Morir sentado

Los que se han ido o se van
se quedan quietos al oír tu voz
El aire que sube al cielo flota en diferentes imágenes
El dedo de una azucena leonada
rasca la cuerda de un recuerdo lejano
Me voy a echar al lado del pantano soleado
El sol de mayo me hace el amor desde diferentes ángulos

Me quedo vagando en la esquina
Veo al mundo armarse y luego desbaratarse
Cuando empiezas a moverte
toda la vida se detiene para mirarte
Cuando piensas en las mujeres
arrugas la frente o sonríes abiertamente
La bandera en la torre juega con el viento
Te hace pensar en su cuerpo levantándose como una ola
el mismo cuerpo que le arrancó el sexo
a la ciudad

Alzas la mano
y penetras en su piel como un héroe
Piensas en la nieve que cubrió los campos todo el invierno
y en el aire fresco y húmedo
Algún día
ya no pertenecerás a ti mismo o a alguien más

te convertirás en un retoño que se agita desde la antigüedad
Ese momento sólo toma un segundo en tu reloj
En ese segundo tu vida termina y luego vuelve a empezar

La muerte es el destino del nacimiento
Esta apología budista es deprimente
Otro día en otra situación
pensaste en muchas mujeres sacando deducciones
sobre otros ejemplos de una sola mujer
y sus posturas seductoras
Predijiste destinos para todas las jornadas
Ese corto segundo es una vida completa
El día es día
la noche es noche
Tu y las mujeres son máquinas oxidadas
Cerramos los ojos vertiginosamente
Nos abrazamos para mantenernos calientes
y esperamos el siguiente samsara
mientras los pensamientos se fermentan discretos entre las
transmigraciones
Ya no te retienes para fantasear
sobre otras mujeres cuando haces el amor
Una noche de pronto ves a través de tu propia cara
Y al despertar la mañana siguiente
le dijiste a la única estrella:
quisiera morirme rápido
para nacer de nuevo en un momento

Zou Yingzhi










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