Antes del día

Ven a esta hora para liberar mi espíritu.
Cuando la tierra ya no es mía, la noche se apaga.
Y extendiendo estos brazos, no puedo ser el
Señor de la salida del sol alada y la débil Arcadia:
cuando los muchachos de campo se van con clac y gritan.
Desde los huertos asustan a los pájaros. en una repentina derrota,
ven, antes de que mi corazón se enfríe y se llene de dudas,
en los tranquilos amaneceres del verano que me despiertan.

Cuando la primera alondra se levanta para mirar el día
y la mañana brilla en los sueños, ven, entonces,
fuera de los valles sin canción, sobre grises
grandes y brumosas tierras para traerme en mi camino:
Porque soy un hombre solitario, habitante entre los hombres
Hambrientos por lo que mi El corazón nunca dirá.

Siegfried Loraine Sassoon


"Creo que la guerra en la que una vez entré como una guerra de defensa y de liberación, se ha convertido en una guerra de agresión y de conquista."

Siegfried Loraine Sassoon


Después

¿Ya lo has olvidado? ...
Los acontecimientos del mundo se han prolongado desde esos días amordazados,
como el tráfico controlado en el cruce de caminos de la ciudad:
y la brecha obsesionada en tu mente se ha llenado de pensamientos que fluyen
como nubes en el cielo. cielo de la vida; y usted es un hombre que se siente aliviado de irse,
tomando su parte pacífica del Tiempo, con alegría de sobra.
Pero el pasado es el mismo, y la guerra es un juego sangriento ...
¿Ya lo has olvidado? ...
Mira hacia abajo y jura por los muertos de la guerra que nunca olvidarás.

¿Recuerdas los meses oscuros en los que ocupaste el sector en Mametz ...
Las noches que miraste, conectaste, cavaste y apilaste sacos de arena en parapetos?
¿Te acuerdas de las ratas? y el hedor
De cadáveres pudriéndose frente a la trinchera de primera línea ... ¿
Y amanece, blanco sucio y frío con una lluvia desesperada?
¿Alguna vez se detiene y pregunta: '¿Va a pasar todo de nuevo?'

¿Recuerdas esa hora de dinamismo antes del ataque ...
y la ira, la compasión ciega que te asaltó y sacudió entonces
cuando observaste los rostros condenados y demacrados de tus hombres?
¿Te acuerdas de las camillas que se tambaleaban hacia atrás,
con ojos moribundos y cabezas inclinadas, esas
Máscaras cenicientas de los muchachos que alguna vez fueron entusiastas, amables y homosexuales?

¿Ya lo has olvidado? ...
Mira hacia arriba y jura por el verde de la primavera que nunca olvidarás.

Siegfried Loraine Sassoon


El General

“’Buenos días, buenos días’, dijo el General
Cuando nos encontramos con él una semana atrás camino del frente.
Ahora la mayoría de los soldados a quienes sonrió están muertos,
Y maldecimos su mando por ser un cerdo incompetente.
‘Es como una vieja tarjeta de felicitaciones’, le gruñó Harry a Jack

Cuando ascendían hacia Arrás con el rifle y la mochila.
. . . .
Pero él acabó con ambos con su plan de ataque”

Siegfried Loraine Sassoon




Extraño encuentro

Imaginaba haber salido del combate
por un profundo túnel, excavado hace tiempo
en la roca por mano de titanes.
Pero también allí gemían, apiñados
durmientes, cuyo sueño temía importunar.
Luego, al hablarle, uno se puso en pie: miraba
hacia mí fijamente, con ojos compasivos
y una mano que alzaba como en gesto de dádiva.
Por su sonrisa conocí aquel hosco lugar,
en su mueca de muerte supe que era el Infierno.
Un enorme dolor afligía a aquel rostro
pero no había sangre que filtrara la tierra,
ni estruendo de rifles, ni gemido de obuses.
«Amigo—dije—aquí no hay nada que llorar».
«Nada—respondió él—salvo el tiempo abolido
y la desesperanza. Cualquiera que fue tuya
fue también mía un día: busqué sin freno alguno
la hermosura mayor que en el mundo cupiera
y no está en unos ojos serenos, ni unas trenzas,
sino en algo que burla la huida de las horas
y no sana su herida nada que sea del mundo.
Porque por mi alegría han reído los hombres
y de mi oscuro llanto algo ha sobrevivido
y debe ahora morir: la verdad nunca dicha,
la pena de la guerra. Ahora a muchos hombres
contentará lo que nosotros malgastamos
o, tal vez, descontentos, lo verterán en vano.
Pasarán con la urgencia atroz de una tigresa.
Nadie romperá filas, aunque se retroceda.
Busqué siempre el dolor, pero encontré el misterio.
Busqué siempre el saber, pero encontré el dominio:
perder el paso de este mundo en retirada
a vanas fortalezas carentes de murallas.
Luego, cuando en la sangre se atascaran
los tanques,
lavaría las ruedas con un agua muy dulce,
incluso con verdades demasiado profundas,
y daría a mi espíritu rienda suelta, sin freno
y sin herir a nadie, terminada la guerra.
Hay hombres que han sangrado sin tener
ni una herida.
«Yo soy, amigo mío, aquel al que mataste.
Te conocí en lo oscuro, pues tenías el gesto
con el que ayer hundiste en mí tu bayoneta.
Intenté, sí, esquivarla, pero estaban heladas
y dormidas mis manos. Durmamos, pues, ahora... "

Siegfried Loraine Sassoon




“He visto y padecido el sufrimiento de las tropas, y no puedo continuar formando parte de su prolongación (…) Protesto contra los errores políticos y falsedades  por los que los  que combaten están siendo sacrificados…”

Siegfried Loraine Sassoon


Preludio: las tropas

Tenue, gradual, se diluye la penumbra sin forma
se estremece en la llovizna del alba que revela
hombres desconsolados con empapadas botas
tornan al cielo rostros apagados y hundidos,
demacrados, desesperados. Ellos, que tras vencer
la rancia angustia de la noche, deben renovar
su desolación en la tregua del amanecer
matando las horas pálidas que buscan la paz a tientas.

Estos, que se aferran a la vida con brazos tercos,
aún pueden sonreír entre tormentas de muerte y hallar hueco
en los crueles enredos zarpados de su defensa.
Marchan desde el amparo y la alegría de los pájaros
en arbustos verdes hacia la tierra donde todo
es ruina y nada florece excepto el cielo
que se apresura sobre ellos, donde sufren
tristes, humeantes horizontes planos, bosques malolientes
y trincheras hundidas que volean muerte por muerte.

Oh mis valientes compañeros pardos, cuando vuestras almas
vuelen en silencio y los muertos sin ojos
se avergüencen de la bestia de la lucha en la cresta
la muerte quedará llorando en ese campo de batalla
pues se acabó vuestro invicto esfuerzo.
Y pasarán a través de algún Valhalla de luna
batallones y batallones, lacerados en el infierno,
la armada que fue juventud y que no vuelve;
las legiones que han sufrido y ahora son polvo.

Siegfried Loraine Sassoon


“Realizo esta declaración como un acto de desafío voluntario a la autoridad militar, porque creo que la guerra se está prolongando deliberadamente…”

Siegfried Sassoon


“… También creo que [mi protesta] pudiera ayudar a destruir la insensible  complacencia con que la mayoría de aquellos que desde casa [Gran Bretaña] contemplan la continuación de  tribulaciones que no comparten…”

Siegfried Sassoon


Todos cantaron

Todos de repente estallaron cantando;
Y me llené de tanta alegría
Como pájaros prisioneros deben encontrar en libertad,
Alas salvajemente a través del blanco
Huertos y campos de color verde oscuro; on - on - y fuera de vista.

La voz de todos se levantó repentinamente;
Y la belleza vino como el sol poniente:
Mi corazón se sacudió con lágrimas; y horror
Se alejó... O, pero todos
Era un pájaro; y la canción era sin palabras; El canto nunca se hará.

Siegfried Sassoon
















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