“Amar es actuar.”

Raoul Follerau


“Amarse o desaparecer.”

Raoul Follerau



CONCÉDENOS TIEMPO

Dios nuestro, concédenos tiempo.
Impídenos que queramos ir más deprisa de lo que permite
el intenso oleaje de nuestro corazón.

Haz que tengamos paciencia con nosotros mismos,
pues el tiempo actúa a la sombra de nuestras irritaciones;
el tiempo prosigue y cicatriza,
por más que nos moleste su lentitud y nos inquieten sus vaivenes.

Danos tiempo para tomar y para aprender,
pues en modo alguno estamos hechos para vencer sin convencer,
para coger sin habitar, ni para recorrer sin permanecer. 

Danos la familiaridad que sigue a la curiosidad, y que permite el contacto.
Danos la ternura que acompaña al deseo y que permite el amor.
Danos la constancia que sigue al descubrimiento y que permite la felicidad.
Danos la lentitud que sigue a la brusquedad y que permite la convicción.
Danos tiempo para la aproximación y el afecto.
Danos también tiempo para desprendernos y curarnos,
pues de ninguna manera estamos hechos para la obstinación en el atractivo del despropósito,
de la destrucción y del mal sin más, sufrido o cometido.
Concédenos que demos con el camino de nuestra vidas
en medio de los matorrales de nuestras pasiones y de la grava de nuestros desollones.
Haz que aceptemos que el tiempo de la convalecencia
pase tan despacio como el de la fiebre.
Oh Dios, enséñanos a esperar en el tiempo para nuestras propias vidas y para todo el mundo,
pues tú también usaste el tiempo sin acusarlo.
Tú también caminas lentamente y reconstruyes de generación en generación.
Tienes constancia y anuncias lo que solo se realizará más allá de nuestras maquinaciones.
Tú no eres el encartamiento del instante,
ni la inmutabilidad de la eternidad.
Tú eres la semilla enterrada en la tierra del mundo,
para una cosecha que todavía no ha llegado.

Dios nuestro, danos confianza en el tiempo,
en esos días en los que parece que patinamos y retrocedemos.
No te pedimos impaciencia ni pasividad,
te pedimos que la paciencia del tiempo pacifique nuestros corazones.

En nombre de Jesús, que creció en silencio durante treinta años,
que habló con poder durante tres años,
que lo perdió todo en tres días de abandono,
y que lo recuperó todo para todos, ofreciéndonos el tiempo como esperanza.

AMEN

Raoul Follerau





"Dadme dos bombarderos, y yo cuidaré de todos los leprosos del mundo."

Raoul Follerau


"El amor ve en el rostro del pobre, del que sufre, y del perseguido, el rostro de Jesús."

Raoul Follerau



"El cristianismo es la revolución del mundo a través de la caridad."

Raoul Follerau



"En el siglo XX del cristianismo encontré leprosos en la cárcel, en asilos , encerrados en cementerios profanados, internados en el desierto con alambradas de púas a su alrededor, focos y ametralladoras. Vi sus llagas plagadas de moscas, sus chozas infectadas, los guardias con rifles. Vi un mundo inimaginable de horrores, dolor, desesperación."

Raoul Follerau



“Nadie tiene derecho a ser feliz a solas.”

Raoul Follerau



SI CRISTO, MAÑANA, LLAMASE A TU PUERTA...

Si Cristo, mañana, llamase a tu puerta,
¿lo reconocerías?
Será, como entonces, un hombre pobre,
ciertamente un hombre solo.
Será, sin duda, un obrero,
quizá un parado,
o, incluso, si la huelga es justa, un huelguista.
O tal vez irá ofreciendo pólizas de seguros o aspiradoras...

Subirá escaleras y más escaleras,
se detendrá sin fin piso tras piso,
con una sonrisa maravillosa
en su rostro triste...
Pero tu puerta es tan sombría...
Además, nadie descubre la sonrisa de las personas
que no quiere recibir.
“No me interesa”, dirás
antes de escucharle.
O bien la criada repetirá como una lección:
“La señora tiene sus pobres”,
y de golpe cerrará la puerta
ante el semblante del Pobre,
que es el Salvador.

Será, quizá, un prófugo,
uno de los quince millones de prófugos
con pasaporte de la ONU;
uno de esos que a nadie interesan
y que van errantes,
errantes por este desierto del mundo;
uno de esos que deben morir,
“porque, a fin de cuentas, no se sabe de dónde vienen
las personas de tal calaña...”
O quizá también, en América,
un negro,
un triste negro,
cansado de mendigar un hueco
en los hoteles de Nueva York,
como entonces, en Belén,
la Virgen Nuestra Señora....

Si Cristo, mañana, llamase a tu puerta,
¿lo reconocerías?
Tendrá un aire abatido,
extenuado.
agobiado como está
porque debe tomar sobre sí
todos los dolores de la tierra...
Y, si le preguntan:
“¿Qué sabes hacer?”,
Él no puede decir: “Todo”.
“¿De dónde vienes?”,
no puede responder: “De todas partes”.
“¿Qué pretendes ganar?”,
no puede responder: “A ti”.
Entonces se alejará,
más extenuado, más agobiado,
con la Paz en sus manos desnudas...

Raoul Follerau


"Una civilización sin amor es un cementerio."

Raoul Follerau



“Vivir es ayudar a vivir... Ser felices es hacer felices a los otros.”

Raoul Follerau























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