En la mil y segunda noche
Tus cartas,
que nunca me escribiste y nunca recibí,
tus cuentos y tus labios,
en la mil y segunda noche,
no me habrían revelado más
que el llanto de las venas:
tu mano tendida
lo dijo todo.
Alfonsas Nyka-Niliūnas
Traducción de Biruté Ciplijauskaité
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