aislamiento
tupida rama:
no toques
al animal herido
provéele de aislamiento
provéele de refugio
provéele de larga noche
sobre los ojos cerrados
María Auxiliadora Álvarez
Como si la belleza
el pensamiento quiere estar solo
sus animales juegan
como si la belleza
escogiera sus instantes:
la humareda del cráter se eleva en columnas
el hervor de la lava desconoce
su propio resplandor
Pero lo mirado no espera ser mirado
entiende la pausa
la cólera la muerte
y dice: no pasa nada
(gesticulando)
María Auxiliadora Álvarez
Duración de la noche
y no quiero
errar
no lo deseo
cuando digo
que los huesos
no son más
que barcos
sin-ensamblar
llevándonos
y trayéndonos
y hundiéndonos
y
Y
que no hay
brújula
en el agua
oscura
sin al menos
UN (1)
ojo abierto
El ojo frío
del pensamiento
:no lo digo
mal
pero
lo digo
tarde:
Haber
pasado
por esta noche
con los (2) DOS
ojos cerrados
y doblegados
por el horror
María Auxiliadora Álvarez
El cielo de más arriba
lo más puntual de los árboles es su propósito de desordenar el cielo de abajo
para hacerlo parecer
/ huidizo y descuidado
el llanto de la cabra camino al matadero es un alto relieve sin nicho
en el vacío:
como la piedra puntiaguda de una enfermedad en la familia o de un hijo
que desgarra a una mujer joven (o no tan joven) Para nacer
/sin poder Para volver de África
el cielo de más arriba sin embargo brilla como ninguno:
vuelan las ovejas del hambre en el azul de cadmio
de la estera Como viejos relámpagos arrastrando en peso
La bóveda del firmamento
María Auxiliadora Álvarez
mar de cal
“el firmamento
se sostiene
sin columnas”
dijo
un maestro
Pero el mar
de abajo
es de cal
El mar
donde
quedamos
inmóviles
por mucho
tiempo
e impresos
por menos
:mirando
hacia
arriba:
con lo único
de nosotros
que puede
moverse
Aún
y derramando
:a la inversa:
pequeñas
e interminables
gotas blancas
y duras
María Auxiliadora Álvarez
Quizá en el silencio
Quizá en el silencio haya luz
un resquicio de iluminación necesaria
una aquiescencia
el misterio tiene su paciencia
su fuerza
sus gemidos antiguos
quizá el hueso del misterio sea uno
su hueso tallado
su memoria solitaria
uno
el escribiente de lo desconocido
el alumno del oído
el hijo del ojo
leyendo sus apuntes
estudiando sus memorias
uno
el eterno aprendiz
el dedo contable
enhebrando hilos invisibles
para trenzar el desconocimiento
María Auxiliadora Álvarez
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