Cortar
De las rosas blancas en el florero hay una marchita
Saco las tijeras y la corto
Anoche dios también tomó sus tijeras
Y me cortó a uno de la familia
Jian Rufeng
El banco en la sala de espera de la estación de tren de Liuzhou
Estoy un poco cansada
Antes del amanecer
¿quién más recorre solitario la órbita del tiempo?
Tan cariñoso
me llamas suavemente
Me duermo acurrucada como una dulce coma
enroscando el camino, en la palma de tu mano
Jian Rufeng
Escalera al cielo
Desde la frente de la Montaña de la Diosa
mirando hacia arriba, se divisan respectivamente
Sirio, Cánopo, Vega, el Cazador,
Dubhe, Alkaid, Algieba...
Contemplando esa escalera de luz
no sé
en el siguiente instante, quién descenderá desde lo alto
Jian Rufeng
Hoy no te llamo madre
Hoy no te llamo madre, aun así
lo sigues siendo
Indiferente, me ves flotar sobre la superficie del tiempo
a punto de hundirme
Qué limpia el agua del lago
Un rostro puro, es el testimonio completo ante la vida
Una y otra vez escribo mi propio nombre
Veo el viento levantarse, arrugarla a soplos
Estoy un poco fatigada
Salvo la pureza, no hay otro rival
Levanto las manos, a suaves golpes rompo
ese ayer que se resiste a hundirse
Jian Rufeng
Necesito un potro blanco
Necesito un potro blanco
que pueda alcanzar el viento
alcanzar el relámpago
el tiempo
-Mira, mamá
He recuperado tu cabello negro
Jian Rufeng
Pez
La flor de loto alcanza la superficie
la sombra que ha dejado en el agua
sigue siendo tan fría
El sol poniente devorado al atardecer
sale nuevamente en el interior del cuerpo
como si en lo profundo del agua hubiera un incontenible mundo flotante
Voy a desaparecer un rato
Esquivaré el cardumen y las impasibles plantas acuáticas
me dejaré sumergir por el agua, en su abrazo
Jian Rufeng
Plaza
Ésta es la plaza en la noche profunda
Aparecen tres personas
Dice el ciego
Miren, el alumbrado de la calle brilla tan fuerte
Como si fueran mis ojos
Dice el sordo
Oigo pelear a las hormigas
Están disputando un trono
El tercero construye sueños sobre la tierra
como tendiendo un riel ferroviario
Pero por cada tramo que pone, un pedazo del suelo se hunde
Al ver ese hueco cada vez más grande
sin decir nada
él abraza sus piernas y echa a correr cual si volara
Jian Rufeng
Si no me permites llorar
Vengo de ti
pero ahora no sé cómo volver
No encuentro tu planeta
tampoco tu mar
ni tu cielo, tu tierra
Si no me permites llorar
Madre, diosa de todas las cosas
Me transformaré en un largo arroyuelo
Jian Rufeng
Tambor de badana
En la calle, el vagabundo golpea un tambor de badana
Su áspera mano tiene bastante fuerza
Tan, ta-tan
Un cordero aguanta los golpes bajo la palma de aquella mano
tensando la piel de su cuerpo entero
Tan, ta-tan
Recuerda cómo su alma aterrada huyó mientras desgarraban la carne del hueso
Muerde firmemente los latidos de su corazón
Tan, ta-tan
Quiero detener la mano que trae el cuchillo,
quiero detener la mano que golpea el tambor
Pero sólo me detuve a mí misma
entre la multitud en la calle
conteniendo el último grito de un cordero
Jian Rufeng
Una hoja de luz de luna cayó al suelo
Una hoja de peral me cubre, tan pequeña
No la ves
Una hoja de luz de luna cae al suelo, fría
No la escuchas
Duermo tranquila
en el corazón de la flor del tiempo
Al pasar esta vida
me despertaré
Olvidé de quién soy hija, la casa
parece estar lejos
Una hoja de luz de luna cae al suelo, como
el camino a casa, resplandece en un instante
Jian Rufeng
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