Parabolanoi

"Dicen los sabios que ser soberbio es propio de personas poco inteligentes, por suavizar los términos. Todos, en cualquier ámbito de la vida, deberíamos ser más humildes -que no tontos-, ya que la humildad es la piedra angular de cualquiera que aspire a ser un verdadero ser humano. La soberbia degrada y enturbia la personalidad, la humildad la purifica y ennoblece.

Deberíamos hacer nuestro trabajo lo mejor que sepamos, superándonos cada día, aprendiendo siempre -aunque llevemos cuarenta años haciéndolo- y enseñando a los «novatos» o a los que llevan menos tiempo que nosotros desempeñando su labor profesional.

Por muy bien que se nos den las cosas, nunca debe haber motivo para jactarse de nada. Uno debe alegrarse de sus propios éxitos y también de los de los demás, y rectificar en lo posible los errores, que todos los cometemos, que podamos cometer.

Los verdaderos sabios suelen ser personas avanzadas en edad, pero nunca encontraremos a un verdadero sabio que sea orgulloso, vanidoso, soberbio, presuntuoso… Al revés. El auténtico sabio es humilde, es decir, reconoce sus limitaciones, su finitud, sus debilidades.

Por estas y otras razones, lo del «Currículum Vitae» no deja de ser un puro trámite, porque, realmente, el verdadero Currículum se lleva en el interior, en el corazón, en el alma.

Es verdad que vivimos en un mundo sumamente competitivo en el que prima la «Ley del más fuerte», y esta sociedad –dicen que civilizada- se ha convertido en una auténtica «jungla», donde «yo te piso a ti y tú me devuelves el pisotón».

Yo, si estuviéramos en un mundo diferente, mediría a las personas no por su Currículum profesional sino por su interior, por la calidad de sus sentimientos, por la pureza de sus palabras, pensamientos y obras. Ése es el auténtico Currículum que debería primar en este enloquecido sistema de cosas que hemos montado entre todos. Pero como hay que adaptarse para no perecer –como reza la teoría de Darwin- les ofrezco a continuación, la posibilidad de conocer mi trayectoria profesional desde que comencé en 1989.

Tienen ustedes dos opciones. La primera es enterarse de cuáles han sido mis pasos en los medios de comunicación de una forma más amena, narrada, contada por mí, con algunos pormenores de mi vida personal y con algunas fotografías de mi propio archivo. La segunda opción es ver mi Currículum Vitae tal y como lo vería el Director de un Departamento de Recursos Humanos cualquiera, es decir, mostrado de una manera esquemática y resumida. Si lo prefieren, y si tienen tiempo para ello y les interesa, pueden leer los dos, ya que se enterarán de más detalles acerca de todas las actividades que he desempeñado en prensa, radio, televisión e Internet, ya que no sólo me he dedicado en los medios de comunicación a hacer programas dedicados a los enigmas y misterios que rodean al ser humano. Es cierto que éstos han ocupado gran parte de mi actividad profesional, pero he realizado muchos otros trabajos, tanto en prensa, radio, televisión e Internet, que nada o poco tienen que ver con ellos…

Con este apartado de nuestra página web, pretendo, en atención de aquellos que deseen saber quién soy y cuál es mi trayectoria profesional, aportarles toda esa información que demandan. No quiero, en ningún caso, hacer un disimulado ejercicio de vanagloria. Esta sección es ineludible, ya que, como ya he dicho, muchos de nuestros amigos visitantes desearán  saber quién dirige esta página web y qué experiencia profesional me avala. Espero satisfacerles."

Santiago Vázquez

Mi opinión sobre la Sabana Santa es que es auténtica, por supuesto que sí. No se puede afirmar que ese hombre que aparece en la Síndone es Jesús de Nazaret, pero lo que si se puede afirmar es que con un alto porcentaje de probabilidad es muy posible que ese hombre si que sea, en hipótesis, el mismo Jesús. ¿A cuantos crucificados se les coronaba de espinas?, que se sepa, a ninguno. A Jesucristo lo coronan de espinas porque dice que él es Rey, y los soldados como mofa y burla, le trenzan una corona o un casco más bien de espinas y se lo ponen sobre la cabeza.

La única prueba que se ha aportado en contra de la Sábana Santa fue la del Carbono 14. Para mí, no tiene ninguna validez puesto que dicha prueba fue invalidada en el Congreso de Claggiari en mayo de 1990, en 1989 también en París y en Congresos posteriores. Por lo tanto, si nos encontramos ante una pléyade de investigaciones, cientos de ellas desde distintos campos del saber y de la Ciencia, y todas las pruebas que se han efectuado a la Sábana Santa nos dan como resultado que se trata de un lienzo auténtico; por una sola en contra, que además fue una vergüenza -y lo digo con todas las letras- por el protocolo que se siguió que hacía aguas por todas partes, no podemos negar su veracidad. Hay un cúmulo de puntos o zonas oscuras en la investigación del Carbono 14, que a mi no me ofrece la menor credibilidad.

Si otras pruebas, ya sean anatómicas, forenses y demás, hubieran hablado en contra de su autenticidad, habría que replantearse el asunto. La Iglesia mantiene la cautela -y hace bien- y no emite ninguna opinión al respecto sobre esta reliquia -quizás la más importante de la cristiandad- porque sólo puede entrar a valorar cuestiones relativas a su magisterio y a la teología.

Por último, agradecer su colaboración para esta entrevista y desearle muchos éxitos en el futuro. Realmente se necesitan comunicadores serios en estos temas y usted lo es.

Ha sido un placer estar con usted y sus lectores.

Quisiera hacerme eco de unas emotivas letras que nos dejó Santiago Vazquez en su web a un personaje que ha calado de una forma muy honda entre todos aquellos que le conocieron o le escucharon tantas y tantas horas -como es mi caso:

HOY, 3 DE NOVIEMBRE DE 2010, SE CUMPLEN TRES AÑOS DESDE QUE MI MAESTRO,DON GERMÁN DE ARGUMOSA Y VALDÉS, ABANDONÓ ESTE MUNDO PARA VIVIR UNA VIDA PLENA EN EL OTRO LADO DE LA VIDA. HAN SIDO MUCHOS LOS MOMENTOS EN LOS QUE ME HE SENTIDO ACOMPAÑADO POR ÉL Y, DESDE ESTAS LÍNEAS, ES MI DESEO RECORDARLE PÚBLICAMENTE Y DARLE LAS GRACIAS POR PERMITIRME SENTIR SU PRESENCIA CERCA DE MÍ. GRACIAS, MI QUERIDO DON GERMÁN.

Santiago Vázquez