"El positivismo jurídico abre el camino para todas las formas de dictadura. Como decía el propio Kelsen, en la Unión Soviética de Stalin había estado de derecho, ya que había leyes. Era un dictador, pero hacía leyes. ¿Pero qué leyes? La ley era la expresión de su voluntad, de su brutalidad. No tenían una referencia a derechos naturales, que serían objeto de una verdad a la que la gente se adhiere y que se impone por su fulgor. La ley en el tiempo de Stalin era el reflejo de la voluntad del más fuerte. Hoy en día, la ley que permite el aborto, que permite la eutanasia, no es algo distinto. Es una ley que permite que venza el más fuerte, que dice: ya que esa es mi voluntad, yo decidiré quien es admitido a la existencia y quien no.
Esta mentalidad ha entrado en varias agencias de la ONU. Y la ONU hoy en día se está comportando como una superpotencia global, transnacional, en la línea exacta de Kelsen. Él mismo decía que las leyes nacionales, las que conocemos como nuestros Códigos nacionales, deben someterse a la aprobación, validación, de un poder piramidal. La validez de las leyes nacionales depende de la validez otorgada, concedida por el poder supranacional a los códigos nacionales, particulares. Esto significa que las naciones quedan totalmente alienadas de su soberanía y los seres humanos de su autonomía. La gente observa esto todos los días, en las discusiones parlamentarias. Muchos parlamentos son simplemente teatros de marionetas que ejecutan decisiones que proceden desde fuera, cumplen la voluntad de quien impone sus decisiones, eventualmente comprando los votos, a través de la corrupción.
Todo esto sucede bajo el simulacro de la globalización, que merece toda nuestra vigilancia. Sucede que, en la mentalidad de quien se adhiere a esta concepción puramente positivista del derecho, la ley no está al servicio de los hombres y de la comunidad humana; está solo al servicio de este u otro centro de poder. Este puede ser una nación como los Estados Unidos, pero puede ser sobre todo la trama de voluntades que se aglomeran en las Naciones Unidas, apoyadas por numerosas ONG
s, y también por algunas sociedades secretas, como la masonería. Esto muestra que hoy en día el derecho internacional tiende a prevalecer sobre los derechos nacionales, a aplastarlos, pues los está desactivando gradualmente. ¡Es una cosa terrible! Estamos asistiendo al surgimiento de un derecho internacional tiránico, puramente positivista, que ignora los derechos humanos inalienables proclamados en 1948. Y la gente no se da cuenta…"

Michel Schooyans


"Estamos frente a un proyecto gigantesco que ambiciona realizar la utopía de Kelsen con el objeto de legitimar y crear un gobierno mundial único, en el cual las agencias de la ONU podrían transformarse en ministerios. Así la FAO se convertiría en el Ministerio Mundial de la Agricultura; UNIDO se convertiría en el Ministerio Mundial de la Industria e ILO, en el Ministerio Mundial de Asuntos Sociales. En otros casos serían necesarias instituciones completamente nuevas: estas podrían incluir una Policía Mundial, una Corte Internacional de Justicia, etcétera. Nos aseguran que es urgente crear un nuevo gobierno mundial, político y legal, y es preciso apurarse para encontrar los fondos para ejecutar el proyecto.
Dicha superestructura internacional que pretende la ONU fue desarrollada en un informe del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) en 1994. El texto, escrito por Jan Tinbergen, premio Nobel de Economía en 1969, considera que los problemas de la humanidad ya no pueden ser resueltos por los Gobiernos nacionales, por lo que necesitamos un gobierno mundial.
La ONU organiza en su beneficio un futuro gabinete del mundo y se presenta cada vez más como un super-Estado mundial. Tiende a gobernar todas las dimensiones de la vida, del pensamiento y de las actividades humanas, ejerciendo un control cada vez más centralizado de la información y del conocimiento.
[…] la argumentación ecológica desarrollada en la Carta de la Tierra es en realidad un artificio ideológico para camuflar algo más grave: entramos en una nueva revolución cultural. Las verdades fundadoras de la ONU referidas a la centralidad del hombre en el mundo son desactivadas poco a poco. Fuertemente influenciado por la New Age , dicho proyecto apunta a la creación de una nueva religión mundial única, lo que implicaría inmediatamente la prohibición a todas las otras religiones de hacer proselitismo. Para la ONU, la globalización no debe envolver apenas las esferas de la política, de la economía, del derecho; debe envolver el alma global. De aquí en adelante los derechos humanos son el resultado de procedimientos consensuales."

Michel Schooyans
La cara oculta de la ONU
Tomada del libro Los amos del mundo están al acecho de Cristina Martín Jiménez



"La Carta de la Tierra de la ONU es un instrumento ideológico utilizado para legitimar políticas de control de la población a escala mundial, especialmente de los más pobres, pues comen y no producen. Desde hace 30 años hay una nueva teoría según la cual los derechos humanos deben someterse a los imperativos de la Tierra. Se trata de una reformulación de la doctrina maltusiana que dice que no hay suficientes recursos para alimentar a todos los hombres. Desde el siglo XIX se sabe que el maltusianismo es falso. Sirve para justificar (una falsa justificación anticientífica) políticas que no quieren revelar su verdadera cara: «No queremos una población vieja, de minusválidos y enfermos."

Michel Schooyans



"La Declaración de 1948 enuncia principios fundamentales. Son verdades primordiales, fundadoras. Nosotros reconocemos este hecho, que el ser humano tiene naturalmente derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, a casarse, a asociarse, a expresarse libremente, y que eso no depende de la voluntad arbitraria de los hombres. Incluso antes de formar parte de una sociedad política organizada, el hombre ya tiene derechos humanos fundamentales. Y los derechos preceden a la ley. Pero el hombre necesita que la sociedad se organice para que esos derechos se apliquen, respetados, y que eventualmente las infracciones sean reprimidas. Todo esto está siendo cuestionado actualmente. Depende de las facciones. Hay una facción a favor del aborto y otra en contra. Pero los que gritan más alto son los partidarios de introducir una modificación en la Declaración de 1948 que alteraría la naturaleza de la Declaración, tanto como la de la propia ONU."

Michel Schooyans


"La ONU se creó en 1945 con la Carta de San Francisco y, en cierta forma, se consolidó en 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se consolidó en base a una misión esencial, la promoción de los derechos de todo ser humano. Todo ser humano tiene derecho a la vida, afirma el artículo tercero de la Declaración. El texto invita a todos los hombres, países y gobernantes a reconocer la dignidad de cada ser humano, cualquiera que sea su fuerza, el color de su piel, su religión o edad. Todos merecemos reconocimiento por el simple hecho de ser hombres. Y sobre esa base, dice la Declaración, podremos construir nuevas relaciones internacionales, una sociedad de paz y fraternidad.
Si hubo una guerra mundial que terminó en 1945, es porque hubo un desconocimiento de la realidad de que todos los seres humanos tenemos derechos inalienables e imperecederos. La Declaración se sitúa en continuidad con todas las grandes declaraciones que han marcado la historia política y jurídica de las naciones occidentales. Por ejemplo, la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos (1776), la Constitución de los Estados Unidos (1787), la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de Francia (1789), son las declaraciones clásicas. La Declaración de 1948 se sitúa en la tradición más fiel a aquellas Declaraciones que han demostrado su eficacia en el campo del reconocimiento y la promoción de los derechos humanos. Estos derechos se reconocen debido a una actitud moral y antropológica: yo reconozco la realidad de mi semejante y me inclino ante su presencia. Reconozco su dignidad: incluso si está enfermo, está al inicio o al final de su vida, tiene una dignidad igual a la mía."

Michel Schooyans

















No hay comentarios: