo mis palabras para que las entiendan, o las amen,
pero también para que caigan sobre la piel dormida
de los otros. Somos alguna vez la voz del pueblo.
Nuestra propia voz temblando por encarnar una sílaba,
un retazo de pensamiento ajeno, la energía que salta viva
de algún músculo. Los poetas son profetas de la piedra,
del barro, de la fruta viva entre los dientes, del humillo
que se alza de las calles después de una llovizna.
Yo vivo entre mi tierra ardiendo. Me plantaron bajo este cielo
como un árbol. Mis hojas, mis tallos, la floración
de mis palabras y el fruto final de mis esfuerzos
son para todos: amigos y adversarios, minerales o vivos.
El profeta no necesita de otra tierra: la propia
lo salva del silencio oscuro de su casa.
Alfonso Chase Brenes
"Siempre uno como poeta mayor en edad piensa que debe seguir vigente, pero de pronto encuentra que hay rupturas. Los muchachos que empezaron a escribir ahora y tienen 18 ó 20 años. Como persona mayor que los ve y sabe que la poesía es eterna, pienso que lo que rompen ellos ya lo rompieron otros. Lo único que es diferente son los temas."
Alfonso Chase Brenes
Una gota de sangre
Una gota de sangre, hoy,
puede contener
el límite de todo el universo.
Una bofetada, en su rumor metálico,
no podría nunca domar el dulce abismo de unos ojos
y el golpe, magistral sobre los tímpanos,
no nos priva de oír el sonido
de esos caballos, recorriendo firmes el desierto
sobre sus cascos serenos.
La lluvia, anhelada e imposible,
dilata cualquier celda,
creada para contenernos.
Una lágrima expulsada,
hacia el adentro del llanto,
es más poderosa que las bombas cayendo
sobre ciudades inertes.
La esperanza está definida en los cuerpos
saltando en miles de átomos vengadores,
en ese ser en la muerte
que es igual a Ser para la resurrección.
Alfonso Chase Brenes
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