"A la hora de acostarse, solo se conoce el vértigo."
Laura Riding
"Agamenón y Odiseo se sentaron; los que habían separado las piernas volvieron a juntarlas, como diciendo: «¡Esto es, en verdad, un asunto serio!». Fénix extrajo una pequeña flauta de hueso de su túnica. Antíloco debía llevársela a la boca, puesto que Fénix no tenía dientes, pero éste se encargaría de mover los dedos, mientras Antíloco suministraba el aliento. Ese arte de contar historias en el que tan experto era Fénix difería, en método si no en su esencia, de las recitaciones heroicas. Un cuento se narraba en el estilo coloquial más ingenioso, con divertidos cambios de entonación y de expresión, y sin acompañamiento, excepto los improvisados movimientos de los dedos del narrador sobre su flauta en las pausas entre los distintos episodios del cuento, para emitir amables notas que recordaban a sus oyentes: «Esto es sólo un cuento y no hace daño a nadie». En las recitaciones heroicas no había pausas y el narrador se acompañaba continuamente con su lira. Y la voz mantenía el mismo tono profundo todo el rato, y el rostro, la misma expresión fija. Y el auditorio tampoco era libre de sonreír o manifestar incredulidad. Éste quedaba en cierto modo comprimido entre las paredes desconocidas del relato; mientras que en la narración hablada se derribaban las paredes, se desgajaba a los sucesos de sus contextos remotos para ponerlos al alcance familiar de la mente. Aquiles destacaba en el estilo heroico.
Fénix empezó a hablar."
Laura Riding
Final troyano
Autobiografía del presente
El todo es por lo que se rompe y se arregla.
El cuerpo es un día de ruina
La mente, un instante de reparación.
Un día no es un día de la mente
Hasta que la vida es un reparo en desespero.
Romper, morir el día entero
Ser no todavía ni todavía
Hasta que el soñar sea de haber sido
Hasta que el soñar sea de haber soñado–
Cómo en esos días—qué rápido—
Qué rápido parecíamos soñar—
Qué rápido hablábamos—qué perdidas–
Qué perdidas las palabras hasta—
Hasta que el lápiz se acabara
A este no olvidar despierto.
Pero siempre en esos días
Cuán olvidados —y cómo decir acabados—
Para decir de vez en vez—
O en una carta decir pronto acabado—
¿Recuerdas ahora, John,
nuestra conversación suburbana sobre las
abejas?
Cuidadosamente sobre las abejas al desayuno,
¿Un retirado hablar o caminar
entre las afueras de la profundidad?
¿Nosotros reinas enojadas
lentamente de los panales y enjambres?
Pero las abejas lentamente son una siesta
corta.
Entre el campo y la ciudad,
Entre el dormir profundo y el caminar,
Da más pausa y zumbido que las abejas
Un libro acerca—y por—
Ni hay necesidad de que los gustos difieran
sino que pausen.
¿Recuerdas ahora, John
Recuerdas a mi amigo John
Quien tenía un señorial ojo un no-hay apuro
ojo,
Un ojo muy anterior
En una avanzada cuenca?
Sí, recuerdo.
Y recuerdo a mi amigo Norman,
Aunque por voluntad frugal
debiera llegar puntualmente mañana
Aún cuando el cinematógrafo del tiempo
Haya cesado de anunciar el hoy
Aunque yo recuerde.
Sí, ella se acuerda de todo lo que parecía
Todo lo que era como suficiente para ahora
Hacer un entonces tan real como entonces,
Hacer un ahora que solamente ocurra
Por un parecido cercano a él mismo.
Laura Riding
“Cuando... comprendí que la poesía no tenía ninguna disposición hacia el último logro práctico de la rectitud de trabajo que es la verdad, sino que conducía siempre a una contemporización menos que cierta... me detuve.”
Laura Riding
El mundo y yo
Esto no es exactamente lo que quiero decir
excepto que el sol es el sol.
¿Pero cómo acercarse al significado
si el sol brilla en forma aproximada?
!Qué mundo dificultoso!
!Qué impedimentos hostiles al sentido!
Tal vez este sea el significado más cercano
que pueda alcanzar mi conocimiento.
De otro modo, pienso que el mundo y yo
debemos vivir juntos como extraños y morir—
Un amor agrio, ambos dudando
si alguna vez hubo algo que amar en el otro.
No, mejor para los dos es estar casi seguros
el uno del otro— exactamente donde
exactamente yo y exactamente el mundo
fracasan en encontrarse por un momento y una palabra.
Laura Riding
Extraído de The New Anthology of American Poetry: Modernisms, 1900-1950, editado por Steven Gould Axelrod, Camille Roman, Thomas J. Travisano, Rutgers University Press; Edición: None (21 de marzo de 2005), p. 681 | Traducción de Rodrigo Arriagada Zubieta | Buenos Aires Poetry, 2020.
El por qué del viento
A menudo consideramos el viento,
los porqués cambiantes del viento.
De otro tiempo no nos preguntamos.
Estos son cambios que conocemos.
Nuestra propia salud no es lo contrario.
Nos despertamos con un escalofrío,
Vamos a la cama con una fiebre:
estas son las vueltas por lo cual la naturaleza persiste,
por el cual, si el tiempo es feo o bueno,
variablemente vivimos,
tan mezclados y en un mundo tan variable.
Es la misma regla del impulso
ser así un día, y de otra al siguiente.
No nos preguntamos.
Cuando llega el frío cerramos la ventana.
Es invierno, y entendemos.
¿Nuestra propia sangre no hace lo mismo,
Ahora fría, ahora arde dentro de nosotros,
de acuerdo con los climas-rítmicos volubles
de nuestras vidas con nosotros mismos?
Pero cuando soplan los viento primaverales como un perro desdentado
y ni siquiera estamos reducidos,
solo si fuimos reprendidos por lo que no sabemos
y no podemos responder-
¿Qué es lo que se hace ahí, si no lo entendemos?
Y esto no podemos entenderlo,
aún cuando el viento es leve
nuestras mentes jadean un viento infectado
para nuestros corazones de madre,
buscando en los porqués de la sangre
la lógica de esta masacre de pensamiento.
Cuando el viento corre; corremos con él.
No podemos entender porqué no somos
cuando el viento lleva nuestras mentes.
Estos son los lapsos como un odio de la tierra.
Estamos como en la nada,
golpeados desde la interrupción a la interrupción,
después escapamos a lo que somos
y acusamos a nuestra naturaleza sobria
de la deserción salvaje de sí misma,
y pedimos a la razón como lo haría un traidor
ruega al rey un porqué de la traición.
Debemos aprender mejor
Lo que somos y lo que no.
No somos el viento.
No somos cada humor vagabundo que tienta
nuestras mentes a un vertiginoso desamparo.
Debemos distinguir mejor
entre nosotros y los extraños.
Hay mucho de lo que no somos.
Hay mucho de lo que no es.
Hay mucho de lo que no debemos ser.
Nos rendimos al viento enorme
contra nuestra pequeñez aprendida,
pero seguimos volviendo al lamento
'¿Por qué hice esto?'
Laura Riding
"El sexo, también, tiene un sentido, o mejor dicho el sexo es incomodidad del sentido: es una forma compleja de ocuparse de las cosas. Es un rodeo para llegar al punto que nunca hubiera podido alcanzarse si se hubiera querido llegar directamente -porque ni siquiera se habría encontrado-. Porque el sexo es una lentitud; es un no ser demasiado inminente; es
algo que va a ser; es algo en lugar de dormir; es un dormir ampliamente despierto, una adormecida disposición a despertar."
Laura Riding
Elegía de una tela de araña
Qué decir cuando la araña
Decir cuando la araña qué
Cuando la araña la araña qué
La araña hace qué
Hace hace muere no lo hace
No vivir y entonces no
Piernas pierna entonces ninguna
Cuando la araña hace muere
Muerte araña muerte
O no la araña o
Qué decir cuando
Decir siempre
La muerte del siempre
O vivo o muerto
Qué decir cuando yo
Cuando yo o la araña
No yo y yo qué
Hace lo que hace muere
Muerte araña muerte
Muerte siempre yo
Muerte antes siempre
Muerte después siempre
Vivo o muerto
Ahora y siempre
Qué decir siempre
Ahora y siempre
Qué decir ahora
Ahora cuando la araña
La araña que muere
Muere cuándo entonces cuándo
Entonces siempre muerte siempre
La muerte de los siempres
Siempre ahora yo
Qué decir cuando yo
Cuándo yo qué
Cuándo digo
Cuándo la araña
Cuándo yo siempre
Muerte siempre
Cuándo la muerte qué
Muerte yo dice digo
Muerte araña no importa
Cuán exhaustiva muerte
Vivo o muerto
No importa muerte
Cuán exhaustiva yo
Qué decir cuando
Cuándo quién cuándo la araña
Cuándo la vida cuándo el espacio
La muerte de ah pena
Pobre cuán exhaustivo muere
No importa la realidad
La muerte siempre
Qué decir
Cuándo quién
La muerte siempre
Cuándo muerte cuándo la araña
Cuándo yo quién yo
Qué decir cuándo
Ahora antes después siempre
Cuándo entonces la araña qué
Decir qué cuándo ahora
Piernas piernas después ninguna
Cuando la araña
Muerte araña muerte
El genio que no puede parar de saber
Qué decir cuándo la araña
Cuándo digo
Cuándo yo o la araña
Muerto o vivo la muerte de
Quien no puede parar de saber
Quién muerte quién yo
La araña quién cuándo
Qué decir cuándo
Quien no puede parar
Quien no puede
No puede parar
Parar
No puede
La araña
Muerte
Yo
Nosotros
El genio
Saber
Qué decir cuando el
Quien no puede
Cuándo la araña qué
Hace lo que hace muere
Muerte araña muerte
Quien no puede
Muerte parar muerte
Saber decir qué
O no la araña
O si digo
O si no digo
Quien no puede parar de saber
Quienes conocen el genio
Quien dice el yo
Oh pena pobre linda
Cuán exhaustiva vida amor
No importa espacio araña
Qué horrible realidad
Qué decir cuándo
Qué cuándo
Quien no puede
Cómo parar
El saber del siempre
Quién estos este espacio
Antes después acá
Vida ahora mi rostro
El rostro amor el
Las piernas reales cuándo
Qué hora muerte siempre
Qué decir entonces
Qué hora la araña
Laura Riding
"En cuanto a la identidad de la 'Diosa Blanca': el tema de la Diosa Blanca fue una improvisación fraudulenta espiritual, literaria y escolástica de Robert Graves en el marco ornamentado y pretencioso del que metió la sustancia robada de mis escritos , y mi pensamiento en general, sobre poesía, mujer, actualidad cósmica y la historia de las concepciones religiosas."
Laura Riding Jackson
Encarnaciones
No negar,
no negar, cosa sale de otra cosa.
No negar en la vanidad nueva
el viejo polvo original.
Desde qué tumba, de qué pasado de carne y hueso
soñando, soñando sigo
bajo la afortunada maldición,
embrujada, viva, olvidando la primera materia. . .
La muerte no da un momento en que recordar.
A no ser que, como la muy transmutada piedra de una estatua,
yo, grano a grano recuerde el polvo original
y, mirando desde el último escalón de la memoria, repita:
Esto nunca fue yo.
Laura Riding
“Gran parte del efecto mágico que la poesía produce de representar diáfano todo lo que toca proviene de la necesidad de compresión que impone. La imposibilidad de hacer una pausa en la poesía tanto tiempo como fuere necesario para hacer que el sentido sea claro hace que muchos conjuntos de palabras se vuelvan realmente deficientes en destreza lingüística para pasar por una brevedad elocuente.”
Laura Riding
"He escrito aquello que creo rompe el hechizo de la poesía."
Laura Riding
“Las fórmulas del reconocimiento
se aplican a los recuerdos.
Ahí es dónde,
ahí es cuándo,
ahí es ahí.”
Laura Riding
“¿No hay lo puro entonces?
La mancha eterna lleva la belleza como una máscara.
Pero una máscara eterna.”
Laura Riding
"No puede haber un equivalente literario de la verdad."
Laura Riding
"Un poema no es nada. Por terquedad el poema puede ser convertido en algo; pero entonces es algo, no es un poema... La transformación de nada en algo es la tarea maldita del crítico. La literatura es la bodega de esos algos rescatados... Pero incluso así, la literatura es preferible a la experiencia, ya que es lo más cercano que uno puede estar de la nada."
Laura Riding
Vamos a hacer que parezca que hablamos
O pensarán que estamos muertos, y nos revivirán.
Asiente con brillantez, Hora,
Rescátanos del rescate.
Laura Riding
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