¿Cómo pensar un lugar
donde sólo el sin, lo que no hay,
se desensiya, desanda su montura?
¿Cómo pensar ese incesante
rozar de lo vaciado en lo vaciado
que vendrá, tal cual como se dentra
sin adentro mi nada en otra nada?
Luis O. Tedesco
Decir el sin,
ese sin de mí, agregarlo
cual ramita otoñal del masayá,
que cae y más cae
en el sin corpulento que se aleja.
Luis O. Tedesco
No llames, no me escribas, tengo miedo
No llames, no me escribas, tengo miedo
de tu voz, de tu letra, tengo miedo
de tu aliento en la niebla de mi cara,
tengo miedo, sabés, de que tan cerca
tu rasguño de imagen en los ojos
despierte aquella luz, aquel contorno,
la forma acariciante de tu nada,
tengo miedo del trazo telaraña,
tinta negra y papel estremecidos
por tu letra incrustada en mis palabras,
tengo miedo, sabés, de que al pensarte
golosa te detengas en mi mente,
tan persuasivo sueño fue tu cuerpo
que fui sin vos al despertar espectro.
Luis O. Tedesco
Todo está aquí,
en tu cuerpo de aquí,
en tu vientre retorcido por lujuria,
ruinoso, enfermo, desplegado
su desmesura te acompaña,
no lo entregues, resignado,
a su silencio, machucate rabia,
rabia contra la raspa del Ignoto,
rabia contra el festín de sus claveles
y el repunte marcial del esqueleto.
Luis O. Tedesco
VII
En eso que se dice masayá
juegan al "Infalible" con mi carne.
Incluso enferma y ya barrosa
su sangre los golosea,
me tienen, me tuvieron
desnutrido, vacante, convulsivo,
mi garganta tragando su respiro.
Si me escupen, escupo,
"ya más quisieras", dicen que me dije.
Luis Osvaldo Tedesco
XII
Todo está aquí,
en tu cuerpo de aquí,
en tu vientre retorcido por lujuria,
ruinoso, enfermo, desplegado
en tu desmesura te acompaña,
no lo entregues, resignado,
a su silencio, machucate rabia,
rabia contra la raspa del Ignoro,
rabia contra el festín de sus claveles
y el repunte marcial del esqueleto.
Luis Osvaldo Tedesco
XIV
Sucias de historia, chau
palabras que cavilan sin esencia.
Tu voceo, las dudas, el hablar mestizo,
la decisión formal de tus versitos
desparecerán, no habrá murmuyo
ni completú ni falta ni alarido
en tus grietas de sobra suburbana.
Luis O. Tedesco
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