… nos encontramos con dos imágenes de Lucifer claramente diferenciadas: un demonio horrible que habita en el infierno y devora a las almas malditas, y un rebelde valeroso que sufre tormento eterno porque nunca se rendirá a la regla arbitraria impuesta por el Todopoderoso. El segundo es más pagano que cristiano y casi con seguridad es aquel al que claman quienes quieren establecer un “pacto con el Diablo”. La desobediencia y el orgullo son los dos pecados fundamentales de Lucifer. De hecho, desde un punto de vista religioso, no existe pecado que no pueda ser reducido a un acto de desobediencia, de negativa a acatar la ley divina.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 10


Durante toda la historia de la humanidad, el hombre ha estado luchando contra las fuerzas de mal para conseguir la salvación de su alma. Llegado el siglo XX, los adeptos al movimiento New Age describirán esta situación como “la Luz” (la Verdad) contra “la Oscuridad” (la Ignorancia). Hemos sido educados con el concepto de que ciertas cosas son consideradas Buenas y las demás son Malas (o que el Diablo intenta tentarnos para que recorramos sus caminos de perdición). El problema con la definición de estos conceptos es que cada religión o filosofía de vida parecen tener su propio significado para cada uno de ellos. Lo que puede ser un mal increíble para uno de nosotros, perfectamente podría ser aceptado por otra persona como algo completamente natural. Tal vez la clave se encuentre en aportar una perspectiva alternativa al aparente conflicto de estas dos fuerzas. Bien y Mal no existen, son una ilusión, una creación de la mente del Hombre, lo que C. G. Jung habría llamado un arquetipo (símbolos a los que acudimos los seres humanos para definir nuestra realidad).

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 11


En la cultura europea, la tradición mágica de los pueblos célticos, de los nórdicos y de los antiguos sajones sobrevivió hasta épocas relativamente recientes, a pesar de la represión salvaje de las autoridades eclesiásticas cristianas, cuya religión ya se había convertido en ortodoxa y exotérica en la época de su difusión por estos lares. Aparte de algunos focos de conversión obtenidos por misioneros especialmente eficaces, el cristianismo fue adoptado en primer lugar por los reyes y la nobleza, probablemente por razones más prácticas que espirituales. Como resultado de esto, las prácticas tradicionales se fueron alejando de los centros de poder, restringiéndose su influencia a los distritos periféricos de los distintos reinos. Es por esta razón que la supervivencia de la magia precristiana se asocia a menudo a los entornos rurales más alejados. El término “pagano” se refería originalmente a cualquier aldeano, ya que viene de la raíz latina “paganus”, que significa “rústico” o “pueblerino”. Desde los años 50, ha habido cierto número de tentativas para restablecer las prácticas, religiones y magia de los tiempos paganos, siendo la más notable la llamada Wicca, un sistema religioso que ha recopilado muchas de estas tradiciones.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 20


En 1921, Margaret Murray publicó un libro enormemente influyente, La religión de las brujas en Europa occidental, que fue seguido 10 años más tarde por El dios de las brujas. En estas obras, la autora se hacía eco de la existencia de una religión paneuropea que sobrevivió hasta la Edad Media en forma de brujería. En 1948, las circunstancias para que se diera un renacimiento del paganismo europeo se vieron fortalecidas por la publicación de La diosa blanca, un impecable tratado antropológico salido de la pluma de Robert Graves, quién más tarde alcanzaría fama mundial por la adaptación televisiva de su novela Yo, Claudio. Parece probable que estas fuentes formaran la base para la moderna restauración de la brujería conocida como Wicca, que comparte la visión de la brujería como culto paneuropeo basado en la adoración de un dios solar provisto de cuernos (Murray) y una diosa lunar con tres manifestaciones diferentes (Graves). La Wicca (que toma su nombre de una palabra celta que significa “sabiduría”) aparece en 1953, cuando es mencionada por primera vez en el libro Brujería hoy, de G.B. Gardner. A pesar de que muchas de las teorías históricas en las cuales se basa han caído en la actualidad en el descrédito, la Wicca es indudablemente la inspiración principal que se encuentra tras el enorme ímpetu que está adquiriendo el movimiento neopagano, y sigue siendo uno de los sistemas más influyentes de la cultura mágica occidental.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 22


LOS GRIMORIOS 

El apelativo grimorio se deriva de la palabra gramática. Una gramática es la descripción de un sistema de símbolos y la combinación para crear oraciones con significado. Un grimorio es básicamente lo mismo: la descripción de un sistema de símbolos mágicos y la combinación correcta. La mayoría de estos textos está ligado a la tradición mágica europea, con sólidos vínculos con el judeocristianismo. Aunque este género del arte mágico no debe ser confundido con el neopaganismo, muchas de las tradiciones neopaganas utilizan rituales y técnicas similares, aunque variando sustancialmente su vocabulario (utilizando generalmente vocablos de origen celta).
A continuación repasaremos brevemente alguno de los grimorios más utilizados.

6º Y 7ºLIBROS DE MOISÉS

Estos dos grimorios (que en realidad forman un único libro) son citados a menudo como manuales de cabecera de gran número de magos. Pretenden ser una continuación del Pentateuco -los cinco primeros libros de la Biblia- y haber salido de la pluma de Moisés. Aunque afirman poseer una naturaleza cabalística, hay muy poco de Cábala real en ellos. Por el contrario, parecen conformar el típico sistema de magia ritual con sus correspondientes hechizos para convocar y despedir a los espíritus, así como conseguir utilizarlos con propósitos mundanos. Publicado en 1849, los 6º y 7º libros de Moisés afirman incluir material de 1338, 1383 y de 1501, incluyendo fragmentos traducidos de la lengua samaritana, extinta desde el siglo XII, y sobre la que se sabe muy poco. Los aspectos más interesantes de este libro son las ilustraciones únicas de sellos mágicos, con caracteres hebreos y de una lengua desconocida, y las listas de entidades demoníacas.

LA CLAVÍCULA DE SALOMÓN

Aunque este grimorio es tradicionalmente atribuido al rey Salomón bíblico, probablemente fuera escrito en el siglo XIII. Su influencia en la magia actual se debe en gran medida a que fue uno de los libros favoritos de la Golden Dawn, con lo que se convirtió en una de las fuentes de la magia ritual moderna. Este texto tiene genuinas influencias, y parece mucho mejor documentado que el grimorio anterior.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 24


Si de verdad se quiere conocer la santería hay que acudir a las ceremonias, hacer una ofrenda y bailar al son de los tambores. El color de la piel o el lugar de nacimiento no son barrera. Los dioses antiguos reconocen a los suyos…
La Santería, o más correctamente, La Regla de Ocha, es una religión originaria de África. Fue llevada al nuevo mundo por los yorubas de la costa occidental de África en lo que hoy en día son Nigeria y Dahomey, una zona en la que la actividad de los traficantes de esclavos fue especialmente intensa. Cuando los africanos llegaron a América, tuvieron que adaptar su religión para continuar practicándola evitando el control de los blancos. Enmascararon a sus Orishas (las deidades de la religión yoruba) haciéndoles adoptar la identidad de santos cristianos. Los dueños de las plantaciones asumieron que los esclavos se habían convertido en devotos católicos cuando en realidad seguían adorando secretamente a sus Orishas.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 40-41



El Papa Honorio III (1216-27) es el presunto autor del Gran grimorio de Honorio el Grande, que recoge una serie de ceremonias diseñadas expresamente para ser realizadas por un sacerdote católico y el contenido del libro implica que fue escrito por alguien iniciado en los ritos de la Iglesia: “Este es el libro de magia negro considerado generalmente por los escritores especializados en ciencias ocultas como el trabajo más diabólico de la historia de la magia ”, dijo una vez para describirlo el autor Idries Shah…
El libro pretende haber salido de la pluma de Honorio, pero muchos escritores católicos lo denuncian como una falsificación.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 36-37


Los orishas no son entidades malvadas, sino que podríamos considerarlos como el equivalente a los ángeles cristianos. La imagen negativa asociada a la Santería ha sido en gran parte inventada por los medios de comunicación sensacionalistas y las exageraciones de Hollywood. Curiosamente, la Santería ha sido condenada y calumniada por la Iglesia Católica como una práctica bárbara, primitiva, arcaica, y demoníaca cuando jamás se ha dado el caso de que alguien haya sido forzado a abrazar esta fe o asesinado por tener otras creencias, algo de lo que el catolicismo no puede presumir. Con todo, los orishas y su religión se mantienen más vivos que nunca.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 42


A pesar de su extensa fama, la organización de Dashwood, que funcionó entre 1740 y 1760, nunca recibió formalmente el apelativo de club del fuego infernal, sino que tuvo nombres tan curiosos como los “Caballeros de St. Francis” o “Monjes de Medmenham”.
(…)
Sir Francis tenía una personalidad magnética que le facilitaba en gran medida trabar amistad con todo tipo de personas. Así, comenzó a reclutar un grupo de amigos que compartieran su energía, su influencia y sus refinados gustos. Personas que escucharan con interés lo que él tenía que decir respecto a las creencias religiosas. Con estos amigos en 1751 fundó una fraternidad a la que tuvo la ocurrencia de ponerle su propio nombre, “Los Hermanos de St. Francis de Wycombe”, también conocidos como “Los Caballeros de St. Francis”, “Los Monjes de Medmenham” o “El Club del Fuego Infernal”. El grupo compartía una pasión común por las artes y la cultura, que compaginaban con apetitos menos elevados como el sexo, la bebida, los banquetes, la ropa lujosa, la política, la blasfemia y el ocultismo.
(…)
Dashwood había desarrollado una suerte de satanismo de naturaleza marcadamente sexual cuyos elementos tomó al parecer de su estancia en Italia. Esto, combinado con el estudio de no pocos grimorios que había recopilado pacientemente a lo largo de sus viajes, le hizo llegar a una conclusión que comparten muchos estudiosos de hoy en día: que las tradiciones de la magia negra europea no son sino los restos de antiguas creencias y saberes, y que la figura de Lucifer no es otra que la del Dionisio del mundo clásico.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 47-56-57


La brujería, tal y como consideramos ese concepto hoy en día, es un invento cristiano para explicar la pervivencia de ciertos elementos mágicos de la tradición pagana. Tal concepto de brujería estuvo íntimamente unido e incluso identificado con la adivinación, considerada no solo como el arte de pronosticar el futuro, sino también como la adquisición de conocimiento por medio de un poder sobrenatural. La sugerencia de que tal poder estuviera disponible solo era posible desde el punto de vista cristiano gracias a la intervención directa del diablo, ya que Dios jamás debía ser implicado con el mundo físico.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 62


La Iglesia primitiva había intentado erradicar por todos los medios cualquier vestigio de la tradición pagana. Para ello, estableció muy claramente algo que los inquisidores de siglos venideros debieron olvidar, a saber: la imposibilidad de manifestaciones sobrenaturales de cualquier tipo ajenas a la divinidad. El Canon Episcopi, una ley de la Iglesia aparecida por vez primera en el año 906, decretó que la creencia en los poderes de la magia o la brujería era herética y contraria a la doctrina de la Iglesia.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 63


Según algunos eruditos la palabra “Tantra” proviene de una palabra sánscrita que significaba tela o tapicería, en referencia a que la vida sería un inmenso telar en el que las diferentes existencias se cruzan como los hilos de una trama. Otros dicen que proviene de dos palabras sánscritas diferentes: tanoti (ampliar la conciencia) y trayati (liberar la conciencia). Jugando con estas definiciones se podría decir que el Tantra amplía y libera la conciencia, haciendo al ser humano consciente del tejido de la existencia.
(…)
Tantra es entrega total, renegando de todo condicionamiento mental, emocional y cultural, de modo que la energía de la vida pueda fluir sin ningún esfuerzo. La palabra “Tantra” tiene muchas definiciones, aunque con toda seguridad su verdadero significado se perdió hace mucho tiempo. Según algunos eruditos proviene de una palabra sánscrita que significaba tela o tapicería, en referencia a que la vida sería un inmenso telar en el que las diferentes existencias se cruzan como los hilos de una trama. Otros son de la opinión de que proviene de dos palabras sánscritas diferentes: tanoti y trayati. Tanoti significa ampliar la conciencia y trayati significa liberar la conciencia. Jugando con estas definiciones se podría decir que el Tantra amplía y libera la conciencia, haciendo al ser humano consciente del tejido de la existencia. Esta ciencia poética de la sexualidad se remonta, como hemos dicho, a miles de años atrás; no se practicaba solamente en la India y el Tíbet, sino en todo el lejano Oriente, Polinesia y en culturas indígenas de todo el mundo. Por ejemplo, la cultura Cherokee, nativa de América del Norte, practicaba una forma de Tantra llamada Quadoshka, que era utilizada como vehículo para alcanzar un estado de comunión con la divinidad y el universo. No es de extrañar que la tradición judeocristiana haya considerado satánico todo lo que rodea al Tantra. Al contrario de lo que ocurre en el ámbito occidental, el Tantra trata la energía sexual como algo positivo, más que como algo merecedor de ser suprimido o, como poco, reducido a cuchicheos de alcoba. Niega el sexo o lo considera un obstáculo para alcanzar los más altos grados de iluminación espiritual. Por el contrario, el Tantra es el único sendero espiritual que afirma que el sexo es sagrado y no un pecado o algo contra Dios. Tal vez sea porque el acercamiento tántrico a lo sobrenatural es confiado y amistoso, no tímido y temeroso como estamos acostumbrados a calificarlo por estos lares.
(…)
El objetivo de todo el ritual tántrico va mucho más allá de la posibilidad de obtener mejores orgasmos -aunque sería hipócrita no reconocer que los placeres de la carne y el aprovechamiento de la potencialidad del acto del amor son parte del Tantra-. El verdadero fin es el mismo que el de un brahmán célibe o un ascético swami: comunión, fusión, unidad con el cosmos.
¿Cuál es la esencia y el fundamento de la magia sexual? En principio debemos considerar la idea -admitida por la práctica totalidad de las tradiciones iniciáticas- de que la posibilidad de provocar determinados fenómenos a través de medios extranormales (mágicos) depende en gran medida de las condiciones y el estado mental del operador. El mago debe encontrarse en una fase de especial trascendencia y sensibilidad. Debe sobrepasar, por medio de determinadas técnicas, los límites impuestos por la consciencia individual, restringidos al cuerpo físico y al plano mental del individuo. Es una especie de excitación, la contrapartida activa del éxtasis místico. Ya desde los tiempos de Platón se admite la posibilidad de que Eros pueda inducir este estado en el ser humano: de hecho, Platón compara a aquellos que han sido poseídos por Eros con los clarividentes, los iniciados de los misterios dionisiacos o los profetas.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 103-106-110



CONDICIONAMIENTO JUDEOCRISTIANO

Mientras que la mayoría de las religiones fundamentalistas -en realidad, todas las religiones mayoritarias- se marca como una de sus prioridades la eliminación del placer sensual, el “satánico” Tantra da la bienvenida a la expresión completa del placer corporal, reconociendo que en el cuerpo se oculta una espiritualidad desconocida y accesible. El problema de todo lo antedicho respecto al acercamiento de los occidentales a este asunto es doble: primero, la torcida actitud judeocristiana hacia el sexo ha estrechado nuestro punto de vista hasta tal punto que muchas personas cuando leen sobre Tantra no pueden evitar que el sexo ocupe el cien por cien de su pensamiento, olvidando que este es un medio, no un fin en sí mismo. Segundo, casi todos los defensores del Tantra han sido incapaces de reconocer que el sendero de la mano izquierda es su forma más pura. En otras palabras, aquellos que se llenan la boca hablando de realización y trascendencia se hacen cruces cuando se les habla de personajes como Aleister Crowley o de magia satánica, el asunto de este libro. Mal hecho. Lo que nuestra cultura considera “bueno” o “positivo” es un completo fracaso porque estamos hablando de culturas y esquemas de pensamiento por completo diferentes. Cualquiera -por muy “espiritual”, “ocultista” o “satanista” que sea- que haya nacido y crecido en el seno de la cultura cristiana europea, no podrá evitar dividir instintivamente las cosas en bueno y malo, positivo y negativo. En los círculos en los que se mueven aquellas personas que por una razón u otra abandonaron el cristianismo y abrazan otras creencias se siguen oyendo frases como “yo, una filosofía positiva” o “yo solo práctico la magia blanca”. Esa actitud heredada de la que no han sabido desprenderse adecuadamente les obliga a etiquetar a otros grupos o individuos que no comparten su tabla de valores como “negativos”. En Occidente, entendiendo como tal el ámbito judeocristiano, el ser humano es condicionado desde el nacimiento para que evite las sensaciones intensas, sobre todo las físicas. De hecho, la ciencia moderna se ha tomado grandes molestias en hacer del nacimiento, nuestra primera experiencia en la vida, algo tan desagradable como fuera posible. Así, el condicionamiento comienza inmediatamente y sigue a lo largo de toda la vida. Salvo casos en que el desarraigo social o determinadas circunstancias familiares han interferido en la normal socialización del niño, cuando alcanza la pubertad la pauta ya está suficientemente bien establecida. Justo en ese momento el joven entra de lleno en el mundo de lo sexual. Un torrente incontrolable de hormonas nos lleva a hacer y sentir cosas nuevas -por lo general agradables- mientras las autoridades sociales insisten en que es moralmente inaceptable manifestar estos sentimientos fuera de los parámetros institucionalizados de comportamiento que, para la líbido adolescente, suelen ser sumamente estrechos. Eventualmente, el sexo es percibido como algo malo sobre lo que se proyecta una carga de culpabilidad. Es el Diablo el que nos tienta con los placeres de la carne. Una vez más, fue la propia Iglesia la que dotó a Satán de una de sus principales armas de seducción.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 108


Se llame Lucifer, Set, Prometeo, Dionisio o Loki, hay algo común a todos estos calumniados personajes: no son simplemente tentadores, sino que también son instructores. Prometeo-Lucifer, el antihéroe original, el rebelde sin causa, es el arquetipo del hombre movido por la pasión, cuya actividad irreprimible pavimenta el camino al infierno de todos los que vinieron después. Debe ser recordado que, incluso según la más ortodoxa de las fuentes, la judeocristiana, Lucifer es la estrella de la mañana, el más brillante y más hermoso de los ángeles que, un buen día, hace simplemente una elección, la de bailar su propia música.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 117


Los súcubos (íncubos en su forma masculina) son, según la tradición, los hijos demoníacos de Lilith, que se alimentan de la energía sexual de los seres humanos. Llegan de noche y se aprovechan de sus víctimas mientras duermen, manteniendo relaciones con ellas para, de esta manera, lograr su sustento.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 123


En el mundo oculto de la magia, conocer el nombre de algo es la llave para acceder a su poder. Es por ello que las formas tradicionales de las liturgias mágicas han permanecido inalteradas durante siglos.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 126


Existen pruebas suficientes para afirmar que los antiguos etruscos llevaron a cabo gran cantidad de sacrificios humanos. Éstos estaban ejecutados por hombres disfrazados de lobo que bebían la sangre de sus víctimas. En este rito de influencia egipcia se cree que se encuentra la raíz de la leyenda del hombre lobo.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 131


... un texto del Gran Grimorio, atribuido por la mayor parte de los estudiosos al afamado brujo Roboan:

“Cuando queráis contraer un pacto con uno de los principales espíritus, comenzaréis la antevíspera del pacto por ir a cortar, con un cuchillo nuevo que no haya servido nunca, una vara de nogal silvestre, exactamente en el momento en que el sol aparece en el horizonte. Hecho esto, os proveeréis de una emotilla -piedra de imán-, dos cirios benditos, dos talismanes, y elegiréis luego un lugar apropiado para la ejecución, donde no podáis ser estorbados. El pacto puede hacerse también en una habitación preparada al efecto, o en algún aposento ruinoso de un viejo castillo, aunque lo más seguro se ha considerado siempre la cima de una montaña o el cruce de cuatro sendas diferentes próximas a un río. Una vez elegido el sitio para celebrar la invocación, se hará lo siguiente: Se tenderá en el suelo una piel de cabrita virgen, que haya sido sacrificada en viernes; sobre la piel se trazarán círculos concéntricos con la piedra imán y después el triángulo sobre el cual se formará la ruta de T, llamada generalmente ‘del tesoro’, pero que en realidad deberá considerarse bajo las siguientes acepciones: ruta de la eternidad, del infinito, del espacio, de lo desconocido, del tiempo, de lo oculto, de lo misterioso, etc. Con objeto de que puedan trazarse con acierto sobre los dibujos del gran círculo cabalístico, o de los pactos, conviene procurarse uno de los viejos símbolos, para copiarlo debidamente y no cometer así ningún deplorable error. Los talismanes se colocarán debajo de los calendarios que sostienen los cirios benditos, poniendo a los lados tres coronas de verbena, albahaca o flor de saúco, cogida la noche de San Juan a la hora en que las hogueras ya se convierten en rescoldos. No importa que sean coronas de una sola de dichas plantas o de las tres. Al pie del círculo triple figuran las iniciales JHS para que ningún espíritu pueda hacer daño al efectuarse las invocaciones, pero si el celebrante es muy atrevido o temerario, puede suprimirlas, aunque eso no es muy aconsejable. Cuando todo se halle ya ejecutado, se pondrá delante del triángulo una cazoleta de metal, con algunos carbones encendidos, donde se echarán perfumes odoríferos de polvos de incienso y de laurel. Estando todo preparado, en la hora justa de la medianoche, el invocador se colocará en medio del triángulo, teniendo en la mano derecha la vara misteriosa, con la gran apelación al espíritu, a la izquierda la llave, o Clavícula de Salomón, la petición que vaya a hacerse, así como el pacto y la despedida del espíritu, todo lo cual se habrá escrito antes. Habiendo ejecutado exactamente lo que ya se ha detallado, se empezará por recitar la apelación siguiente, con todo fervor y esperanza, con voz grave y pausada: - Emperador Lucifer, dueño y señor de todos los espíritus rebeldes, te ruego que me seas favorable en la apelación que hago a tu ministro, el gran Lucífugo Rofocale, pues deseo hacer pacto con él. Yo te ruego a ti, Príncipe Belzebuth, que me protejas en mi audaz empresa. ¡Conde Astaroth! Séme propicio, y haz que en esta noche el gran Lucífugo se me aparezca bajo una forma humana, sin ningún pestífero olor, y que me conceda por medio del pacto que voy a presentarle todas las riquezas o dones que necesito. ¡Gran Lucífugo! Yo te ruego que dejes tu morada dondequiera que te halles, para venir a hablarme. De lo contrario, te obligaré por la fuerza del grande y poderoso Alpha y Omega, y de los ángeles de la luz, Aldonay, Eloim y Jehovam, a que me obedezcas. Obedéceme prontamente, ¡oh Lucífugo!, o vas a ser eternamente atormentado por la fuerza de las poderosas palabras de la Clavícula de Salomón, de las que se servía para obligar a los espíritus rebeldes a recibir sus pactos. Así pues, aparécete enseguida, o voy a atormentarte continuamente por el poder de estas mágicas palabras de la Clavícula: AGLON, TETRAGRAMMATON, VAYCHEON, STIMULAMATHON, EROHARES, RETRASAMATHON, CLYORAN, ICION, ESITION, EXISTIEN, ERYONA, ONERA, ERASYN, MOYN, MEFFIAS, SOTER, EMMANUEL, SABAOTH, ADONAI, te adoro y te invoco. A continuación, el espíritu aparecerá y se dirigirá al invocador con estas palabras: - Heme aquí. ¿Para qué me quieres? ¿Por qué turbas mi reposo? Responde. Yo soy Lucífugo Rofocale a quien has invocado. A lo cual el invocador responderá: - Te llamo para hacer pacto contigo, a fin de que me concedas todo aquello que deseo. Si no, te atormentaré con las poderosas palabras de la gran Clavícula de Salomón. Y el espíritu responderá: - Entonces no puedo acceder a tu demanda sino con la condición de que te entregues a mí por espacio de veinte años, para hacer con tu cuerpo y con tu alma lo que me plazca. Al terminar de hablar Lucífugo Rofocale, el invocador le arrojará el pacto, que debe haber sido escrito de propia mano y sobre un pedazo de pergamino virgen, y que consiste en estas palabras, bajo las cuales se habrá puesto la propia firma, trazada también con la propia sangre: EL PACTO: Yo prometo al gran Lucífugo recompensarle durante veinte años de todos los tesoros que me conceda. En fe de lo cual firmo al pie. A la vista de este documento, el espíritu responderá: - Todavía no puedo acceder a tu demanda. Y desaparecerá acto seguido. Entonces, para reforzar al espíritu a obedecer, el invocador volverá a leer la gran apelación con las terribles palabras de la Clavícula de Salomón, hasta que el espíritu reaparezca por segunda vez y pregunte: - ¿Por qué sigues atormentándome? Si me dejas en paz yo te daré el tesoro más inmediato, y te concederé lo que deseas, con la condición de que me consagrarás unas monedas todos los primeros lunes de cada mes, y no me llamarás un día de cada semana a saber: desde las diez de la noche hasta las dos de la madrugada. Recoge tu pacto. Ya lo he firmado. Si no cumples tu palabra serás mío dentro de veinte años. ¡Esta es la palabra de Lucífugo Rofocale! Entonces el invocador contestará al espíritu: - Accedo a tu demanda, con la condición de que harás aparecer ante mí el tesoro más próximo, para que pueda llevármelo inmediatamente y disfrutar de él. Y el espíritu responderá: - Sígueme y toma el tesoro que te voy a mostrar. Entonces, el invocador seguirá al espíritu por el camino del tesoro, que estará marcado en el triángulo, sin dar ninguna muestra de espanto, y arrojará su pacto, ya firmado, sobre el tesoro, tocándole luego con la vara mágica y pudiendo ya coger todo el dinero que le apetezca, volviéndose luego al triángulo, pero sin girar el rostro. El invocador colocará entonces todo el dinero recogido a sus pies y comenzará a leer la despedida al espíritu, tal y como se especifica: - ¡Gran Lucífugo! Estoy contento de ti por ahora. Te dejo en paz y te permito retirarte a donde te parezca, sin hacer ningún ruido ni dejar ningún mal olor. No te olvides a lo que te has comprometido en mi pacto, ya que si faltas en lo más mínimo te atormentaré eternamente con las grandes y poderosas palabras de la Clavícula del gran rey Salomón, con las que se obliga a obedecer a todos los espíritus rebeldes. Luego, antes de salir del círculo cabalístico, se pronunciará la siguiente oración al Todopoderoso en acción de gracias: - ¡Dios Todopoderoso! Padre celeste que has creado todas las cosas, en servicio y para utilidad del hombre. Te doy las más humildes y reverentes acciones de gracias, porque por tu gran bondad has permitido que, sin riesgo, pudiera yo haber hecho pacto con uno de tus espíritus rebeldes, sometiéndole a darme todo lo que me fuere necesario. Yo te agradezco, ¡oh, Dios Todopoderoso!, el bien con el que me has colmado esta noche, dignándote a concederme a mí, insignificante criatura, tus preciosos favores. Ahora, ¡oh gran Dios! es cuando he conocido la fuerza y el poder de todas tus grandes promesas cuando dijiste: “Buscad y encontraréis”. Y cuando tú has ordenado y recomendado socorrer al pobre, dígnate inspirarme verdaderos sentimientos de caridad, y haz que yo pueda emplear, en una obra santa, gran parte de los bienes con los que tú, gran divinidad, has querido colmarme. Haz, ¡oh poderoso Dios! que yo goce con tranquilidad de estas riquezas de que soy poseedor, y no permitas que ningún espíritu rebelde me perjudique en que sea yo dueño. Inspírame también, ¡Oh gran Dios! los sentimientos necesarios para poder desprenderme de las garras del demonio y de todos los espíritus malignos. Yo me pongo, Soberano Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en vuestra santa protección. Amén. Una vez dicha la anterior oración, ya puede el invocador, sin cuidado alguno, retirarse de aquellos lugares, en la seguridad de que los malos espíritus no se acercarán a molestarle. En el caso de que por olvido o azoramiento el invocador dejará de recitar la mencionada oración, se hallaría expuesto a que, al salir del círculo, fuera atormentado por algunos espíritus malignos, lo que hacen siempre con aullidos, gritos, pellizcos y otros excesos. Sus voces resultan una música muy desagradable, tanto porque no se ve quiénes son los que gritan, como por que no tienen nada de humanos. En el supuesto de haber cometido un error y de ser molestado por los espíritus malignos, para alejar a éstos bastará con mostrarles el talismán Dominador, y decir “Vade retro, espíritus inmundos”, haciendo luego la señal de la cruz con los dedos pulgar e índice de la mano derecha. Hechos ya los preparativos indicados en la invocación anterior, suprimiendo los cirios, cruces y signos JHS, y careciendo de todo temor, se dirá: - Al grande y poderoso Lucifer, Luzbel y Satanás. ¡Gran Lucifer, emperador excelso de los antros infernales! Yo me postro ante ti y te reconozco como señor y soberano si me pones en posesión de las artes ocultas de la magia, dándome el don de conocer la ciencia misteriosa y sobrenatural que tu posees, para lograr por su medio la verdadera sabiduría. Sea yo admitido entre tus escogidos; véanse satisfechas mis aspiraciones de riquezas; el logro de la persona deseada; la destrucción y daño de mis enemigos. Deseo ser tu esclavo, y para ello puedes, desde hoy, disponer de mi cuerpo y de mi alma. Y ahora, si aceptas mi pacto, que traigo escrito en tinta misteriosa y que está firmado con mi sangre, preséntate ante mí para que pueda reconocerte como señor y soberano. Yo te invoco una vez más, ¡Oh, esclarecido príncipe de las tinieblas! para que aparezcas a mi lado en forma humana y me firmes el pacto que presento. No tengo ningún temor y sí un gran deseo de que me concedas lo que pido. Juro seguir tu ley en adelante, renegar de Dios al que aborrezco, del agua del bautismo que sin mi consentimiento he recibido, y de todo aquello que no sea de tu agrado. Quiero pertenecerte y formar compañía con los espíritus de tentación y daño, mas para eso es preciso que mi pacto sea aceptado, firmado y confirmado. Yo te conjuro Lucifer, Luzbel y Satanás, por el poder de este mágico talismán, que es imagen del que usaba el gran sabio Salomón, y por cuya mediación logró el dominio de la sabiduría, de las Ciencias Ocultas y Mágicas, y de todo lo creado, para que aparezcas ante mí, tu nuevo siervo. Aparece ya prontamente o, de lo contrario, te haré permanecer eternamente en los profundos infiernos, por las poderosas palabras cabalísticas de Salomón “Abracadabra Eloim”, cuyo poder solo él y tú conocíais. Preséntate a mí. ¡Yo lo quiero! Al pronunciar estas palabras, si el invocador las dice sin temor, se le aparecerá Lucifer diciendo: - ¿Me quieres, hombre vil? ¿Qué es lo que me pides? ¿Cuál es tu pacto? Entonces tú le responderás así: - Quiero que me des riquezas, poder, sabiduría, conocimiento de las ciencias secretas, dominio absoluto de las personas, don de ser invisible, de andar sobre el agua, y todo cuanto se contiene en el pacto que te presento, hecho según las reglas del arte y que he firmado con mi sangre. A continuación el invocador debe hacer entrega del pacto. Y Lucifer contestará con su voz cavernosa: - ¡Mortal temerario! Si me entregas tu alma, accederé a tu pacto. El invocador debe responder entonces: - Yo te prometo mi alma para el día en que muera, pero si no cumples lo que pido en el pacto, quedaré libre de volver a implorar la divina misericordia. Desde ese momento y considerando que Lucifer no falte a su palabra, el invocador quedará a su disposición para siempre. Hay que advertir que suele suceder que Satán se presente en forma de persona o animal desconocido, y aún puede ocurrir que lo haga en forma de tronco con las ramas cortadas. Por terrible que sea la aparición, el invocador no debe demostrar el menor miedo, pues teniendo en la mano el talismán Dominador no podrá hacerle daño alguno. También ocurre algunas veces que se aparece en forma de dragón, echando llamas por la boca y los ojos, y lanzando aullidos espantosos.”
(...)
En el llamado Gran Grimorio se encuentra otra fórmula y un ritual diferente para formalizar el pacto con Satán, que recibe el nombre de Pacto de la Sangre:

“¡Hombres! ¡Frágiles mortales! Los que pretendéis poseer la profunda ciencia mágica; ¡temblad de vuestra temeridad! Para conseguirlo, necesitáis colocar vuestro espíritu muy por encima de vuestra esfera, haceros firmes e inquebrantables y estar muy atentos a observar exactamente cuanto os diré, sin lo cual todo se volverá en vuestro perjuicio, destrucción y completo aniquilamiento; pero si, por el contrario, observarais atentamente cuanto os diga, saldréis con facilidad de la posición pobre y humilde, y veréis cómo luego el éxito corona todas vuestras empresas. Armaos, pues, de la mayor intrepidez, sagacidad y virtud, para emprender esta grande e inmensa obra, en la que yo he pasado sesenta y siete años, para lograr algún resultado. Por esto es preciso practicar exactamente cuanto después se dirá. Pasaréis un cuarto de luna llena sin acompañaros de mujeres ni de muchachos, para no caer en alguna impureza. Comenzaréis vuestra práctica al empezar el cuarto de luna, prometiendo al gran Adonai, que es jefe de todos los espíritus, no hacer más de dos colaciones al día, es decir, dos comidas durante cada veinticuatro horas del cuarto de luna, las cuales corresponderán, precisamente, a las horas del mediodía y de la medianoche; o si lo preferís, a las siete de la mañana y a las siete de la noche, si bien a los ojos de Adonai es más grato que se haga a las horas primeramente señaladas. Durante todo el cuarto de luna es preciso dormir lo menos posible, no debiendo exceder en modo alguno las seis horas que por día han de dedicarse al sueño. Todos los días, después de cada colación, se recitará la siguiente plegaria: - Yo os imploro, grande y poderoso Adonai, maestro y señor de todos los espíritus. Yo os imploro, ¡oh, Eloim! Yo os imploro, ¡oh, Jehovam! Yo os doy mi alma, mi corazón, mis entrañas, mis manos, mis pies y mi espíritu.”

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Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 140-147



Según San Alfonso María de Ligouri (1696-1787), es posible romper un pacto con Satán, incluso si se ha firmado con sangre. Para ello, deben seguirse los pasos siguientes:
• Renunciar y abjurar de cualquier contrato con Satán.
• Destruir todos los escritos, libros, talismanes, encantamientos y demás elementos conectados con las artes negras que obren en poder del que quiere renunciar al pacto.
• Quemar el contrato escrito o declarar arrepentimiento y rechazarlo.
• Hacer restitución de cualquier daño hecho en cumplimiento del pacto, en la medida en que ello sea posible.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 148


Como en tantos otros aspectos, la iconografía satánica es diversa y ecléctica. Son muchos los satanistas que reconocen como su emblema al llamado sello de Bafomet, que consiste en una cabeza de cabra inscrita en el interior de un pentagrama invertido. Al haber sido este emblema adoptado por la Iglesia de Satán hay muchos autores que piensan erróneamente que tuvo su origen en este grupo. Sin embargo, no es así y este mismo símbolo ha sido hallado en documentos del siglo XIX, si bien es razonable suponer que su origen sea muy anterior. Otro emblema satánico muy extendido consiste en un signo de infinito con una cruz de Lorena colocada en su parte superior. Esto, más que un emblema satánico, constituye una pequeña broma por parte de Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán. Se trata de un antiguo símbolo que empleaban los alquimistas medievales para referirse en sus escritos cifrados al azufre. LaVey lo adoptó como jocosa referencia al olor a azufre que las leyendas populares siempre han atribuido a las apariciones del diablo.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 155


Como ya hemos mencionado, en su mayoría los satanistas más serios y comprometidos no consideran la existencia de Satán como un ser o entidad sobrenatural. Para ellos se trata más bien de un arquetipo, de un símbolo en el que proyectar todo lo que rechazan de la cultura y moral judeocristianas. La similitud entre la figura de Satán que contemplan estos “satanistas religiosos”y la presentada por el cristianismo o el Islam es meramente anecdótica. Su inspiración se encuentra a menudo en el mundo pagano de las deidades precristianas -incluso prerromanas- en especial aquellas que representaban las diversas fuerzas de la naturaleza, con especial énfasis en la sexualidad. Los satanistas, por lo general, no adoran a Satán de la misma forma que los budistas no adoran a Buda o los taoístas a Lao-Tse. El Satán de los satanistas no tiene ninguna relación con el concepto de “Mal”, si bien sirve para rechazar muchos aspectos de la moral judeocristiana. Para el satanista, elementos como el Infierno, el comercio de almas sobre el que tan profusamente hemos tratado en el presente volumen o las posesiones demoníacas y sus correspondientes exorcismos no son sino expresiones más o menos folklóricas de lo que ellos consideran como una mera superstición cristiana. Estamos hablando pues de una fuerza de la naturaleza, de una energía, por ello no es de extrañar que satanistas y neopaganos encuentren ciertos puntos de encuentro en sus planteamientos. Sin embargo, los satanistas suelen acusar a éstos, en especial a los seguidores de la Wicca de hipócritas o santurrones por circunscribir sus trabajos a propósitos positivos, lo que popularmente se conoce como magia blanca. Algunos satanistas llevan este desprecio por los practicantes de Wicca a un comportamiento tan visceral que les hace equipararlos con los cristianos. Los satanistas emplean la magia y sus liturgias con el fin de obtener beneficios para sí o para quienes consideran sus amigos, pero también se realizan liturgias encaminadas a provocar la desgracia de sus enemigos, algo expresamente prohibido por la mayoría de las tradiciones neopaganas. No obstante, se trata de un planteamiento completamente coherente con la moral satanista, que no cree en el concepto de hacer el bien a ultranza, sino en comportarse con los semejantes en función de cómo éstos se han comportado con nosotros. Los seguidores de esta corriente son generalmente adultos con un alto grado de conocimiento de la tradición ocultista y con una permanencia de varios años en el satanismo. Son individuos fuertemente motivados ideológicamente y que encuentran en el satanismo una vía de expresión de determinadas inquietudes. A este grupo pertenecen los miembros de las grandes organizaciones satánicas reconocidas a nivel mundial, como la Iglesia de Satán o el Templo de Set.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 156


Una de las mayores desgracias en la vida de Crowley fue la de atraer la atención de la prensa sensacionalista, algo en lo que influyó decisivamente su propio carácter, muy alejado de la ascética discreción de otros ocultistas que supieron permanecer completamente anónimos fuera de los círculos de iniciados. Durante el resto de su vida Crowley se vería acosado por la publicación de diversos artículos en los que se le denominaba “la Bestia del Apocalipsis” o “el hombre más perverso del mundo”, acusándosele de las mayores atrocidades. Sin pretender afirmar aquí que Aleister Crowley fuera un santo, lo cierto es que la visión que tenemos en la actualidad de este personaje está seriamente distorsionada por aquellos artículos periodísticos y por el trabajo de algún que otro biógrafo que, renunciando a la verdad, decidió vender un par de ediciones en base a echar un poco más de leña a la hoguera en la que la opinión pública inmolaba a este personaje. Lo cierto es que Crowley fue un pionero en la experimentación con psicotrópicos, era ciertamente promiscuo, aficionado al sexo en grupo y, que se sepa, al menos una vez recurrió al sacrificio animal en una de sus ceremonias mágicas. Pero conscientemente jamás hizo daño alguno y, desde luego, nunca participó en los actos que muchas veces se le achacaron y que no voy a reproducir aquí por no dar más publicidad a la calumnia. La prueba de su inocencia la tenemos en que, a pesar de las incontables actividades criminales de las que fuera acusado por periodistas y biógrafos, lo cierto es que ni una so la vez fue encarcelado, detenido, encausado o siquiera llama do a declarar en relación con estos hechos. No obstante, el peor enemigo de Crowley fue el propio Crowley que, siempre sediento de publicidad, disfrutaba como un niño de la imagen de archivillano con la que se le presentaba en los medios de comunicación. Es más, consta que algunas de las historias más escandalosas que relataba sobre sí mismo eran meros inventos para que se siguiera hablando de él.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 159


La eclosión del satanismo tal y como lo conocemos actualmente habría que situarla en los años inmediatamente posteriores a la desaparición de Crowley -las décadas de los cincuenta y sesenta- y en dos países muy determinados, los Estados Unidos y Gran Bretaña. En el nacimiento y, sobre todo, en la difusión del satanismo dentro de la imaginería popular tuvo especial importancia un controvertido personaje que, si bien es cierto que no gozaba del calado esotérico de Crowley, poseía el carisma y la capacidad de comunicación que este había ambicionado toda su vida, características ambas que terminaron haciendo de él una verdadera estrella. Nos estamos refiriendo a Anton Szandor LaVey, el hombre que la noche de Walpurgis de 1966 tomó el cetro del satanismo mundial con la fundación de la que estaría llamada a ser la secta satánica más importante de la historia, la Iglesia de Satán.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 160


LOS MANDAMIENTOS SATÁNICOS

Su doctrina (la de la Iglesia de Satán) se podría resumir en varios puntos fundamentales. El principal de ellos es no rendir culto a ninguna deidad. Cada ser humano debe ser su propio dios y el guardián de su propia moral. Por ello, cada individuo es responsable del uso que hace de su propio poder y autoridad, sin poder recurrir al mandato o imperativo divino para justificar sus actos o las consecuencias de éstos. Por todo ello la existencia de un presunto redentor es algo que rechazan visceralmente, ya que consideran que cada ser humano es responsable de sus propios actos y de la dirección que toma su alma y, por tanto, su propio redentor o, en su caso, la causa de su propia caída.
En contra de lo que supone la creencia popular, los satanistas exaltan y respetan en extremo la vida. Para ellos, animales y niños constituyen la expresión más pura de la fuerza vital y, por ello, son respetados al máximo. Muchos satanistas son por esto vegetarianos y hemos conocido personalmente algún caso en el que incluso se negaban al empleo de insecticidas en sus propios hogares. Niños y animales son también la única excepción a la total libertad sexual que preconizan los satanistas. Ello radica en su exaltación de la libertad individual, ya que consideran que tanto unos como otros son incapaces de elegir tener una relación sexual consensuada y, por tanto, se estaría vulnerando gravemente su libertad, algo impensable dentro de la práctica del satanismo. Con esta única excepción, creen que cada individuo debería dar rienda suelta sin restricciones a su lujuria y sus pasiones, explorando con entusiasmotodas las posibilidades que ofrecen los siete pecados capitales, siempre en un marco de estricto respeto a la libertad ajena. El individualismo y la creatividad son igualmente dos de los valores fundamentales del satanismo. Los llamados nueve mandamientos satánicos resumen a la perfección la filosofía que inspira a la Iglesia de Satán:
1) Satán representa la indulgencia en lugar de la abstinencia.
2) Satán representa una existencia vital en lugar de creación imaginaria.
3) Satán representa la inmaculada sabiduría, en lugar de una ilusa hipocresía.
4) Satán representa amabilidad para aquellos que le sirven, en lugar de amor desperdiciado en ingratos.
5) Satán representa venganza en lugar de dar la otra mejilla.
6) Satán representa responsabilidad para el responsable.
7) Satanás representa al hombre solo como otro animal, a veces mejor, otras veces peor que aquellos que caminan con cuatro patas, porque quien desarrolla el intelecto y el espíritu se convierte en el más vicioso animal de todos.
8) Satán representa a todos los pecados.
9) Satán ha sido el mejor amigo que la iglesia jamás haya tenido, donde se ha mantenido en el negocio todos estos años.


LOS PECADOS SATÁNICOS 

A estos mandamientos se contraponen nueve pecados satánicos, que el propio LaVey define de la siguiente manera:
1) Estupidez: En especial la promovida por los medios de comunicación.
2) Pretenciosidad: Las actitudes vacías no son propias del satanista.
3) Solipsismo: Pensar que los demás son iguales que nosotros y no juzgarlos estrictamente según sus actos.
4) Autoengaño hipócrita: En especial en lo que se refiere al acatamiento de los roles sociales.
5) Conformismo gregario: El individualismo es una de las más apreciadas virtudes para un satanista.
6) Falta de perspectiva: El satanista debe ser consciente de su lugar en el mundo y del de los demás.
7) El olvido de ortodoxias pasadas: LaVey previene a sus seguidores contra aquellos que no buscan sino lavar el cerebro a sus semejantes vendiéndoles viejas doctrinas con nuevos envoltorios.
8) Orgullo contraproducente: No hay que retroceder jamás en nuestras convicciones, pero hay que reconocer los errores cuando es necesario.
9) Falta de estética: Especialmente grave ya que priva al satanista de una poderosa herramienta para conseguir sus fines.
Por otro lado, si algo caracteriza a la Iglesia de Satán es ser uno de los pocos cultos satánicos que ha hecho un intento serio de levantar una teología. Para la Iglesia de Satán son los dioses los que están al servicio de los seres humanos y no al contrario. La humanidad a lo largo de su historia ha creado dioses con diversas formas y atributos. Corresponde a cada cual elegir aquel que mejor se adapte a sus necesidades. Satán es una de estas formas y en ningún momento se corresponde con una entidad viviente o espiritual sino, como ya hemos dicho, con una poderosa fuerza de la naturaleza. Cielo e Infierno son creaciones cristianas y, como tales, rechazadas de plano. No hay retribución ni castigo después de la muerte. La vida humana, propia y ajena, es el mayor tesoro para un satanista. El sacrificio ritual (humano o animal) quebranta los más arraigados principios del satanismo. El derramamiento de sangre de una víctima es cruel e inútil. No obstante, algunas ceremonias implican la escenificación de sacrificios simbólicos, nunca reales.Como hemos visto,la moral satánica se basa en la indulgencia, desprecia la abstinencia como valor y rechaza por completo la idea de pecado tal y como la entiende el cristianismo. Tampoco aceptan el amor incondicional y sin reservas a todos los semejantes: “Si un hombre te golpea en una mejilla, golpéale tú en la otra”; o como decía el propio LaVey: “Satán representa amor, amabilidad y respeto para aquellos que lo merecen”. El trato del satanista con cada persona está pues condicionado al trato que reciba de esta. En cuanto a la moral sexual, el planteamiento satánico es el más amplio posible, abogando por una completa libertad sexual en función de las necesidades de cada individuo. Se respeta la monogamia, la poligamia o el sexo en grupo, la heterosexualidad, la homosexualidad o la bisexualidad y, en general, cualquier tipo de práctica siempre y cuando sea consensuada y entre adultos. Ello no quita que el ideal, para evitar eventuales conflictos, sea una relación monógama en la que ambos individuos comparten los mismos intereses.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 164-165



El propio LaVey: “Satán representa amor, amabilidad y respeto para aquellos que lo merecen”.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 165


La Iglesia de Satán es una institución altamente descentralizada, como no podía ser de otro modo tratándose de una institución que antepone la libertad personal a cualquier otro valor. Se trata de guiar y apoyar la iniciativa de los miembros individuales del grupo, pero sin imponer nada a nadie. De hecho, la propia doctrina del grupo está abierta a la interpretación individual de cada miembro, siempre que se respete la esencia ideológica de esa doctrina. A los grupos locales de la Iglesia de Satán se los denomina grottos, un término equivalente a los covens de Wicca o a los aquelarres de las brujas.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 166


En general, la Iglesia de Satán es favorable a los adelantos tecnológicos y la aplicación a la vida cotidiana de los logros científicos como la robótica o la genética, siempre y cuando sirvan para incrementar el bienestar de las personas.Los prejuicios morales que se suelen anteponer a la hora de profundizar aún más en campos como la genética son de carácter religioso, no práctico, entendiéndose que la superstición no tiene nada que decir ni que aportar en materia científica. Añadido a todo esto, la Iglesia de Satán publica en Estados Unidos la revista Satanism in action, en la que se publica abundante información sobre la organización y sus actividades. En esta revista suelen aparecer con cierta periodicidad “listas negras” de personajes y organizaciones acusados de mentir y hacer propaganda calumniosa contra el satanismo y sus practicantes. La mayor parte de ellos son autores conservadores y cristianos, aparte de determinadas organizaciones antisectas.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 167

Durante las ceremonias es frecuente el empleo de fórmulas y conjuros en henoquiano, un extraño lenguaje cuya fonética suena a una mezcla entre latín, hebreo y árabe. El henoquiano procede de John Dee, mago de la corte de Isabel I de Inglaterra al que le habría sido revelado por los propios ángeles. La primera comunicación ultraterrena de Dee fue con el ángel Anael, a quien veía en la superficie de una piedra y con el que mantenía conversaciones en inglés, latín y hebreo. Con el tiempo, la comunicación con los ángeles se fue haciendo más compleja y Dee adquirió la habilidad de entender el lenguaje de los ángeles, el henoquiano o lenguaje de Henoch que, según le decían las entidades con las que se comunicaba, era la lengua que Adán y Eva hablaron en el Edén y de la cual proviene el hebreo actual. Las comunicaciones fueron haciéndose cada vez más complejas, por lo que el mago se vio en la necesidad de solicitar la ayuda de otra persona para ejecutar el Ritual Angélico. Por ello se unió a Edward Nelly, un médium al que comenzó a utilizar como intermediario en sus comunicaciones con los ángeles. Para el profano, este lenguaje tiene toda la apariencia de un galimatías ininteligible -por ejemplo, micaolz olptr, cuya fonética es evidentemente complicada, significa Poderosa Luz- no obstante, son muchos los ocultistas que, incluso en la actualidad, creen que Dee aprendió el lenguaje de los ángeles.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 170


El Diablo puede ofrecer mucho, pero jamás regala nada.

Santiago Camacho
Historia oculta del satanismo, página 175



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