“Durante la dictadura franquista me pusieron unas cincuenta multas por no pasar el corte de la censura. Una vez me cayó una de cien mil pesetas por reírme en la radio de una noticia del NODO que decía que en España no había presos políticos. En aquella época cien mil pesetas era muchísimo, y tuve que pagarlas a tocateja.”

Miguel Gila Cuesta


“El humor es el espejo donde se refleja lo estúpido del ser humano.”

Miguel Gila Cuesta


“El piquete de ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino, la boca llena de gritos de júbilo y carcajadas, las manos apretando el cuello de las gallinas robadas.”

Miguel Gila Cuesta


“Entré en el Ejército a los 17 años y salí diez años más tarde. Es el personaje que trato con más cariño y con el que más me complazco en apedrear a todo aquello que me marcó. Sólo he traído una bala, mi sargento. Pero se me ha ocurrido que le puedo atar un hilo y así vuelve después de matar a alguien.”

Miguel Gila Cuesta



“¿Está el enemigo? Que se ponga.”

Miguel Gila Cuesta



"La vida pasa en un suspiro, no hagamos de ella un asunto demasiado serio."

Miguel Gila Cuesta



"Les voy a contar por qué estoy aquí. Yo trabajaba de ascensorista en unos almacenes y un día en lugar de apretar el botón del segundo piso apreté el ombligo de una señora y me despidieron. Me fui a mi casa y me senté en la silla que teníamos para cuando nos despedían del trabajo."

Miguel Gila Cuesta


"Luego entré en Berlín, en Italia y en Prusia. Nuestra supremacía en Europa era un hecho. Nuestra joven República se extendía desde el Rin a los Alpes y ejercíamos influencia en Bátava, Cisalpina, Helvética y Ligúrica. En fin, para no hacerles la historia pesada, estando en Bayona, alguien me comentó que en Aranjuez había habido un motín que había obligado al rey Carlos IV a destituir a Godoy y abdicar en su hijo Fernando. Aprovechando esa rivalidad entre padre e hijo, los traje a Bayona y les obligué a renunciar al trono. España se hallaba en un estado de abandono total, prácticamente no poseía Ejército ni Marina, los privilegios de la nobleza y el clero gravitaban sobre un país empobrecido, apenas existían industrias, la agricultura y el comercio tropezaban con la dificultad de las comunicaciones. La incultura de la población había llegado a límites alarmantes, al extremo de que pocos comerciantes ponían rótulos, porque sabían que la mayor parte de la gente no tenía tratos con el abecedario. Y ahí, en Bayona, me vinieron las ganas de invadir España, no por mí, que ya estaba harto de invadir, era para nombrar rey a mi hermano José en Madrid y en Toledo, porque cuando era niño, se pasaba el día diciendo «Cuando sea mayor, yo quiero ser rey. Cuando sea mayor, yo quiero ser rey», y dije: Bueno, ahora que soy emperador te voy a dar el gusto de que seas rey, y ése fue el motivo de que intentara invadir España. Pero no contaba yo con esa mujer aragonesa."

Miguel Gila
Encuentros en el más allá


"Me da pudor hablar con un teléfono inalámbrico en plena calle."

Miguel Gila Cuesta




"Me marché de España en 1968 por un sinfín de razones. Debía dinero, no soportaba más el ambiente de la dictadura, las multas de la censura, el veto que me impuso Televisión Española por hacer publicidad, los problemas para vivir tranquilo con mi mujer…"

Miguel Gila Cuesta



“Nací sorpresivamente. Mi madre había salido a pedir perejil a una vecina, así que nací solo y bajé a decírselo a la portera.”

Miguel Gila Cuesta



“No le tenía miedo a la muerte. Estaba tan agotado, tan devorado por los piojos, por el hambre, el frío, el cansancio y la sed, que morir podía ser una liberación.”

Miguel Gila Cuesta



“No es por chulearme yo, pero ¡cómo mato! Un día en un combate le pegué un tiro a uno y dijo, "que me has dao", "pues no seas mi enemigo”. "Ay, es que me has hecho un agujero." "Pues ponte un corcho".”

Miguel Gila Cuesta



“No se mueran nunca, porque después que te mueres ya ni puedes ir al teatro, ni jugar al dominó, ni veranear en una playa, ni ir a un baile, ni nada de nada.”

Miguel Gila Cuesta


“Nos fusilaron al anochecer, nos fusilaron mal.”

Miguel Gila Cuesta



“Para el público, Gila es un humorista; para mí, Gila es un humanista.”

Miguel Gila Cuesta



“Si la mente funciona bien no hay viejos.”

Miguel Gila
Muy Interesante, 2000



"Siempre  ha  sido ridícula  la solemnidad, pero hoy más que nunca.No hay más que ver las revistas del corazón. Cuando ves cómo se vende un bautizo, un parto, un embarazo o una separación, te das cuenta de que la gente a la que se  le  supone  una cierta categoría se dedica  a  tirar  lo solemne o lo serio a la basura. Y no hay nada más ridículo que vender intimidades por dinero."

Miguel Gila Cuesta



“Siempre he creído que el humor es la mejor terapia para la mente. Pienso que es un buen instrumento, no ya para solucionar los problemas sociales actuales, pero sí para ponerlos de manifiesto, para que la gente tome conciencia de que existen.”

Miguel Gila Cuesta


“Tenía afición por escribir pero como no tenía estudios no podía ser periodista. Sólo podía serlo trabajando gratis en un periódico.”

Miguel Gila Cuesta


"Yo  hago  huelga  muchos  días,cuando me apetece... Aunque siempre estaré de parte de los obreros."

Miguel Gila Cuesta


"Yo no he creído nunca en esa historia de la reencarnación, pero después de haberme muerto varias veces estoy empezando a pensar que algo hay de cierto. Aunque les doy un consejo, yo que tengo experiencia. No se mueran nunca, porque después que te mueres ya ni puedes ir al teatro, ni jugar al dominó, ni veranear en una playa, ni ir a un baile, ni nada de nada, lo mejor es no morirse nunca, porque aunque la vida nos dé problemas y a veces depresiones, vivir es muy bonito. ¡Qué puñeta! Se lo digo yo que me he muerto varias veces. La primera vez que me morí, la culpa la tuve yo. Me lo habían advertido: «No te bañes en plena digestión.» Pero yo, con trece años, ¿qué sabía? No hice caso a mis padres y me tiré al agua cuando hacía media hora que me había comido una tortilla de patatas, cuatro filetes empanados, medio kilo de pan, tres empanadillas de atún y dos plátanos, y aunque me apretaron la barriga y me hicieron la respiración artificial, el boca a boca, no dio resultado. Al llenarse de agua los pulmones se produjo el paro cardíaco y ahí terminó la cosa. La verdad es que lo malo no fue morirme, lo peor fue lo mal que lo pasé tragando agua. Yo levantaba los brazos para que mis padres que estaban en la orilla se diesen cuenta de que me estaba ahogando, pero ellos creían que los saludaba y me contestaban agitando alegremente sus brazos. No sé si alguno de ustedes se ha ahogado alguna vez, pero les doy mi palabra de que se pasa muy mal.
La segunda vez que me morí fue durante la guerra civil, tenía yo veinte años recién cumplidos y una novia que se llamaba Inés. Claro que esta vez no es que me morí, es que me mataron."

Miguel Gila
Cuentos para dormir mejor


“Yo no he sido nunca ni oportunista ni fascista. Durante la guerra combatí el fascismo con un fusil en mis manos, y después de la guerra lo he seguido combatiendo con el arma que poseo: la risa. Mi arma es la risa y con ella me defiendo de quienes me quieren quitar la voz.”

Miguel Gila Cuesta


“Yo tenía que nacer en invierno, pero como éramos pobres y no teníamos calefacción, me esperé a nacer en mayo.”

Miguel Gila Cuesta





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