Ahora actúan el amor y la muerte
que sobre el escenario suelen encontrarse
en un friso de historias que tejen
hilos de unas vidas a los hilos
de las otras que destejen.
Peleándose por teñir al amor
actúan la alegría y la pena
que quieren imponer su color
olvidando que el esfuerzo es vano:
andarán desteñidos con la muerte
todos los sentimientos humanos.

Tamara Kamenszain


Como la torcaza que de transparencia en transparencia

Como la torcaza que de transparencia en transparencia
anuncia muy claro lo que no sabe decir
mi madre voló llevándose con ella todo el repertorio
duplicó lo que no dijo puso en eco el viejo acento familiar
y me dejó sin oído buscando sonidos reconocibles
indicios de letra viva bajo la campana fónica del tiempo
porque si es cierto que la voz se escucha desde lejos
aunque nos tomen por locos tenemos que atrapar
en el espiritismo de esa garganta profunda
un idioma para hablar con los muertos.

Tamara Kamenszain



El padre de Lucy copiaba un libro ajeno

Se inclina sobre el cuaderno y con esfuerzo
va copiando una a una las palabras
del libro que tiene al lado.
Lucía Laragione

El padre de Lucy copiaba un libro ajeno
mientras decía que lo estaba escribiendo.
En ese gesto senil la desmemoria del escritor
fuerza un homenaje doméstico
a lo que letra por letra tuvo para su vida
la trascendencia del asunto impreso.
Mi madre también se copia de lo que era
mientras yo plagiando al plagiario
trato de pasar en limpio ese diario de vida
que la autora de mis días escribe como puede.

Tamara Kamenszain




En esta pequeña tarima
quiere hacer actuar el arte del mundo
riéndose de los que dijeron:
el mundo
desplegado en su vasto escenario
ya nació teatro.
El arte burlador se vuelve comedia
y vuelve cómico al mundo burlado
que si tenía el papel de gran estrella
ahora acepta ser
en una obra sin libreto
oscuro extra sombra de comparsa.

Tamara Kamenszain



“La poesía trabaja más con el objeto ausente que con la presencia.”

Tamara Kamenszain


No puedo narrar

No puedo narrar.
¿Qué pretérito me serviría
si mi madre ya no me teje más?
Desmadrada entonces me detengo
ante un estado de cosas demasiado presente:
ser la descuidada que la cuida
mientras otros la descuidan por mí.
Son personas que me sobran
y la gramática se torna un escándalo
cuando ella que olvidó las palabras
adelanta su bebé furioso
con el fin de decirlo todo
aunque no se entienda nada.

Tamara Kamenszain



Osvaldo Lamborghini es el límite

No puedo hablar de la muerte
como lo hizo él
pero quiero comunicar al menos
su modo de ser en la poesía.
Cuando el último día de un seminario
les leí a mis alumnos esos versos de él
que dicen:
“Nací en una generación.
La muerte y la vida estaban
En un cuaderno a rayas”
quise regalarles un momento autobiográfico
una foto de época donde se abriera
la evidencia de la imagen como enseñanza realista
pero también en estado de power point
quise proyectar entre ellos y yo
un pacto de autoridad que hable por mí
de lo que yo no puedo hablar:
de la muerte
de los que no están más
del tiempo que pasa.
Porque hubo habrá hay generaciones
(demás está decir que “hay cadáveres”)
no crean en Rimbaud joven para siempre
hay rockstars pelados hay malditos en muletas
Lamborghini en cambio nació viejo
y eso sí que es hablar de la muerte
a ver si les queda claro.

Tamara Kamenszain









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