Balada local de los niños asesinados por sus madres
- ¿Es Medea la mujer que avanza con pequeñas calaveras atadas al cinturón?
- Sin multimedia.
de memoria por Neil Gaiman, American Gods
madre no deje el periódico
mucho más lleno de cosas indecibles por ahí
que el trípode de Delfos
sibila de la bolsa Tiresias del sol del tricycline gris abandonado en los guijarros de jardines perfectos los informes psiquiátricos del juego bajo el soporte de la biberón lleno de metadona la foto del padre angustiado los abuelos incrédulos el vecino que tal vez escuchó algo pero básicamente gente decente o tal vez
entonces no tanto pero la USL se conoce en agosto
no responde el alcalde dividido
entre la privacidad y la propaganda el
excelente abogado los dogmas de la autopsia sobre el papel arremolinan lagos enfermos las largas colas atraen la carne más suave alimentada y ofendida por esa vieja historia del amor enemigo que mata lo que ama sin dejar de amarlo pero también amando para sí mismo el aire del oxígeno al menos una burbuja en el agua densa y llena los narvales enrojecidos de los motivos dibujan huellas retorcidas no se pueden contar seguirlos
todo el camino a través de las algas que siempre anidaron y quien dirá no haberlos vislumbrado si decidieran bajar al agua junto con el agua dentro y fuera
transformó a su vez la batisfera en un medio de transporte de la barbilla de sustento y reconozca lo que no hace vida para seguir lo que sacrifica tu baile tu papel papel no es la calle en la que vivimos pero se parece demasiado a la tierra pero se mueve bajo los ojos barro para no ser habitado hola voces de plomo labios sucios te cantan eso estás al otro lado de la página
estamos en lo profundo
de la liberación libres en el abismo de la inocencia tenemos gargantas como trampas entre los corales de preguntas ojos que palpitan sin ver no necesitamos las interpretaciones hola recién nacido cuatro días de quince meses tres o diez años jardín de infancia amigo parque patio dice el niño mirando el periódico antes de doblar el papel para hacer una vela una ballena no se dé la vuelta un viento de piratas sopla tierra una isla también existirá
Maria Luisa Vezzali
hospicio de la calavera
en la única duración en la única
posible aquí moramos
cantando
para nada en los caminos que convergen
en la madre del aliento sin
escuchar
en la facilidad de las manos de amarse
por nada y sin sillas alrededor de
la mesa
más bien en la sed más bien
en el hambre sed en el pozo
de la llamarada
como en la noche del día uno oye
desde las ventanas abiertas de diversas maneras
en el cráneo
rodar los alimentos en los estantes
golpeando las paredes del refrigerador
zumbido
y las puertas palpitando con carne se
abren cerca la luz
en el barro
y las voces madurando
exudado orgánico dilatan estados de ánimo
lejos
así de espeso lo sentimos
por la noche el día lo sentimos
más adentro
el nombre de la materia es alma
lo enharinamos para esto
por esto
Maria Luisa Vezzali
Piedra lengua
dentro de las jaulas o en la cabeza
o bajo la arena gris de los desiertos las
palabras pueden morir
como los hombres
una vez que han rasgado
la tela que las contiene una
vez que han
abierto el barranco que los hace caer
entre los átomos que tiemblan al contacto
la materia nauseabunda se retrae y se rompe
como una especie de lluvia de piedra triturada
solo el camino (vertical)
con la espuma del agua en los oídos
solo el peso (la masa)
la piedra de la lengua
rodando en la boca
chupando
rechazos inarticulados
solo la cosa sin doblar
perífrasis tanteando entre
sonidos como cordones y luchamos y rezamos* y habla en el lado nocturno del canal frío cortado como triangulando con las estrellas y la casa demasiado iluminada en recuerdo lleno de pasos de invernadero esperando la unión del horizonte en los labios
del tetera silba la canción entre los tejados
el olor de la piel de la mano
que es como un aterrizaje
revés pero volver atrás es difícil estar aquí descartando mi tiempo te lo devuelvo mi cuerpo te lo doy a cambio un florete pero la cara la expresión de los ojos la boca si quieres disparar dispara en el cielo no somos pájaros
* Este texto proviene del impacto con las entrevistas de trabajadores no comunitarios heridos durante los disturbios en la ciudad calabresa de Rosarno en Enero de 2010. El último verso es una cita literal.
Maria Luisa Vezzali
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