"La visión esotérica o espiritual del mundo se yergue en nítido contraste con la visión consensuada del mundo, que es básicamente materialista. El punto de vista esotérico representa una definición de la realidad que se opone diametralmente a aquella en función de la cual vive la mayor parte de la gente en nuestro mundo posmoderno. Y lo más importante: la perspectiva esotérica representa también una moral alternativa que, según el parecer de muchos, no es en modo alguno una moral, sino más bien la negación de los valores morales."

Georg Feuerstein
tomado del libro de Liz Greene, Neptuno, pág. 260



"Los espíritus socráticos como Gebser suelen ir por delante de su época (…), y por eso nunca se ponen de moda. Si llegasen a hacerlo, su causa estaría perdida, pues su pensamiento sin duda se vulgarizaría."

Georg Feuerstein



“Poco más tienen en común con el Tantrismo tradicional que el nombre.”

Georg Feuerstein
En alusión a los Tantras de nuevo cuño
Tomada del libro Historia oculta del satanismo de Camacho, Santiago, página 101


"Por supuesto que hay placer, ya que la idea es generar dicha a través del cuerpo, pero no debe haber auto-indulgencia ni explotación egoica de la experiencia."

Georg Feuerstein
Sobre yoga tántrico


Una Breve Historia del Yoga

El Yoga Clásico

Esta descripción se refiere al yoga de las ocho ramas – también conocido como  Râja-Yoga – enseñado por Patanjali en su Yoga-Sûtra. Este texto sánscrito está compuesto de tan solo 200 aforismos, que han sido comentados una y otras vez durante siglos. Tarde o temprano todos los estudiantes de yoga serios descubren este trabajo y tienen que pelearse con sus concisas aseveraciones. La palabra “sûtra” (relativa al latín sutura), significa literalmente hilo. Quiere transmitir la idea de un hilo de memoria, una ayuda memorística  para estudiantes que quieren retener el conocimiento y sabiduría de Patanjali.

El Yoga-Sûtra fue probablemente escrito durante el siglo II d. de C. El texto más antiguo disponible en sánscrito que hace referencia al Yoga-Sûtra es el Yoga-Bhâshya (“Discurso sobre Yoga”) atribuido a Vyâsa y fechado del siglo V d. de C, que aporta explicaciones fundamentales de los crípticos aforismos de Patanjali.

Más allá de varias leyendas, no se sabe nada sobre Pantajali o Vyâsa. Este es el problema con la mayoría de los antiguos eruditos de yoga, e incluso con muchos de los no tan antiguos. A menudo todo lo que disponemos son sus enseñanzas, aunque estas son por supuesto más importantes que cualquier información histórica sobre sus vidas personales.

Patanjali, quien por cierto es a menudo llamado erróneamente el “padre del Yoga”, creía que cada individuo es una composición de materia (prakriti) y espíritu (purusha). Entendió el proceso del Yoga para conseguir su separación, y restaurar por tanto el espíritu en su pureza absoluta. Su formulación es generalmente descrita como dualismo filosófico. Esto es un punto importante, porque la mayoría de los sistemas filosóficos de la India favorecen algún tipo de no-dualismo: los incontables aspectos o formas del mundo empírico son al final la misma cosa – pura consciente existencia sin forma.

El Yoga Postclásico

Esta es de nuevo una categoría muy comprensiva, que se refiere a todos esos tipos de Yoga y escuelas que han surgido en el periodo posterior al Yoga-Sûtra de Patanjali. A diferencia del Yoga clásico, el yoga postclásico predica la unidad definitiva de todas las cosas. Esta es la enseñanza principal del Vedânta, el sistema filosófico en el que se basa las enseñanzas de los Upanishads.

En cierta manera, el dualismo del Yoga clásico puede ser visto como un breve pero poderoso intérvalo en una corriente de enseñanzas dualistas que vuelven a los tiempos del Védico antiguo. De acuerdo a estas enseñanzas, tú, nosotros, y todos o todo lo demás es un aspecto o expresión de una sola realidad. En sánscrito esta realidad singular es llamada brahman (que significa “lo que ha crecido de forma expansiva”) o âtman (el YO transcendental en oposición al limitado ego-yo).

Algunos siglos después de Patanjali, la evolución del Yoga tomó un giro interesante. Grandes eruditos empezaron a investigar el potencial oculto del cuerpo. Generaciones previas a los yoguis no habían prestado demasiada atención al cuerpo. Se habían interesado más por la contemplación hasta el punto de poder escapar de la consciencia del cuerpo. Su objetivo había sido dejar atrás el mundo y fundirse con la realidad sin forma, el espíritu.

Bajo la influencia de la alquimia – el predecesor espiritual de la química – un nuevo grupo de maestros de yoga crearon un sistema de prácticas diseñadas para rejuvenecer el cuerpo y prolongar la vida. Consideraban el cuerpo como un templo del espíritu inmortal, y no solamente como un contenedor para ser desechado a la primer oportunidad. Algunos incluso exploraron a través de técnicas de yoga avanzadas la posibilidad de energizar el cuerpo físico hasta tal punto de modificar su bioquímica e incluso su materia básica se reorganizaba para convertirse en inmortal.

Esta inquietud les condujo a la creación de Hatha-Yoga, una versión menos profesional del yoga ampliamente practicada alrededor del mundo hoy en día.También condujo a la creación de las diferentes ramas del Tantra-Yoga, de las cuales Hatha-Yoga es solo una de ellas.

El Yoga Moderno

Se considera el Parlamento de Religiones celebrado en Chicago en 1893 como el inicio del Yoga Moderno. Fue durante ese congreso cuando un joven Swami Vivekananda – “swami” (svâmin) significa maestro – causó una gran impresión en el público americano. A instancias de su profesor, el sagrado Ramakrishna, se digirió a los Estados Unidos donde no conocía un alma. Gracias a algunos benefactores que reconocieron la grandeza interior de este erudito en Jnâna-Yoga (el yoga del conocimiento), fue invitado al Parlamento y acabó siendo su diplomático más popular. En los siguiente años, viajó extensamente atrayendo a muchos estudiantes al Yoga y al Vedânta. Sus libros de Yoga son aún útiles y agradables de leer.

Antes que Swami Vivekananda otros maestros de Yoga habían cruzado el charco para visitar Europa, pero su influencia fue local y efímera. El inmenso éxito de Vivekananda abrió las puertas a otros eruditos de la India, y desde entonces la corriente de gurús occidentales no ha cesado.

Después de Swami Vivekananda, el profesor más popular en los primeros años del movimiento del Yoga occidental fue Paramahansa Yogananda, quien llegó a Boston en 1920. Cinco años después, estableció la Comunidad de la Auto-realización, que todavía tiene su sede central en Los Ángeles. Aunque abandonó su cuerpo (como dicen los yoguis) en 1952 a la edad de 59 años, continúa teniendo seguidores alrededor del mundo. Su “Autobiografía de un Yogui” es una lectura fascinante, pero prepárate para dejar de lado cualquier tendencia materialista que puedas tener. Como otros yoguis, y santos cristianos o musulmanes, después de su muerte, el cuerpo de Yogananda no mostró señales de decadencia durante 20 días.

De un atractivo más limitado, Swami Rama Tirtha fue un antiguo profesor de matemáticas que prefirió la vida espiritual al ámbito académico. Se trasladó a los Estados Unidos en 1902 y fundó un centro de retiros en el Monte Shasta, California. Permaneció allí solo dos años y se hundió en el río Ganges en 1906 a la edad de treinta y tres años.

En 1919, Yogendra Mastami llegó a Long Island y por cerca de tres años demostró a impresionados americanos el poder y la elegancia del Hatha Yoga. Antes de volver a la India, fundó la rama america de Kaivalyadhama, una organización India creada por el último Swami Kuvalayananda, que ha contribuido enormemente al estudio científico del yoga.

Una figura muy popular durante varias décadas después de los años 20 fue Ramacharaka, cuyos libros todavía puede encontrarse en las librerías. Lo que pocos lectores saben sin embargo, es que al parecer Ramacharaka no fue en realidad una persona. El nombre era el seudónimo de dos personas – William Walker Atkinson, quien dejó su práctica jurídica en Chicago por el Yoga, y su profesor Baba Baharata.

Paul Brunton, anteriormente periodista y editor, irrumpió en la escena del yoga en 1934 con su libro “Una búsqueda en la India Secreta” que introdujo al gran sabio Ramana Maharshi a Occidente. Otros muchos trabajos fluyeron de su pluma durante los siguiente dieciocho años, hasta la publicación de “La Crisis Espiritual de un Hombre”. Fue entonces, en los años 80, cuando sus cuadernos fueron publicados póstumamente en dieciséis volúmenes – un tesoro escondido para estudiantes de yoga serios.

Desde los primeros años de los 30 hasta su muerte en 1986, Jiddu Krishnamurti deleitó o dejó perplejos a miles de occidentales con inclinaciones filosóficas a través de sus elocuentes charlas. La Sociedad Teosófica le había preparado para convertirse en un líder mundial pero rechazó su misión, que seguramente es demasiado grande y pesada para cualquier persona. Demostró la gran sabiduría del Jnana Yoga (el Yoga del conocimiento) y atrajo a grandes multitudes de oyentes y lectores. Entre su círculo cerrado de amigos había gente como Aldous Huxley, Christopher Isherwood, Charles Chaplin, y Greta Garbo. Bernard Shaw describió Krishnamurti como el ser humano más bello que jamás había visto.

Yoga, en la forma de Hatha Yoga, se generalizó en América cuando la yogui rusa de nacimiento Indra Devi, quien había sido llamada “Primera Dama del Yoga”, abrió su estudio de yoga en Hollywood en 1947. Enseñó a estrellas como Gloria Swanson, Jennifer Jones y Robert Ryan, y preparó a cientos de profesores. Ahora a sus noventa años y viviendo en Buenos Aires, es todavía una voz influyente en el Yoga.

En los años 50, uno de los profesores de Yoga más destacados fue Selvarajan Yesudian, cuyo libro “Deporte y Yoga” ha sido traducido a unos catorce idiomas, con más de medio millón de copias vendidas. Hoy en día, como ya hemos mencionado, muchos deportistas han incorporado ejercicios de yoga en sus programas de entrenamiento porque… funciona. Entre ellos están los Chicago Bulls. ¡Imagina estos jugadores de baloncesto estirándose en esterillas de yoga extra largas ante el ojo atento de la profesora de yoga Paula Kout! En los años 50, Shri Yogendra del Instituto de Yoga de Santa Cruz en India, visitó los Estados Unidos. Fue pionero en la investigación médica del Yoga, tan temprano como en 1918, y su hijo Jayadev Yogendra continúa su valioso trabajo, que busca seguir demostrando la eficacia del Yoga como herramienta terapéutica.

En 1961, Richard Hittleman introdujo Hatha Yoga en las televisiones americanas, y su libro “Yoga – El Plan de 28 días” vendió millones de copias. A mediados de los años 60, el movimiento occidental de Yoga recibió un fuerte empujón a través de Maharishi Mahesh Yogi, principalmente por su breve relación con los Beatles. Popularizó la contemplación yóguica es la forma de Meditación Trascendental (MT) que a día de hoy tiene decenas de miles de practicantes alrededor del mundo. Practicantes de MT también introdujeron la meditación y el Yoga en el mundo corporativo. Además estimuló la investigación médica del Yoga en varias universidades americanas.

En 1965, Shrila Prabhupada, con sesenta y nueve años de edad, llegó a Nueva York con una maleta llena de libros y ocho dólares en su bolsillo. Seis años después fundó la Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna, y al momento de su muerte en 1977, había creado un movimiento espiritual mundial basado en el Bhakti Yoga (el Yoga de la devoción).

También en los años 60 y 70, muchos swamis formados por el maestro Swami Sivananda, original del Himalaya y antiguo físico que se convirtió en doctor del alma, abrieron sus escuelas en Europa y Estados Unidos. Muchas de ellos siguen activos hoy en día, y entre ellos destacan: Swami Vishnudevananda (autor del conocido “El Libro de Yoga”), Swami Satchitananda (quién participó en el festival de Woodstock de 1969), Swami Sivananda Radha ( una mujera swami pionera en la conexión entre la espiritualidad del Yoga y la psicología), Swami Satyananda (de quien hablaremos más adelante), y Swami Chidananda (y figura santa que dirigió el Ashram Sivananda en Rishikesh, India). La último maestra que mencionamos, muy conocida por los estudiantes de yoga americanos, es Lilias Folan, quien se hizo famosa por su serie de televisión “Lilias, Yoga & Tú”, emitida entre 1970 y 1979.

En 1969, Yogi Bhajan causó un gran alboroto entre la comunidad tradicional Sikh (una rama del Hinduismo) cuando rompió con la tradición y empezó a enseñar Kundalini Yoga a sus alumnos occidentales. Hoy en día, su Fundación 3HO “Healthy, Happy, Holy Organization” (La Organización Sana, Feliz y Santa) tiene más de 200 centros alrededor del mundo.

Un gurú más controvertido pero muy popular en los años 70 y 80 fue Bhagavan Rajneesh (ahora conocido como Osho), cuyos seguidores aparecían constantemente en los titulares por sus orgías sexuales y otros excesos. Rajneesh, un antiguo profesor de filosofía, basó sus enseñanzas en auténticas fuentes de Yoga, mezcladas con sus propias experiencias. Sus numerosos libros ocupan los estantes de muchas librerías de segunda mano. Rajneesh permitía a sus alumnos cumplir con sus fantasías reprimidas, principalmente sexuales, con la esperanza de que esto les liberara para poder acceder a estados más profundos de Yoga. Muchos de ellos, sin embargo, se atraparon en una especie de hedonismo místico, que demuestra que mucho de algo bueno puede acabar siendo malo. A pesar de que muchos de sus discípulos se sintieron amargamente decepcionados por él y por los tristes acontecimientos alrededor de su organización en los años inmediatamente previos a su muerte en 1990, todavía algunos de ellos le consideran un maestro de Yoga genuino. Su vida ilustra que los seguidores de Yoga son de todo tipo y que, para acuñar una frase, el gurú de una persona es el uru de otra (en sánscrito “uru” significa espacio vacío).

Otros reconocidos de  eruditos modernos de Yoga de origen Indio son: Sri Aurobindo (padre del Yoga Integral), Ramana Maharshi (un maestro sin igual de Yoga Jnana), Papa Ramdas (que vivió y respiró Mantra Yoga, el Yoga del sonido transformador), Swami Nityananda (el maestro milagroso de Yoga Siddha), y su discípulo Swami Muktananda (un poderoso yogui que puso en el mapa el Yoga Siddha, que es un Yoga tántrico). Todos esos maestros ya no están con nosotros.

El gran exponente en tiempos modernos del Yoga Hatha fue Sri Krishnamacharya, quien murió en 1989 a la edad de 101 años. Practicó y enseño el sistema Viniyoga de Hatha hasta sus últimos días. Su hijo T. K. V. Desikachar continúa las enseñanzas de su santo padre y enseña yoga, entre otros, al famoso Jiddu Krishnamurti. Otro estudiante muy conocido de Sri Krishnamacharya, y un maestro por derecho propio es el tío de Desikachar B. K. S. Iyengar, quien ha enseñado Yoga a decenas de miles de estudiantes, entre los que se incluye el famoso violinista Jehudi Menuhin.

Se debe hacer también mención a Pattabhi Jois y Indra Devi, ambos estudiaron con Krishnamacharya en sus primeros años y han inspirado desde entonces a miles de occidentales.

De los maestros de Yoga vivos de India, puedo mencionar a Sri Chinmoy y Swami Satyananda (a maestro de Tantra que estableció la conocida Escuela de Yoga Bihar, ha escrito numerosoros libros, y tiene discípulos alrededor del mundo). Existen por supuesto muchos otros eruditos de Yoga, conocidos y no tan conocidos, que representan el Yoga en una forma u otra, pero lo dejo a vuestro descubrimiento.

Hasta tiempos modernos, la mayoría abrumadora de practicantes de Yoga habían sido hombres. Pero siempre han existido mujeres eruditas. Felizmente en años recientes, algunas mujeres santas – representando el Bhakti Yoga (Yoga de la devoción) – han venido a Occidente para traer su mensaje de amor. El Yoga abarca aproximaciones tan diversas que cualquiera pueda encontrar su sitio en él.

Una mujer excepcional de la India que no encaja con ningún estereotipo yóguico es Meera Ma (“Madre Meera”). Ella no enseña con palabras pero comunica en silencio a través de su simple presencia. De todos los lugares posibles, se ha establecido en un pueblo alemán en el Bosque Negro, y cada año atrae a miles de personas de todo el mundo.

Como el Yoga no está restringido al Hinduismo, debemos también mencionar al Dalai Lama, defensor de la no violencia y ganador del Premio Nobel de la Paz. Es incuestionablemente uno de los verdaderos gran yoguis del Tíbet moderno, quien, por encima de todo, demuestra que los principios del Yoga no solo pueden ser útiles en la ajetreada vida diaria, sino también en el campo de la política. Hoy en día el budismo tibetano (que es una forma de Yoga Tantra) es extremadamente popular entre los occidentales, y existen muchos lamas (profesores espirituales) dispuestos a compartir con sinceros estudiantes los secretos de su hasta ahora muy protegida tradición.

Si sientes curiosidad por occidentales que se han hecho un nombre por sí mismos como profesores en el movimiento de yoga moderno, puedes consultar el trabajo enciclopédico “El libro de los Maestros Iluminados” de Andrew Rawlinson. Su libro incluye maestros genuinos (como el profesor búlgaro Omraam Mikhaël Aïvanhov de quien he escrito un libro – El Misterio de la Luz) y una infinidad de maestros en potencia.

Para una historia comprensiva del yoga, puedes leer mi libro “La Tradición de Yoga”. Esta dimensión del yoga también se cubre en mi curso a distancia de 800 horas.

Georg Feuerstein



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