"El sueño se olvida del sueño, de los sueños, contempla por primera vez la belleza de una flor silvestre escondida en un recóndito lugar, esperar hasta la eternidad representando su papel, convertido en montaña o en río, en sol o en luna. Ese es el sueño, olvidarse de soñar; ser pájaro colgado en el vacío del cielo que aparece cuando la nieve bautiza las calles del pueblo natal. Los copos caen sobre las gafas de bambú y el gorro de lana del hombre de nieve, padre dragón, espíritu omnipotente de cuyo nombre nacen todas las cosas (los treinta nombres diferentes de los vientos) y al nombrarlas deja de ser, en su ausencia se muestra el misterio. Bellas palabras inútiles transformadas en nieve se derriten por las lágrimas ardientes, se convierten en lluvia que calienta el corazón. El torrente fluye bajo las raíces de la primavera, alimenta el canto de las hojas de arce, lava cuidadosamente la herida del pasado, atraviesa espacios de piedras enemigas y se extiende desnudo jugando a ser un fantasma. Somos agua, sonido de agua que apaga el fuego de la media noche, diluimos en el agua las huellas de cuantos segundos dura una vida. Desde que se nace somos aliento de la tierra, habitantes en el interior de unos y de otros, arrastrando a tientas la soledad de los días, sanamos el alma dolorida paseando por el jardín del templo, vagando por los recuerdos hermosos, leyendo poemas tendidos sobre la hierba con las alas abiertas. Guardamos el brillo oculto de la nostalgia en un rincón del corazón. Según amanezca el día, nos ponemos la máscara cada mañana despojada de la humana piel, de la carne, de las vísceras de la esperanza. 

Mil años pasan, el cielo y la tierra cierran los ojos, cambian los rostros, las personas y los sentimientos; cambian las relaciones (el amigo de la infancia ya no es amigo, sólo lo es cuando se abraza la memoria); se endurece la sangre, adelgaza la carne y se deterioran los huesos, el cuerpo es el féretro, un ataúd que arrastramos a cuestas sin la fuerza suficiente para iluminar los sentimientos del universo. Abandonamos la vulgaridad de la vida, viajamos al país del cielo blanco, nos ofrecemos a las tinieblas que esperan el amanecer. La muerte nos convierte en invisible, el alma es el hombre invisible que vaga por el mundo sin dejar huella en los caminos nevados. No somos ya capaces de encontrar nuestra sepultura, para qué buscarla, el tiempo la borra de la memoria como a nosotros mismos. 

Cada persona tiene una estrella que sólo la atrapa cuando muere, la poesía puede ser un puente para vivir en la otra estrella; aquélla que el destino niega. Ser poeta es ser un amante, amante de todo y del todo, amar lo que hay en el cielo y lo que hay en la tierra, despojarse del alma y del cuerpo, mimetizarse con la naturaleza, con las rocas, con los árboles, con las montañas, con el agua, con los pájaros y cumplir el deseo de volar y vivir a sus anchas, en libertad; ser amigo de los ríos y de las montañas, ignorando la avaricia del hombre; ser amigo de los rayos del sol y de los peces, de la luz de la luna, de las hormigas y de los insectos, sonreír incluso a los miserables que pretenden el daño. Vivir es soñar, trasplantar con entusiasmo y sinceridad el sueño a la realidad. No nos queda nada más que vivir y soñar."

Park Je-chun
La canción del dragón y otros poemas



En el mundo del Año Nuevo 
 
En alguna parte del mundo donde vivimos
alguien siembra el polvo para verlo florecer
pulimenta el ladrillo para hacer una aguja, limpia  el sol
para convertirlo en un espejo, escarba  en las tinieblas
buscando un traje nuevo para el corazón 

En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien encarga, también  hoy, a las aves que trasmitan las
palabras del cielo
y encarga, además , a las hierbas que expresen las palabras 
de la tierra.
 
En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien dice, también hoy, que la luna es la luna, que  el
ciervo es el ciervo;
busca las estrellas escondidas fuera del cielo, las  islas
acurrucadas dentro de la sangre
y cuenta adecuadamente los seres vivos que aparecen y los
que desaparecen. 

En alguna parte del mundo donde vivimos
alguien observa, también  hoy,
cómo cambiamos nuestros rostros cada día,
poniéndonos, a veces, cuatro  ojos o seis orejas o diez
lenguas.

En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien vigila, también  hoy, las esquinas
de los países del infierno, de  los demonios, de los diablos
y las bestias
e ilumina con total claridad el camino por donde vamos
corriendo hacia esas regiones. 

En alguna parte del mundo donde vivimos,
alguien espera, también  hoy,
que los hombres vivan como hombres de bien en el Año
Nuevo
y ruega en voz alta que lo acojan como un año nuevo.

Park Je-chun



Hombre invisible

Mi amigo murió y fue enterrado en la llanura de Chulwon.
Cayó una gran nevada, la llanura se cubrió de nieve densa
y no pudimos encontrar la sepultura
aunque buscamos entre la nieve.
Murmura la nevada que nuestro amigo muerto
se ha convertido en alma,
un ánima que vaga por este mundo
porque ya no tiene nada que enseñarnos.
Sigue nevando y sé que, en un futuro no muy lejano,
nos convertiremos en hombres de nieve,
hombre invisible, con el corazón y los ojos blancos y puros,
alma transparente que vive junto a los seres amados.
Estábamos de pie en una colina de la llanura de Chulwon
mirando cómo la nieve borra el camino de regreso,
dejando un sendero nuevo, transparente.
La nieve nos lavaba el corazón ardiente de impurezas y la piel cubierta de sudor,
cuando vimos, de repente, a nuestro amigo,
hombre invisible, que volvía con premura
por el camino nevado.

Park Je-chun



Mil caminos

Eso de convertirse en una vaca es cosa de poca monta.
¿Te muestro, por ejemplo, cómo me transformo
en mil figuras diferentes?
¿Cómo pongo mil nombres en otros tantos rostros?
El arco iris es mi padre.
El dragón es mi padre.
El espíritu es mi padre.
El huevo es mi padre.
La huella del gigante es mi padre.
Mi padre se encuentra en todas partes.
¿Mato de una vez a todos mis padres?
Levanto el azote divino,
golpeo dos veces la cabeza de la vaca
y digo:
Abandona la barca cuando llegues a la orilla.
¿Para qué tantas preguntas acerca de mil caminos?

Park Je-chun












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