Neogris

Los cero grados de la mañana son
una línea invisible y concreta
una barrera en los umbrales del alba
la marca gris sobre el paisaje
en estos días cansados y muy cortos
sopla un viento helado del norte
lleno de Ira de resignación
bate la tierra se condensa sobre el suelo
la rabia fría y lúcida de hielo
un permafrost perenne, una banquisa
inmóvil la costra de plutón
en el vacío de Una órbita exterior
de la que aún no encuentro los bordes.
Ya nos hablamos solo en sueños
y algunas veces me abraza tu cuerpo
lo siento pero no llegó nunca a verlo
toco la impronta el peso la presión
un cálculo sutil de tensores
un álgebra que intento atrapar
en la mente luego cuando me despierto
¿es este el deseo que me queda
el cálculo despiadado de un valor
la empinada busca de una cifra?

Vincenzo Bagnoli



Ordo rerum

     para Manuela Pasquini

En el orden de las cosas están
las tardes y las noches de viento,
la casa vacía, la voz en el teléfono
frases que deberían olvidarse
y que regresan como una fiebre
ligera sobre la piel, a las cinco:
un aire apenas más denso, algo
que reaparece en el vano sobre el umbral.
Pero dime, ¿qué importan los lamentos?
debajo de las apariencias y las ocasiones
está solo el lento pasar del tiempo:
los dolores los hemos imaginado
las miradas y las últimas veces
como post-it pegados a los días
se despegarán lentos, y con gracia
la melodía del sintetizador
suena cada vez, pero sin rencor
la sigla del game over en tu juego.

Vincenzo Bagnoli









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