Al Volcán de Culma

Siempre alerta, minúsculo gigante.
Milenario, perfil de “cubilete”.
Tu presencia pasiva que acomete.
soldado de mi tierra: Vigilante.

Pirámide pipil, en el oriente.
Cien pueblos han pisado tu epidermis.
Y el subsuelo fecundo de tu dermis
integra el corazón del continente.
Como el indio, tus carnes son morenas.
y el típico vocablo de tu nombre,
denuncia tu abolengo americano.

En las redes titilantes de tus venas
transita sangre indiana de prohombre.
Tu nombre, Culma, te lo dio el arcano.

Oswaldo Pereira Martínez


Cantares a mi Jutiapa

Cada verso es un beso.
Cada estrofa: mi amor.
El poema completo :
  todo mi propio yo .

Es pródiga en bellezas, Como todos los puntos de mi tierra
Santa Catarina

Lo vemos en sus hembras,
se lee en sus paisajes.

Y esa tierra de singular simiente:
¡Jalpatagua! ¡Jalpataguac!
¡Los surcos de tu tierra
los ha bendito Ceres!

De hinojos al Cristo de Esquipulas
Agua Blanca,
por eso eres bendita.
Comapa
el eslabón perdido
de la raza pipil.
Comapa la industria de tus hijos
y su morena tez,
dicen a vos de viento tu ancestro americano.

como todos los puntos de mi tierra,
¡oh bella Atescatempa!,
tus hijos son valientes soldados,
son los guapos labriegos
que dan el corazón, el alma entera
por un amor sincero,
en el trabajo
y en aras de la patria.

Asunción Mita:
Se perdió mi mirda,
quedó como hechizada
en una hembra guapa que pasaba.
¿Era un ángel?
Su tez,
la luz de su mirada
denunciaron a una guapa miteca,
cien por ciento Jutiapa.

Hace alarde a su nombre
el cercano Progreso,
mejor decir Achuapa,
pa’ sentirnos más nuestros.

Como todos los puntos de mi tierra,
en Quesada abundan las leyendas
nacidas en las faldas
del Cerro de Las Flores.
Quesada:
vas conmigo,
te llevo a flor de labio en mi tonada.

Jutiapa, cabecera,
en este verso tuyo que hoy ensayo
se me ahoga un suspiro
con sabor a noviembre.
Jutiapa, cabecera,
¡quién te viera tan alta
como la cruz del cerro!

Zapotitlán y Yupe
(mejor decir Yupiltepeque),
Jerez y  El Adelanto,
hospitalarios pueblos,
centroamericanistas. . . de hecho,
ya sus hijos no conocen fronteras:
lo mismo es hacer plaza aquí en Jutiapa,
o pasar un domingo allá en Santana.

Conguaco:
que cuenta con la gracia
de esta tentando el cielo.

Moyuta:
su feria del café,
su inigualable clima,
y el remoto Paxaco,
tres botones lejanos
de un ramo de esperanzas,
del surco de mi fe;
los alcanza mi canto.
Todos, todos hermanos.
Todos uno: Jutiapa.

Brindemos, pues, paisanos,
de aquí desde Acatempa;
como todos los puntos de mi tierra
ellos también son nuestros:
cien por ciento: ¡Jutiapas!

Oswaldo Pereira Martínez



Guatemala

¡Oh! Tu suelo engarzado de volcanes,
del Chingo al Tacaná en cada frontera;
jardín de la amistad imperecedera,
indiana cuna de valientes mames.

Con tus lagos de mágico espejismo,
con tu marimba, la del dulce trino,
con tu Quetzal, baluarte de tu destino,
eres la más indígena del Istmo.

Doncella en el harén del nuevo mundo,
sultana de esta América bravía
de abolengo tu espíritu es fecundo.

Una patria que siempre viste gala;
la tierra de Tecún y tierra mía,
así eres tú, mi amada Guatemala.

Oswaldo Pereira Martínez


Recuerdo

Va deshojando el tiempo muchos días
sobre la faz morena de la tierra,
y sin embargo, el pensamiento encierra
reliquias de dolores y alegrías.

Tantos amaneceres que se mueren
bañado de esplendor y de hermosura,
miles de instantes llenos de dulzura
y cuantos desengaños que nos hieren.

Mas, todos los minutos del presente
son siglos que engalanan un pasado,
cuando a veces desfilan en la mente.

Mas, si escribo en el álbum que me has dado,
que la amistad perdure en el presente
y tórnese recuerdo en el pasado.


Oswaldo Pereira Martínez













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