¡Ah! ¡el dolor debería ser la escuela del sabio! Las penas son una ciencia, y los más sabios son los que más deben gemir sobre la fatal verdad. El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
Seres misteriosos, espíritus del vasto universo, o vosotros a quienes he buscado en las tinieblas y en las regiones de la luz; vosotros que voláis al rededor del globo y que habitáis en las esencias más sutiles; vosotros a quien las cimas inaccesibles de los montes, las profundidades de la tierra y del Océano sirven muchas veces de retiro... Yo os llamo en nombre del encanto que me da el derecho de mandaros; ¡despertaos y apareced!
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
MANFREDO. ¡La paciencia! ¡y siempre la paciencia! esta palabra fue creada para los hombres dóciles y no para las aves de presa... Predica la paciencia a los mortales formados con el miserable polvo, yo soy de otra especie.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
Vivo, y me amenaza una eternidad.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
EL PRIMER DESTINO.
 
¿De adonde vienes Némesis? Tú y mis hermanos habéis tardado mucho esta noche.
 
NEMESIS.
 
Estaba ocupada en levantar los tronos abatidos, en componer himnos funestos, en volver la corona a los reyes desterrados, en vengar a los hombres de sus enemigos a fin de hacerlos arrepentir de sus venganzas. He castigado con la locura a los que estaban detenidos por sabios, los jefes inhábiles han sido proclamados por mí, dignos de gobernar el mundo ... los mortales empezaban a disgustarse de los tiranos, se atrevían a pensar por sí mismos, a poner los reyes en equilibrio, y a hablar de la libertad, que para ellos es el fruto vedado... Pero esta tarde ... montemos en nuestras nubes.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
NEMESIS.
 
¿A quien quieres sacar del sepulcro?
 
MANFREDO.
 
A un muerto que estuvo privado de sepultura: llama a Astarté.
 
NEMESIS.
 
Sombra o espíritu, sea lo que seas, que conservas todavía una parte de tu primera forma, o tu forma entera, sal de la tierra y vuelve a ver el día. Vuelve con las mismas facciones, el mismo aspecto y el mismo corazón, huye de los gusanos de la tumba y vuelve a aparecer en estos lugares: el que puso un término a tus días es quien te llama.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
 
 
Lo que fui y lo que soy no lo conocen sino el cielo y yo.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
Las estrellas se ponen en orden en el firmamento; la luna se manifiesta sobre la cumbre de las montañas coronadas de nieve: ¡admirable espectáculo! conozco que amo todavía a la naturaleza, porque el aspecto de la noche me es más familiar que el de los hombres, y es en sus tinieblas silenciosas y solitarias, bajo la bóveda estrellada de los cielos, en donde he aprendido el idioma de otro universo.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 
MANFREDO.
 
Espíritu impostor, mientes; sé que ha llegado la ultima hora de mi vida y no quisiera retardarla un momento. No lucho contra la muerte y si contra ti y contra los ángeles de tu sequito. No fue por medio de un pacto contigo y con tus compañeros por lo que adquirí un poder sobrenatural; fue mi ciencia superior, mis privaciones, mi audacia, mis dilatados desvelos, mi fuerza de alma y mi habilidad en descubrir los secretos de los tiempos antiguos en los que se veía a los hombres y a los espíritus marchar juntamente e ignorar injustos privilegios. Me encuentro satisfecho de mis propias fuerzas, os desafío, y os desprecio.
 
Lord Byron
Manfredo
 

MANFREDO.
 
Anciano, el morir no es difícil.
 
Lord Byron
Manfredo


EL ABAD.
 
Ya no existe; su alma ha tomado vuelo: ¿a dónde irá?... Temo el pensarlo... murió.
 
Lord Byron
Manfredo
 
 

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