ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS - ¿Y LA SÁBANA SANTA DE TURÍN?

“¿Podrías decirme, por favor, que camino debería seguir a partir de aquí?”, preguntaba Alicia en el País de las Maravillas. “Eso depende en gran medida de a dónde quieras llegar”, contestaba el Gato de Cheshire. Mientras nos reunimos aquí para rememorar al Padre Adam y su magnífica trayectoria en la investigación sobre la Sábana Santa, haríamos bien en hacernos la misma pregunta que se hizo Alicia: 
“¿Qué camino deberíamos tomar a partir de aquí?”. Con la salvedad de que sería mejor que no hiciésemos esta pregunta en el País de las Maravillas. Es precisamente ahí donde se encuentra últimamente atrapada la investigación sobre la Sábana Santa, y nuestras respuestas parecen proceder del Gato de Cheshire.
Resolvamos en primer lugar lo que ha ido mal. Afortunadamente casi todas las ideas concebidas en el País de las Maravillas implican el conocimiento de las bellas artes para desenmarañarlas y refutarlas. 

SALIR DEL ÁMBITO PROFESIONAL PROPIO

Quizás el viaje más repetido al País de las Maravillas se realiza cuando los expertos, que se consideran a sí mismos como tales, salen de su ámbito profesional y se meten en otros campos profesionales. El resultado puede ser peligroso.

IMAGEN APENAS VISIBLE

Permítanme que les ilustre este concepto. Incluso muy recientemente hemos asistido a la polémica, tanto en televisión como en los periódicos, aquí, en Italia, y en otras partes, de que la Sábana Santa no puede ser un cuadro debido a que su imagen se desintegra hasta hacerse casi invisible a corta distancia mientras que se aprecia una imagen bastante bien definida si se contempla desde una cierta distancia. El artista que cito aquí habría  necesitado utilizar un pincel de 4,5 metros de longitud para pintar la Sábana Santa. Si repetimos este razonamiento muchas veces más habremos demostrado que la Sábana Santa es un cuadro, porque dicho razonamiento procede de personas que no saben cómo se realizan los grandes murales. 

Hay que tener en cuenta que tuve que pintarlo desde un andamio. Las figuras son demasiado grandes para apreciarlas desde corta distancia. Esto es cierto para cualquier cuadro que contenga figuras de tamaño natural o de mayor tamaño. La Sábana Santa contiene dos figuras de tamaño natural. El artista tiene que descender al nivel del suelo cada 20 minutos, contemplar la obra desde una gran distancia y tomar una decisión mental e intelectual sobre cómo pintar el mural. Esto es así cada vez que un artista realiza una pintura de carácter monumental. Tuve que subir al andamio de mi última pintura mural
que estoy realizando ahora en Palos Verdes, California, adónde regresaré desde aquí.
Desde el andamio todo lo que puedo ver son manchas apenas discernibles. Sin embargo, desde una cierta distancia, la imagen del Cristo de la Eucaristía, la del Ángel proclamando la gloria de la Eucaristía, la del Ángel invitando a participar en la Eucaristía y la de una figura simbólica, la mano sosteniendo un racimo de uvas, se condensan en una imagen bien definida, tal y como ocurre con la Sábana Santa. La Sábana Santa no es un cuadro, no porque se convierta en una imagen bien definida únicamente desde una cierta distancia, sino porque el artista habría precisado un pincel de 4,5 metros de longitud para pintarlo. Habría precisado haber realizado una formación artística específica con la única finalidad de pintar desde larga distancia. La tarea de demostrar si la Sábana Santa es o no es un cuadro se enmarca dentro del ámbito profesional de las artes monumentales. Cruzar los límites de dicho ámbito profesional es muy peligroso, como hemos visto a través del ejemplo expuesto...

He perfeccionado la forma de dibujar la figura humana hasta el punto de que gané el Gran Premio Internacional de dibujo figurativo, lo que supuestamente me convierte en una de las mejores dibujantes figurativas a nivel mundial. Sin embargo, no sería capaz de dibujar la imagen de la Sábana Santa de Turín en este final del siglo XX...


¿QUÉ CAMINO SEGUIR?

Dado que la investigación sobre la Sábana Santa ha pasado por todas las perturbadoras etapas que he expuesto aquí hoy, ¿qué camino deberíamos seguir a partir de aquí?
“No me importa a dónde llegue”, decía Alicia en el País de las Maravillas, “siempre y cuando llegue a algún sitio”. “Entonces da igual el camino que elijas”, respondía el Gato de Cheshire. Quizás exista una respuesta mejor que ésta. 

En 1896 en París, Francia, hace exactamente cien años, la espectral imagen de una llave apareció capturada en una placa fotográfica guardada en un cajón de un científico; la placa estaba casualmente oculta bajo una piedra. El científico explicó el extraño fenómeno creyendo que la luz solar había sido capturada dentro de la piedra y que posteriormente se fue eyectando lentamente y provocó la espectral imagen de la llave sobre la placa fotográfica. La explicación se basaba en las creencias tradicionales de la física de aquélla época, pero de algún modo no pudo explicar por completo todas las facetas del fenómeno y éste proceso no se pudo repetir con otras piedras. Tan sólo era la imagen espectral de una llave. Marie y Pierre Curie no se conformaron con la explicación tradicional. Debido a su forma de pensar más original, se descubrió una nueva propiedad de la naturaleza, la radioactividad. Se inauguró un nuevo capítulo en la física y en la química teórica, se encontró una estrella en el interior de la materia. 

Nosotros también tenemos una imagen espectral sobre un trozo de material oculto en primer lugar en una tumba y posteriormente en un cofre de plata. También tratamos de explicarla a través de lo que la física y la química conoce hoy en día: Rayos X, radiación ultravioleta, radiación de partículas, luz visible o una reacción química. Sin embargo, ninguna de ellas explica por completo la espectral imagen, de la misma forma que la imagen de la llave no se explicaba por la luz solar atrapada en el interior de la piedra. No se explicaba antes de que la radiactividad fuese finalmente comprendida. Este es el momento en que debemos ampliar nuestra forma de pensar y, si podemos, elevarla aún más. Marie y Pierre Curie tuvieron que encontrar una estrella en el interior de una piedra, nosotros tenemos que encontrar el universo dentro de un trozo de tela.

El verdadero universo es incluso más extraordinario de lo que creíamos. 

Por primera vez en la historia se abre una ventana sobre el futuro inaccesible. Y todas las preguntas verdaderamente importantes surgen aquí, a las cuales es mejor que no les dé respuesta el Gato de Cheshire, sino lo mejor que hay en nosotros.

A través de la Sábana Santa de Turín…

La extraordinaria huella…

La única ventana abierta al futuro en el cosmos, sobre el cosmos. 

Isabel Piczec
Del artículo "Alicia en el País de las Maravillas y la Sábana Santa de Turín" 



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