Creo que mi abuela nunca quiso a su marido
Creo en las luces artificiales y rotundas de la Panamericana
Creo en volver a casa y cruzar el portón y saludar a la perra
Creo que la soledad no es un castigo
y el fracaso es un niño caprichoso
al que nunca le cumplirán todos los gustos
Creo en miserere mei miserere mei
Creo que la fuerza es un mal peligroso
Creo que las mejores películas tienen historia de amor
Creo que todos los cuentos son la historia del amor
Creo que Beatriz amó a Jorge
Creo en los adjetivos los afectos y los infinitos determinados
Creo que es mejor siempre sentir un poco de frío
Creo en los trasplantes de corazón abierto
Creo que la canción de amor de Eliot es superior a todo el cristianismo
Creo que el hinduismo exageró con tantas vidas
no es necesario vivir tanto tantas veces y morir mil más
Creo que la corrección hace mejores formas
Creo que los protestantes acertaron con su nombre
Creo que las jaulas también arden por dentro
Creo en la fe
Creo en la plegarias
Creo en exagerar en todos los verbos y el verano inútil
Creo en el movimiento pendular del oficioso horóscopo
Creo en la venganza y cualquier desborde
Creo en la mesa de nuestra cocina
Noelia Torres
Hay un señor tuerto en el barrio
“Yo, también, detesto a la poesía”
Marianne Moore
que siempre está tuerta su cara
no mejora y así me gusta pensar que tuvimos
otra vida en otra parte como ese ojo
que supongo ahora tiene un lugar mejor
La primera vez que me subí
a un coche
para manejarlo
para aprender
a moverlo
era tuyo
yo tenía quince años, vos veinte
me quisiste explicar
con tus gritos limpios y angostos
cómo se metía la palanca de cambios
te dejé hablando solo
con la palanca y el motor
en punto muerto
era tarde ya casi
no había luz
también era verano
algo de eso
todavía me acuerdo
algo de eso
todavía me gusta
el olor de las cigarras
acero en quietud
antes de meterse al horno
será por eso
que cantan sólo y solamente
cuando hace calor
del verano amo
el pasto
los pies se sienten sabrosos
nunca más te volví a ver
no fue por los gritos
no supe mover los cambios
una pala vertical hacia el futuro
me acuerdo tu cara completa ojos de azúcar technicolor almendra
los dedos en punta llenos de angustia
las cigarras no se dice así
se dice chicharra
ellas tiemblan por dentro
como una batidora
llena de helado y hielo
o bananas para un licuado
el ruido del cric crac
de la fruta partiéndose
siendo otra cosa
moviéndose hacia adelante
para ser eso que no quería
una conductora responsable
me bajé de tu auto
me fui a mi casa
crucé el patio de atrás sin flores todavía
ya era de noche de nuevo
los bichitos de luz
las luciérnagas
tenían la panza
llena de amarillo fosforescente
a veces las atrapaba con los dedos
y las ponía dentro
de un frasco de mermelada
era cruel era inútil era una trampa
porque ellas se morían lo mismo
libres o encerradas
ningún crimen es furioso al final
los cuerpos no son simplemente agujeros
cuatro ruedas
te pueden llevar muy lejos
o a ninguna parte
llevarse a uno mismo
es andar siempre con los dos ojos
encima con ventaja de coste ripio
y la maquinaria pesada
de la cabeza
el motor sin rumbo ni alambres
tal vez viene aparte
en otro frasco en otra tarde.
Noelia Torres
John Ashbery, 3 de septiembre de 2017
Pienso que quiero vivir para siempre
respirar para siempre
hoy falleció uno de mis poetas
favoritos
uno de esos señores hombres blancos
occidentales que doblaron
amaron a la poesía con sus imágenes
de rutina y calambres
quiero escribir un poema
sobre la chica de la perla de Vermeer
como hizo él con el cuadro del espejo convexo
quiero hacer un juramento con el tenis
quiero conjugar el agua, espiarla
y ser como un vidrio converso
había algo de tristeza siempre
en sus poemas
porque su hermano se murió a los 9 años
yo hace cinco que no veo al mío
nunca pienso en él
me gustaría vivir hasta los 90 años
y escribir sobre cosas comunes:
dormir sobre sábanas limpias, soñar, mis medias, tus mensajes,
la leche en el fuego, los pochoclos crocantes de ayer, las baladas impuras
que no le importan a nadie pero
todo es mejor
cuando sabemos que estamos vivos.
Noelia Torres
Mi mamá es una señora pobre
Mi mamá es una señora pobre
Mi mamá es una señora pobre, eso ya lo dije
Tres poemas rumanos cuentan
sobre los vínculos madre-hija
los significativos
los nombres propios no se traducen
Cada acto es un acto pequeño
de amor en el lobby del hoy
un hotel siempre tiene una habitación lista para vos
En el comedor con tu mesa recién comprada
sos una ópera y me contás: la compraste en cuotas
tomás mate dulce con edulcorante -orgullosa Delia-
tus manos me hablan de edad y tus daños
Todas mis partes mis guerras
mis misas en paz se levantan conmigo
Se tapan las alcantarillas de la casa porque no alcanzan
Mi señora Delia que vino de lejos
viniste del bosque choquechaconorteño
tenías trece años, parecías una mujer de diecisiete
mentiste en tu currículum tu hoja de vida
dieciocho era mejor para moza, te ab-juraste:
los clientes no te toquen
El lenguaje es leonino y nos separa aveces
Lo propio no se traduce lo tuyo lo nuestro lo de nadie
este silencio mientras recargás tu termo
me interesa tu infancia tu llegada a mi vida
cómo conociste a mi papá
cómo quisiste ser madre
por qué ahora sos una señora pobre
vestida con modal y jean
y zapatillas de feria
blancas y despegadas en la punta
por qué tu padre mató a otro hombre
y te dejó en la pobreza
por qué aprendiste a tejer y a descoser
a remendar Pantalones hechos de nubes
cabritos hechos de distancia en Buenos Aires
mientras me explicás que es normal
estar cansada después del final del día
Cuando te veo
siento que estás corriendo una carrera
querés ganar y ganar y vivir más
tu madre muerta a la edad que tenés ahora
a veces me parece que te querés morir
y por qué tu corazón se rompió
pasó a mayores y dejó de trabajar
de transpirar la trama ventricular
doble carrito de bypass de condición
de bomba a punto de hacer plaf
me dijiste en el hospital:
Lo peligroso no es enamorarse
divorciarse o enamorarse nuevamente cuando nieva
Lo peligroso es sacar los brazos
fuera de las ventanillas
viajar sin el cinturón atado
cambiar
caminar marcha atrás
pero no es peligroso según vos coger sin forro
Salir sin lana en invierno es pecado
y qué si la tarde se nos fue como ahora
y qué si no puedo escribir sobre esto
porque no lo sé todo y menos sobre vos
el ladrido de tu perra boxer me sacó
de los pensamientos saturninos de la vespertina angustia
me levanto para irme, yo no tomo mate
yo no tomo cosas dulces
son mis frascos formales de herencia
y se mejora el corazón porque somos distintas
estamos disponibles en universos distintos
Como ir sentadas sobre una grúa
Como ir a alguna parte
Se ajusta la tuerca fina en el tornillo de la rutina
La aldea africana que no sabe qué año es: El año Cristiano
Ellos entendieron: no hay que hacer a la hermosura obvia
Como pasar esta tarde y comprar una tarde
Estoy muy despierta para ser tan tarde
desde que era joven casi-no-tan-joven
me tomaba el tren a esta hora montada
en las jirafas deformes de la noche.
Y nos miramos como estatuas porque somos
Una estatua con los ojos vivos
Cómo se producirá el movimiento funicular
entre nosotras que nos entrevistamos desde que nací
Cuando te veo no hay magia no hay ríos o azúcares ni clanes
Porque todo lo que necesito me sobra en las manos
Los sentimientos solos pueden
hablar sobre los sentimientos
transformar la isla propia en una Bahía
llena de ballenas encarnadas y llenas
inventamos un golpe de suerte y esloras
Sentadas al final en la mesa de la merienda
la tinta mental escamada
el corazón se vuelve carne
Conmovible como una cuna
bañistas al sol sin protección solar
y una maternidad
que sopla cuando sopla el viento
el cielo es una púrpura
no vemos absolutamente nada.
Mi mamá es una señora pobre, eso ya lo sé.
Noelia Torres
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