"¿Los samaítas?
repitió José frunciendo el ceño
. ¿Por qué hablas delos samaítas? No son más que una facción de pedantes fanáticos. Más les valdría apartar un poco la nariz de sus libros y darse cuenta del horror que les rodea.
Perdona mi error, pero yo creía que eras uno de ellos, puesto que son también hostiles a los saduceos
respondió nuevamente Eleazar.
Soy hilelita
dijo orgullosamente José
. Tampoco tú pareces sersamaíta.
No te enfades
dijo Eleazar
. También yo soy hilelita. Casi no tenemos samaítas en nuestra comunidad. El aire de Alejandría no les sentaría bien. Pero todo esto no me aclara por qué te viste obligado a dejar Jerusalén. Una voz gritó desde el fondo de la casa:
¡Padre! ¡Padre! ¡La comida está preparada!
Ven a compartir conmigo y con mis hijos nuestra cena
dijo el sacerdote."

Gérald Messadié
El hombre que se convirtió en Dios

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