Camboya
 
Un hombre sonríe un día y dice adiós.
Dos se quedarán, se quedarán para morir.
 
Un hombre dará su mejor consejo.
Tres hombres pagarán el precio.
 
Un hombre vivirá, vivirá para emitir lamentos.
Cuatro hombres pagarán la deuda.
 
Un hombre se despertará del terror en su cama.
Cinco hombres estarán ya muertos.
 
Un hombre contra cinco. Un millón contra uno.
Y se siguen muriendo. Y aún así la guerra continúa.
 
 James Fenton

 
"Con la influencia de Auden tenía que ser cuidadoso para no imitarlo."

James Fenton


Hinterhof
 
Quédate cerca y a tu lado estaré—
Tan cerca como puede estarlo mi cariño hacia ti,
   Como el arcoíris junto a la lluvia,
   Como el viento del oeste se pega a los postigos,
Las llamas al hogar y el rocío se adhiere al nuevo día.
 
Tráeme verdad y seré siempre verdad para ti—
Tan verdadero como es nueva tu presencia a mi lado,
   tan súbito como un arcoíris en la lluvia,
   completamente nuevo en todos sus colores,
Nuevo del mismo modo en que hay verdad en tus palabras.
 
Quédate cerca, sigue siendo verdad para mí.
Yo estaré igual de cerca, tan lleno de verdad
   Como lo esté la plegaria que diga un corazón.
   El mismo corazón que jamás sospechó
   La mitad del valor que tienes para mí—
El amanecer, las llamas, el arcoíris y el nuevo día.
 
James Fenton


La canción de Martine
 
Hazle una carta a los muertos.
Para que ellos la puedan leer.
Los muertos han nadado hasta muy lejos.
Se han ido hasta detrás del mar.
 
Toma la carta en tus manos.
Dóblala y luego vuélvela a doblar.
Haz con el papel un pequeño bote
y pon una velita en su interior.
 
Pon a flotar el bote de papel
En el sitio en donde el río se junta con el mar.
Ese es el sitio al que mi corazón quiere llegar.
El sitio adonde yo quisiera ir.
 
Cada velita es una estrella.
Cada bote se va flotando hasta entrar en el mar—
Que no está muy lejos, creo,
Y es el lugar adonde quiero ir.
 
Y es el lugar adonde quiero ir.
 
 James Fenton
Versión libre al español de Reinaldo García Ramos

 
 
Para Andrew Wood
 
¿Qué querrán los muertos de nosotros
Cuando nos miran desde su sepulcro?
¿Que nos quedemos aullando para siempre?
¿O que la rabia nos consuma
Y nos desfiguremos, que nos asfixiemos
Como aquel esclavo de un viejo emperador?
 
Ninguno de mis amigos muertos era emperador
Ni tenía esos gustos extremos
Y ninguno de ellos fue tan vengativo
Como para pedir que sus amigos
Se desgastaran en lamentos
O se desfiguraran o cambiaran su rostro.
 
Pienso que los muertos quisieran vernos sollozar
Por todo lo que ellos mismos han perdido.
Lo que más los perturba, me parece,
Es la suerte que tenemos al permanecer.
Pero con el tiempo serán más desprendidos
O menos enfrascados en sí mismos.
 
El tiempo los hará generosos
Como lo fueron una vez,
¿Y qué otra cosa de nosotros querrán,
sino un sitio honorable en la memoria,
la preferida habitación, una silla que les ha sido reservada,
celebridad y privilegio?
 
Y así los muertos podrán dejar de lamentarse
Y nosotros no repetiremos el error
Y se podrá llegar a un pacto
Entre los amigos que ya han muerto
Y los que aún estén con vida.
Lo que nuestros muertos quisieran de nosotros
Tal vez sea tener amigos vivientes como esos.

James Fenton



"Para la gente de mi generación, la guerra de Vietnam fue el mayor evento de la época, y haber vivido y experimentado el shock de la revolución fue fundamental."

James Fenton



Un réquiem alemán

Para T.F.G.A.

Puesto que desde una gran distancia, el lugar que contemplamos
luce oscurecido e indistinto en sus partes más pequeñas; y como las 
Voces se debilitan y vuelven inarticuladas, así también, luego de
un largo período de tiempo, nuestra imaginación del Pasado se debilita.
Y nosotros los pequeños (1) perdemos (por ejemplo), de las Ciudades que
hemos visto, muchas Calles singulares: y de las Acciones muchas 
Circunstancias en lo particular. A este sentido decadente, cuando los
pequeños en verdad quisiéramos expresar las cosas en sí (es decir: la 
imagen, la idea en sí misma), lo llamamos los pequeños Imaginación,
como antes señalé. Pero cuando nostros queremos expresar la decadencia
y significar que el sentido se desvanece, viejo y pasado, a eso lo
llamamos Memoria. De este modo, Imaginación y Memoria no son sino
una misma cosa...

Hobbes
Leviathan

(1) Aquí hay un juego intraducible que funde dos palabras; wee (adjetivo que significa pequeñito, chiquito) y we (pronombre personal, 1a. persona del plural). [Nota del traductor]

No es lo que ellos construyeron. Es lo que derribaron.
No son las casas. Son los espacios entre las casas.
No son las calles que existen. Son las calles que no existen más.
No son tus recuerdos los que te obsesionan.
No es lo que has asentado por escrito.
Es lo que has olvidado, lo que debes olvidar.
Lo que debes continuar olvidando toda tu vida.
Y con un poco de suerte el olvido tendrá que dar con un ritual.
Descubrirás que no estás sola en la empresa.
El día de ayer el mobiliario mismo parecía reprochártelo.
Hoy ocupas tu sitio en la lanzadera de la Viuda.

El autobús espera en la puerta del sur
para llevarte a la ciudad de tus ancestros
en la colina opuesta, tras fulgurantes murallas,
tan vívidas como este rectángulo encantador: tu casa.
¿Eres tímida? Deberías serlo. Es casi como una boda,
por el modo cómo ciñes el ramo de flores y das un pequeño tirón a tu velo. ¡Oh,
las horribles trenzas de la doncellez! Es natural que debas resentirlas
un poco este primer día.
Pero habrá de pasar, y el cementerio no está lejano.
Aquí llega el conductor, con un palillo entre los dientes,
su lengua aún buscando restos de comida en su dentadura.
Mira, no se ha fijado en ti. Nadie te ha notado.
Ya pasará, joven señora, ya pasará.

Qué reconfortante es, una o dos veces al año,
juntar y olvidar los viejos tiempos.
Ya que esos días tan especiales, damas y caballeros,
las blusas bordadas se reúnen en torno a la sepultura
y un atractivo chaleco aproxima el rostro.
Es como un solemne pacto entre los sobrevientes.
El alcalde lo ha firmado a nombre de la masonería.
El cura lo ha sellado en nombre de todos los demás.
Nada más necesita ser dicho, y es mejor de ese modo.

Lo mejor para la viuda: que no deba vivir bajo el temor de la sorpresa.
Lo mejor para el hombre joven: que pueda moverse con libertad entre los
  descansabrazos de la silla.
Lo mejor es que esas figuras inclinadas que se agitan en
  medio de las sepulturas,
atendiendo las linternas y reemplazando los crisantemos,
no son fantasmas,
y que se irán a casa.
El autobús aguarda y en los terraplenes superiores
los trabajadores desmantelan las casas de la muerte.

Pero cuando tantos habían muerto, tantos y a tan gran velocidad,
no hubo ciudades esperando a las víctimas.
Destornillaron las placas con los nombres en las puertas
  destrozadas
y se las llevaron con los ataúdes.
Así las plazas y los parques se vieron llenos con la
  elocuencia de los recientes cementerios:
el olor a tierra fresca, las cruces improvisadas
y todas las direcciones imposibles en bronce y esmalte.

"Doctor Gliedschirm, dermatólogo, cirugías de 14 a 16 horas o
  previa cita."
El profesor Sargnagel fue enterrado con cuatro postgrados,
  dos membresías de asociado
e instrucciones, para los comerciantes, de usar la entrada posterior.
La sepultura de su tío te ha informado que él vivía
  en el tercer piso, a la izquierda.
Se te pidió que por favor timbraras y él bajaría en el elevador
para el que uno necesitaba una llave...

Bajaría, alguna vez bajaría,
con una sonrisa como de atole aguado y nunca con mucho que decir.
Cómo se encogió a través de los años.
Cómo te elevaste sobre él en el angosto cubo del ascensor.
Cómo se encoge él ahora...

Pero venga: ¿Ha de tener su plazo la aflicción? Entonces,
  también la culpa.
Y parece que no hay límite para el ingenio de la memoria.
De modo que un hombre puede decir y pensar:
Cuando el mundo se encontraba en su momento de mayor oscuridad,
cuando las alas negras pasaron sobre las azoteas
(¿y quién pudo vaticinar Sus propósitos?), aún entonces
hubo siempre, siempre, una hoguera en este corazón.
¿Ves este armario? ¡Una madriguera de sacerdotes!
Y en ese desván generaciones enteras han recibido hospedaje y alimento.
¡Oh si yo empezara, si yo empezara a decirte
la mitad, una cuarta parte, la mera superficie de los que hemos pasado!

Su esposa asiente con la cabeza, y una secreta sonrisa,
como un golpe de aire con suficiente fuerza como para
  acarrear una hoja seca
sobre dos adoquines, circula de silla en silla.
Hasta el interrogador queda embelesado.
Olvida proseguir con el punto.
No es lo que quiere saber.
Es lo que desea no saber.
No es lo que dicen.
Es lo que no dicen.

James Fenton



"Uno no se convierte en gurú por accidente."

James Fenton


Viento

Este es el viento, el viento en un campo de trigo.
Grandes multitudes huyen de un gran desastre
Por los extensos valles, las verdes ondulantes arroyadas,
A través de la bella catástrofe del viento.

Familias, tribus, naciones y su ganado
Han oído algo, han visto algo. Una expectativa
O un gigantesco malentendido pasó sobre la colina
Doblando los setos con historias de sangre y fuego.

Pude ver mil años pasar en dos segundos.
Se perdió tierra, lenguas nacieron y se dividieron.
Este noble señor se fue al este y allí halló refugio.
Su hermano buscó el áfrica y un plato de acíbar.

Siglos, minutos después, se puede uno preguntar
Cómo llegó el mango de la espada tan lejos del herrero.
Y en algún lugar cantarán: -Como paja nos llevó
El viento.- Este es el viento en un campo de trigo.













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