"El miedo es el padre del valor y la madre de la seguridad."
Henry Hallam Tweedy
(atribuida)
Oh Espíritu del Dios viviente
1 Oh Espíritu del Dios viviente,
tu luz y fuego divinos,
desciende sobre tu iglesia una vez más,
y hazla verdaderamente tuya.
Llénalo de amor, gozo y poder,
de justicia y paz;
hasta que Cristo more en los corazones humanos,
y cesen el pecado y la tristeza.
2 ¡Sopla, viento de Dios! Sopla con sabiduría
hasta que nuestras mentes estén libres
de brumas de error, nubes de duda,
que ciegan nuestros ojos para ti.
¡Arde, fuego alado! Inspira nuestros labios
con ardiente amor y celo,
para predicar a todas tus grandes buenas nuevas,
el glorioso bien común de Dios.
3 Enséñanos a pronunciar palabras vivientes
de verdad que todos puedan oír,
el lenguaje que todos pueden entender
cuando el amor habla alto y claro;
hasta que cada época, raza y clima
fusionen sus credos en uno,
y la tierra forme una familia
por la que se haga tu voluntad.
4 Así conoceremos el poder de Cristo
que vino a este mundo para salvar;
así resucitaremos con él a la vida
que se eleva más allá de la tumba;
y la tierra alcanzará la verdadera santidad,
que sanará a tus hijos;
hasta que, perfeccionados por ti, alcancemos
la gloriosa meta de la creación.
Henry Hallam Tweedy
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