Cuidado

Mi anhelo tiene nuevamente
un nombre que me colma
con felicidad y dolor.
Sin embargo no hubo cambios notorios
Recorro los días sonriente
al igual que él me recorre
con su aroma y su voz
su presencia que conforma mi deseo
su cuerpo cubre el mío por entero
Intento con todas mis fuerzas
no decir
Ven o Vete o Quédate

Ulla Hahn 



Despedida

No te cierro los párpados
No te ato el mentón
No te cruzo un brazo sobre el pecho

Puedes abrir todavía la boca
y alzar la mano mientras el tren silba

Ulla Hahn 



Despertar

Un hermoso mirlo me abre los ojos
por la mañana. Canta en los verdes cipreses
una vieja canción de amor.
Un hermoso mirlo me apaga los sueños
por la mañana. Estoy sentada en medio
de la luz, allí mismo estoy despierta.

Ulla Hahn 



Envejecer

Vacilar en medio de la frase

Preguntar cuando cree
haber comprendido

No tener más prisa
por querer saber

Retener una piedra un cristal
una mano más de lo necesario

Tocar al hablar el brazo del interlocutor
para sentir que aún se está aquí

Perder un libro una mirada una piel
y no querer ya encontrarlos

Recordar en vez de anhelar

Entrenar como un músculo el pensamiento:
todo esto estará aquí después de mí

Sentir como si hubiera alguien en la habitación

Ulla Hahn 



Mi padre

¿Quién es ese?
preguntan mis amigos
señalando la foto
del hombre en mi escritorio,
colocada entre Salvador Allende y Ángela Davis. 

Yo respondo:
Mi padre. Muerto.
Y nadie vuelve a preguntar. 

¿Quién eres?
Le pregunto a ese hombre
quien nunca sonríe
ni siquiera en la foto del pasaporte
y me mira sobre el hombro
como si saludara a un desconocido. 

Hijo de campesinos, uno de doce,
a los once dejó la escuela;
donde había aprendido,
a mirar hacia arriba
con la cabeza gacha,
encorvado,
como un obrero sobre una máquina
o un soldado
obligado a luchar contra Rojos. 

Después de todo fue otro tiempo:
creía que no lo entendía.
Pero continúa
Como un obrero en la máquina
como un padre de familia
y  el domingo en la iglesia
gracias a su mujer
y a la gente del pueblo.
 
Yo lo odiaba. 

Y por las tardes,
cuando volvía a casa de la fábrica
le gritaba en su cara
palabras en latín y en inglés.
En la mesa de mis profesores,
mientras el té caía de mis manos temblorosas
sobre mis rodillas
hacía chistes sobre las patas
que olían a aceite de maquinas. 

Fue difícil cambiar de opinión.
Fue difícil entender 

que quería amarlo
hasta la muerte
de todos los culpables
de su vida
y mi odio. 

A veces,
la manta ya estaba
sobre sus rodillas
en la silla de ruedas,
tomaba mi mano
y la medía con sus dedos y con su mirada,
luego me preguntaba,
cómo quiero hacer
un mundo nuevo. 

Contigo,
Dije
Con mi puño
recogido en el suyo 

Luego hacíamos del tiempo una cosa nuestra
y le contaba cómo una sexta parte
del mundo ya era roja
y él valoraba
cada parte una por una
metódicamente. 

¿Quién es ese?
Preguntaban mis amigos
y yo digo:
uno de nosotros.
solo el fotógrafo
olvidó que él me mira y sonríe.

Ulla Hahn 



Poema

Es difícil explicar que un poema
no tiene objeto como un barco
los contenedores de esta temporada sus flores
Indivisible como número primo
Se escapa del tiempo como tú
y termina
cuando dejas de escribir deja de
leer cuando no
recuerdas más que tú fue
hace un momento
por un momento durante una palabra
muelle rampa llama polvo cometa
silbando para una bandada
de pajaritos cantando
sobre nosotros, nada tangible
ni siquiera negro sobre blanco
como mucho una caja de pintura para niños
salpicando agua atrapado en
esa tierra anfitriona
bajo la lengua
calmada y ciega confianza tocada
con jeringas duras como la
brisa como cuando se toca un sombrero
Ahora y se acabó Oh
temes el fin del miedo interminable de
que todo termine hasta que todo termine mientras
escribimos
mientras leemos
no puede haber nada Mientras escribas,
mientras leas, los demás simplemente
murieron por ti cuando lo leíste
cuando estás completamente leído
acomodado bajo un cielo
desenfrenado frutas caídas manzanas de septiembre
crudas y cocidas
las vacías silenciado el exceso de
manos y pies con zapatos y sin faltar
hombre y mujer
y sin sopa con cerveza Aquí
y ahora di lo que quieras lo
que quieras más que nada volver y
para siempre Nada termina
cuando dejas de
tener razón? No existe tal cosa
en el poema no existe y no existe en la vida
Toma la madera de las brasas Nadie
agrada las cenizas Dar premisas a los nombres
Dar nombres Pequeños refugios fundados en
el abismo Toda la música
del silencio en el oído de Beethoven

Ulla Hahn 



Una manera 

En silencio
te vestiste
en silencio una vez más
tiernamente mentiste
En silencio
cerraste la puerta
en silencio
acomodaste tu corazón  

Ulla Hahn 





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