17

y anduve solo y no era la luz
fuíme por duros corredores
por los pasillos pesaroso
y saquéme un papel azafrán
con un saludo de tez granate
“he aquí que llégueme a verte
juancarlos estuvo en esta torre”
y fuíme solo y no era la luz
por los pasillos musitantes
atrás dejé los corredores
negros y más que hechos con cuervos
quedóse el papel inclinado
esperando tus ojos de mora
y como un ciego fui con las manos
interrogando a las paredes
buscando la puerta brillante
los tragaluces del castillo
el aire que andaba en el mundo
“juancarlos estuvo en este cuarzo”
fuíme solo y no era la luz

Juan Carlos Bustriazo Ortiz



Chalilera N° 3

Arena de los Cabrales…

1

Por el medanal echado
me parece oír un lloro:
será que se está quejando
un indiecito en lo hondo?
Cascarerío de choiques,
olla de barro pintado,
y en el medanal, arriba,
caracolcitos blanqueando...
Adiós chañar curandero!
Qué estilo estará silbando,
ponchito verde a los vientos,
y esperando y esperando?...


2

Estoy sintiendo tus voces,
arena de los Cabrales;
en el agüita escondida
murmuran tus soledades.
El médano se levanta
de su cuero solitario,
y es un puma que camina
cuando el viento dice “vamos!”...
Adiós chañar curandero!
Qué estilo estará silbando,
ponchito verde a los vientos,
y esperando y esperando?...

Juan Carlos Bustriazo Ortiz


Chalilera N° 4

Si el aire llega y te besa...

1

Hojita del cachiyuyo,
corazón con una espina;
si el aire llega y te besa,
se ha de llevar una herida.
Frutita seca del molle
amarilleando en la loma;
cuando te caes en la tarde
te sale una mariposa...
Me voy para el puente grande;
me voy con los camineros.
Cómo retumba en la tierra
ese tunduco zampero!


2

Leñita del alpataco,
mejor que carbón de piedra;
ardiendo en la noche santa
parece que fuera eterna.
Jumito, fuego salado,
ensortijada ceniza;
el alma que te aromaba
ya se te ha vuelto lejía...
Me voy para el puente grande;
me voy con los camineros.
Cómo retumba en la tierra
ese tunduco zampero!

Juan Carlos Bustriazo Ortiz



Cuadragésima Tercera Palabra

Adónde vas, poeta nochernícola,
de austera sal, de halo melancólico?
Y el primo amor, o bien, el tu penúltimo?
Y el vaso azul? Erótico y arqueólogo,
te sientes bien, mi vate, muy católico?
Eres o no el juglar, el archimítico,
el facedor maniático, elegíaco
de tu canción? O estrilas de neurótico
talante, o vas de túnica, de báculo
por la vastura de la noche eólica?
Ay semoviente, australhumano mágico,
nómade Juan, desnudo en lo fonético!

Juan Carlos Bustriazo Ortiz



El Egipcio

Este Escriba-Sentado, silencioso, hechura de obsidiana y lapislázuli, con sus piernas cruzadas ritualmente, escribe en su demótico profundo los acontecimientos de su Amor, de su Dolor talla tallando primorosamente los dolidos aconteceres de su Cuerpo y de su Alma. Este Escriba-Sentado,/ esta vez escribe para/ Sí. Ha huido brevemente/ a un jardincillo conocido,/ lejos del Faraón. De los ojos duros/ y divinos del Faraón ha escapado unos/ minutos, junto a las flores/ de Palacio. Mariposas lo tocan en/ sus sienes, en su cabeza bullidosa./ ¿Quién vendrá a visitarlo?/ ¿Quiénes se allegarán a/ sorprenderlo en su/ demótico profundo.../ ¡Silencio!/ El Escriba-Sentado es Orotep, el/ poeta

Juan Carlos Bustriazo Ortiz



En el helado mar, lejos la muerte

ya no respiro, no ya no respiro
ahogado estoy, ahogado melodioso
las aguas de mi amor son esta agua
terribles del morir acá lejoso
los peces espiarán o no mi muerte
verdor de mi verdor, el mar curioso
los peces si es que están no sé no veo
las aguas de mi fin fatal viscoso
la racha del estruendo azul ardiente
los barcos del sonar su alud rabioso
mis ojos de no ver así inundados
tu hermosa hermosidad mi amor hermoso
ya no respiro no ya no respiro
ahogado estoy ahogado melodioso

Juan Carlos Bustriazo Ortiz



Sexta Palabra

Qué convulsión del cielo me amenaza
en lo creencial del mundo que me enluja
con los errantes velos de la bruja
que ayer quemé, cuya ánima me abrasa
de septentrión a meridión? Me arrasa
el corazón, las testes, si me estruja.

Juan Carlos Bustriazo Ortiz














No hay comentarios: