ángel, mientras camina
mi interior
es un enredo de calles
otra vez fui ciudad
ayer fui belgrado
hoy buenos aires
mañana fui un punto borrado
en el mapa cotidiano
ahora
llamo
a través del ruido callejero
Nadija Rebronja
Flamenco utopía
yo no escribo poemas
solo escucho las personas
y las ciudades
Nadija Rebronja
hicham, farmacéutico, en el patio de una casa morisca
en alguna otra ciudad
que también se llama granada
yo no me llamo hicham
y he muerto en tiempos de franco
mirando como acribillan a lorca
hacia la muerte me ha llevado por mano
la poetisa ar-rukaniya
me ha dicho que la llave para la vida
son los versos en las paredes de la alhambra
en esta ciudad
que también se llama granada
yo me llamo hicham
estoy sentado en el patio y leo
el libro con los versos de las paredes de la alhambra
no tengo miedo de las paredes
y tiro la llave para la vida
porque la forma del tiempo es un círculo
y yo siempre estoy en granada
y no importa
cómo me llamo
Nadija Rebronja
la muchacha que se llama itsaso, que en euskera significa mar
cuando golpeo la tierra con los zapatos
veo cosas raras
el oriente en las pinturas de matisse
la tumba de lorca en la hierba
en las paredes
en la carne en las manos
manuscritos que arden
pero no se queman
en ningún lugar encuentro
las muertes
ni los nacimientos
solo esto ahora
los zapatos
y la tierra
Nadija Rebronja
luis, sobre algunas personas
mientras ella dormía
él se estaba afeitando
en el espejo cazó
el rostro de ella
la miraba
miraba
y sintió
que se parecía a alguien
encontró la forma de los ojos del dictador
los labios del criminal
el mentón del horrendo general
las orejas del carcelero del campo
se despertó
y se fue a hacer voluntariado
en el orfanato
como cada día
Nadija Rebronja
nadia, la marroquí de la que compré las castañuelas
yo y la otra
rara vez nos encontramos
sólo a veces
en silencio
juntas comemos croissants
nos miramos a regañadientes
y en principio negamos
que la otra existe
los que me encuentran
la ven siempre a ella
porque dicen conocerla ya
a mí en principio
ni me miran
Nadija Rebronja
un transeúnte, en el metro
las personas oyen mi nombre,
lo parten, lo rompen
me pintan
letra por letra
leen lo que sueño
lo que haré en el ocaso
confiados
confiados saben
a quien odio
nomen est omen
el hombre es mudo para el hombre
Nadija Rebronja
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