Basura quemada

Eres basura quemada
Joyas prestadas a una rubia tonta debutante del burlesque
Basura quemada ardiendo en la aurora de un espejo quebrado
De naipes coronados con amarillentos diamantes
De condones usados y decapitadas cabezas de piñatas con los dientes quebrados

Basura quemada es esa nube que se alza en la distancia
Son esos algodones y esos guantes quirúrgicos donde hierven disecados pétalos de sangre
Esas calabazas zumbando de moscas rubí
Esos cascarones cuajados de fetos
Esas revistas de pornografía donde ranas trasparentes babean su gélido orgasmo

Todo es basura quemada
Incluso tus labios donde se hospeda una medusa de fiebre
También tu lengua de filosas espinas plateadas
Todo es basura quemada amor
Incluso Jhune y Kent tan distantes de mi y al otro lado de la cámara pajeándose sobre un mugroso colchón en algún scort de Manila
También Koyiro asombrada de ver flotar libélulas en el agua del lavatorio

Todo es basura quemada
Excepto este poema que hasta ahora empieza a arder

John Better Armella


De pertenencias

¡Ah! estas manos que vindican y que ceden a los mas terribles vicios
no alcanzan el amor
no han celebrado en la caridad de ese raro hábito instante alguno.

Y estos ojos
no abarcan distancia mínima
no te precisan cuando estas próxima...

¡Ah! días mas nobles que las manos y los ojos míos
días en los que fui la pasajera cedida al vértigo.

Hay en el aire reciente la certeza de las cosas que han sido.
Consumida, la noche cierra su núcleo.

John Better Armella


Jaime Sabines

El viejo poeta agradece la generosidad de los panes en la cesta
y el humilde fervor con que una mano los lleva hasta su boca. Agradece las nomenclaturas, el café de espera en las oficinas
de correo, la brevedad y el rito de que una sonrisa está hecha,
el ángel custodio de las farmacias, el ángel que vigila
las tiendas de campaña en la cordillera.
Agradece esto y aún más las cartas enviadas desde Perú
y Uruguay.
Ya viejo el poeta
Convencido de su locura y de sus setenta años se dice así mismo:
“Nadie mas que yo entiende esta luna de México, esta tempestuosa claridad, nadie mas que yo conoce sus propósitos de fiebre y torpe adoración”

John Better Armella



“Es difícil olvidar el lugar de dónde vienes. Hoy llovió mucho en esta fea ciudad caribeña.”

John Better Armella



“Esta ciudad no me gusta, escupe para sus adentros. Va hasta la ventana y empieza a contemplar los cerros nublados, la espectral virgen en la cima con los brazos abiertos como queriendo abrazarlo.”

John Better Armella


Poema con aparador y fuga

A veces una Habitación 514
A veces la muerte bajando por un ascensor junto a coristas, delegados y camareras.

A veces la muerte detrás de un aparador entorpeciendo
el sueño obsceno del oficinista
A veces la mujer del oficinista se enamora y se viste
de camarera
y estos versos no son mas que levadura fermentándose
a la sombra del nopal.

John Better Armella


Suite

Es apenas lo posible
Lo amado
Olvidado a la intemperie
Dejado atrás en el sueño
Apenas lo soberbio
Surco de cenizas que en la oscuridad se abre

Es apenas la espesura en la hondonada
Lo que de no haber sido, seguro ahora falta
Lo secretamente pactado durante el relámpago
Lo dulcemente prometido

Son tan sólo estos años
Este obscuro rebaño abriéndose paso entre la ribera
Esta precipitada e inexacta geometría
Esta luna y este bronce, apenas posibles a veces
Tan sólo a veces.

John Better Armella



¿Un milagro es como cuando cae esa cosa blanca y maravillosa del cielo de la que tanto habla? Le diré algo: soy enteramente feliz con lo que aquí tengo, pedir más sería mezquino de mi parte. Ahora, usted: ¿de qué tiene miedo?
– Déjeme ver… bueno, de niño soñaba que me perdía en un parque al que mi madre solía llevarme los domingos. También le tengo miedo a los tigres, una vez fui al zoológico y un asistente de la profesora me tomó en sus brazos y amenazó con tirarme a la jaula de los felinos, es algo que no olvido.

John Better Armella
El llanto de las ciudades





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