Al descuido

Pensó que debía ya partir y al descuido
entrevió más allá de la ventana
un cielo gris y bajo
y creyó además por su color
percibir la tensión de un aire húmedo.
Sus ropas convenían para el clima templado
y sus ojos urdían mil detalles
e ideas vagas y ligeros enigmas.
Pensó que ya debía partir
a pesar del cansancio y de una vana suerte
y un final intuyó y el lugar de su arribo.
Sí, debía ya partir y sin apremio alguno
entrevió más allá de la ventana
un cielo gris y bajo. Casi aspiraba casi
el tibio y ensoñado aire del día.
Mas no se movió e inmóvil quedó allí
en el lugar donde el amor se oculta.

Julio Bepré


Apenas

Ahora pasan con vértigo imprevisto
hasta impedir la visión habitual
sobre frondas y calles.
Nada ya disminuye su avance
y en cada cruce laceran la memoria,
se enroscan en el cuerpo,
y sin llegar del todo aún
se van en el instante
confusos y sedientos con su apuro
y sin mirar la irredenta penuria.
Escucho apenas un bullicio de pájaros
y el chistido misterioso del viento
y siento en torno a mí la imagen remozada
de los meses antiguos,
de aquellos pasos rehechos lentamente
con aquel mismo afán de sorprender la vida.
Porque desdibujado existe sólo ahora
un rito pobre apegado al olvido
y un último y nervioso, cansado parpadeo.

Julio Bepré


Catarsis

Se abría vacilante una parte del día
y alguien intentaba un rumbo diferente
después de un lento invierno donde todos
ansiábamos calor. El alma nos pesaba
y en distintos suburbios se desleía el año
en su propio extravío. Quizá no aparecía
el obstinado escorzo sino apenas
aquel pausado andar por las horas recientes.
Pero alguien deshizo y encendió lo inestable
y no pudo la vista volverse más dichosa.
¿Regresará otra vez la ocasión no esperada?
¿Quién puede contestar de frente a tanto apuro?
Convoco a todo hecho y propongo otra suerte
para este nudo intacto que del ayer escapa.
¿Adónde puede ahora rehacerse esta imagen?
La vida sigue y sigue y uno rápido espera
soñar una palabra sin sílabas ni letras.

Julio Bepré


Duda resuelta

Negra es la duda que me ciñó hasta ahora
pero todo es intenso en este otoño gualdo
porque puede llegar jadeando hasta estos años
haciendo mil preguntas por distintas razones.

Hoy en mi sangre cunde una memoria inquieta
y una dispar imagen se arrima en cuanto miro.
establecí además con sorprendente calma
el motivo que impulsa los días y las noches.

Ahora puedo hablarme sin mayor pesadumbre
aunque poco sustenta mis pobres conclusiones.
Sólo creo que hay luz a la par de la sombra
porque al final regresas y tus ojos me miran.
 No importa si me fui o estoy ya muerto.

Julio Bepré


Escuchar es saber

Escuchar es saber que con alguien dialogo.
¿Adónde vas entonces con tanta absurda prisa?
Algunos ya te vieron y un gallardo querube
aguarda con paciencia a unos pocos metros.
(La vida se me escapa como el instante al día
y he sufrido hasta hoy el peso de mi sombra).

Julio Bepré


Tierra o luna

Alguna vez me iré de aquí 
y esto no afirma el deseo necio 
de truncar la vida. 
  
Hablo de las tantas posibles 
salidas de este mundo. 
  
¿Acaso no se puede alguna vez llegar 
a un lugar compañero del ansia 
aunque haya sido apenas entrevisto? 
  
¿Es acaso imperioso fijar límites, 
áreas, confines, países o memorias? 
  
Tierra y luna no son igual exilo: 
tiene aquella nombres y lugares 
donde alguien vive y sufre y enaltece 
y otro meramente pisa. 
  
Por eso arribaré a la luna 
en un tiempo contiguo al horizonte 
y en ella viviré con mi silencio. 
  
Volveré a la tierra cuando 
la luna quede a oscuras.

Julio Bepré


Trama

No miro más ningún aciago rumbo
ni el límite contiguo en el que vivo.
No ya un atrás pero sí una distancia como
si todo fuera reciente o renaciera
bajo la grata sombra de nubes estivales.
Camino, sonrío, los brazos tiendo.
Alguien llega en este mismo instante.

Julio Bepré







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