Cercos de la distancia

Me has cercado con tu canto
en la mesa hay jazmines
mezclándose con la desdicha del aire
cada día realizas un círculo de fuego
alrededor de mi figura

no estamos distanciados
un fugaz vuelo de torcazas
se interpone en la orilla de los cuerpos
pero hay luces
fugaces estrellas de solidaria rotación

oficiamos la palabra
descubriendo verdades ocultas
debajo de futuras arenas
buscando día y noche el presagio
renacer encendidos en el sol de las consolaciones.

María del Carmen Suárez
de Posesión natural, 1988



El siglo del Vigía

Duro es el corazón del hombre
que deja pasar la marea de la piedad
cuando en todos los rincones
crece un espejismo de sangre derramada
y nos llegan voces de muertos
de perseguidos niños del destino
corriendo velozmente
el peligroso río de la lucha.

Ahora las llamas ahogan el pasado
dando lugar a un ordenamiento del caos
mientras en los lechos crujen maderas
de un bosque de encinas
hierven párpados en volcanes secretos
y hay vientres inolvidables
desnudos frente a filosos centros
de desformación
ojos como garras
que arrancan la seda del olvido
y el recuerdo.

El vigía hurga
y en un atisbo reconoce
que el infierno y el paraíso
tienen los juegos del poder.

María del Carmen Suárez



Generación del 60

Somos una tribu que quisieron dispersar
pero hicimos pequeñas alianzas
aun en torno de la locura y la zozobra
no pudieron sofocar el ímpetu de nuestra palabra
fraguada en la tiniebla de las habitaciones
cuando el miedo llamaba a la puerta

muchos se hundieron en vanos alcoholes
y otros dieron su espalda al amor
sin embargo la tribu persiste
busca entre las estaciones
aviva la lámpara de los deseos
atisba el vuelo de una mariposa en la tarde

quisieron contener la búsqueda de un paisaje interior
donde la creación surgía
como un antiguo universo de destellos
pero la generación de magos
poetas y trapecistas
en un circo donde el payaso llora su lenta agonía
quiebra los espejos buscando Alicias imaginadas y tenues
para desterrar la miseria y el olvido
en esta ciudad la tribu se reúne y canta
a pesar de los enemigos que tejieron una trampa oscura
y sueña con una temporada que extingue el tiempo del horror.

María del Carmen Suárez



Nos vigilan

Este aire de otoño
trae aroma de muertos
aquellos muertos amados
ahora escondidos en las plantas.

Son ojos fijos
se avalanzan
sobre los pérfidos
numerosos y aciagos
ellos saben donde se esconde
el viento y la gracia
saben
y nos vigilan.

María del Carmen Suárez



Punto incierto

Entró la luz en el helecho
una tarde caía dentro de una torcaza
cesaron los vientos
los fuegos en la cocina
auguraban comida casera
y largas conversaciones
acerca de tempestades.

La luz fue descendiendo
hasta diluirse en la tierra
el universo transformado
en un punto incierto
se sumergió en el corazón
estallando
en flores diminutas.

María del Carmen Suárez





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