Lo adivinaste: soy mariposa

Lo adivinaste: soy mariposa
De blancas alas como el armiño:
Por mí se muestra bella la rosa,
Por mí suspira travieso el niño.
Siempre entre flores paso la vida,
En sus corolas tengo mi lecho:
Si me persigue mano atrevida,
Tenue me alejo por su despecho.

Victorina Bridoux y Mazzini


Quiero Partir

Yo siento un malestar indefinible,
El aire que respiro me sofoca...
Hay una cuerda al corazón sensible,
¡Y al sentirla vibrar me vuelvo loca!

Es un anhelo sin color, sin nombre,
Es la vana inquietud de un pensamiento;
¡Mas comprender jamás pudiera el hombre
Toda la angustia que en mi pecho siento!

Al contemplar el mar, que gime en calma,
Tiendo mis brazos con dolor profundo,
¡Y se desmaya de pesar el alma
Por buscar algo que perdió en el mundo!

¡Yo quisiera volar, volar ligera!,
Dejar montes atrás, islas, vergeles,
Y divisar lejana otra ribera,
Cual blondo canastillo de claveles...

Y gritar desde el mar: ¡oh, patria mía!
¡Bella sirena de nevado manto,
Náyade de sin par melancolía,
Oh, Cádiz de mi amor, oye mi canto!

A ti se tornan mis cansados ojos,
A ti se marcha mi fugaz suspiro,
Por ti lamento sin cesar enojos,
Por volverte a mirar, triste deliro.

Y es preciso partir, es necesario:
El viajero retorna a sus lugares;
El peregrino busca el santuario
Y yo por verte cruzaré los mares.

Yo, cual las aves de sentido canto,
He llorado al cantar males de ausencia,
Y al derramar mi dolorido llanto,
Sentí debilitarse mi existencia...

Mas ya cantar no sé; la golondrina
Quiere tornar a su lejano nido,
Y el ave, que viajaba peregrina,
Quiere buscar lo que miró perdido...

¡Dejadme, por favor, harto he cantado!
¡Basta de flores, de ilusión, de galas!;
Mi canto en estos montes he grabado,
¡Dejadme entonces desplegar mis alas!

Victorina Bridoux y Mazzini


Vivir y morir

Vivir con el pensamiento
Entre imágenes soñadas,
Viendo deslizar doradas
Las horas del existir,
Sin que ofrezca la memoria
Una creencia perdida
Ni una esperanza mentida:
Eso se llama vivir.

Pero escuchar lentamente
Las horas de la existencia,
Con helada indiferencia
En monótono latir;
Y, aunque el tumulto sofoque,
Ver el mundo despoblado,
De placeres despojado,
Eso se llama morir.

Victorina Bridoux y Mazzini




Y siempre, siempre aquí, llevo esculpida

Y siempre, siempre aquí, llevo esculpida
La extraña nota de misterios llena
¡Formando parte de mi misma vida!
¡Formando parte de mi misma pena!

Por eso cuando exhalo mi lamento,
O cuando pulso mi doliente lira,
Hay dos ecos de amor en un acento
Y dos suspiros si mi amor suspira.

¿Será el presagio de temprana muerte?
¿Será el sollozo de mi triste anhelo?
¿Será anatema de contraria suerte?
¿Será la voz que me reclama al Cielo?

Definirlo no sé, sólo comprendo
Que mi existencia su misterio adora,
Que me asombra esa voz que yo no entiendo
Y el alma mía de tristeza llora.

Victorina Bridoux y Mazzini







No hay comentarios: